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Emma

Este lugar era sencillamente hermoso.
Hacía mucho más calor que cualquier lugar que haya visitado pero valía la pena, las playas eran hermosas y la gente amigable.

Regresamos al hotel, ya eran las diez de la noche y nuestros cuerpos estaban llenos de arena, me sentía muy cansada y necesitaba un baño urgentemente.
Abrí la puerta y tiré mis cosas en la cama, al principio teníamos habitaciones separadas pero después me dio pena por que al fin de cuentas el estaba pagando todo. Por lo que le dije que podíamos dormir en la misma habitación, y por ende en la misma cama.

Entré al baño mientras escuchaba a Scott entrar, me quité la ropa y le tiré lejos. Entre en el baño y dejé que cayera el agua fría por un momento.

Cuando entré comencé a enjugar mi cuerpo, cerré los ojos mientras dejaba que el agua cayera en mi cabello.
La puerta se abrió y me asusté.

-¿Scott?-No obtuve respuesta, escuché la puerta cerrarse-Scott... Me estoy bañando.

Mi corazón se heló cuando la cortina del baño se abrió, me puse de espaldas. Estaba desnuda, tenía miedo y no entendía lo que sucedía.

-Scott...-Susurre con la voz temblorosa

-Shh-Susurró él y mis pelos a pusieron de punta, su mano tocó mi cintura.

¿qué estaba haciendo? Miré de reojo y él no tenía camisa pero si la pantaloneta con la que se había bañado en la playa.

Comenzó a besar mi cuello, lenta y tortuosamente, no sabía si detenerlo o no.

-Te amo-¿Acaso él había dicho eso?

-¿Tú...?-No me dejó terminar

-Si Emma, te amo, más de lo que desearía.

No lo podía creer.

...

Tomé la bata y mis manos estaban temblorosas, mi cuerpo sudaba y mi mente estaba nublada y me sentía como si hubiese corrido toda una maratón.

-¿Estás bien?-Miré a Scott y instintivamente me cubrí aún más con la bata. Él sonrió un poco y tomó mis manos-No te cubras, eres hermosa...

Besó mi cabeza, me acerqué a la cama y me metí en ella claro, después de vestirme. Tenía lágrimas en los ojos pero, ¿por qué? Yo no me había negado, no había detenido a Scott y... no le había sido infiel a nadie.

-Emma...

-¿Sabías que fue mi primera vez?-Me giré y lo miré directamente a los ojos, él acomodó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y sonrió de forma tierna.

-Lo sé...-Cambió su sonrisa por un gesto de preocupación-¿Te hice daño?-Negué-En serio... Me lastimaría saber que te hice daño.

-N-no... no te preocupes-Susurré

-Gracias-Besó la punta de mi nariz-Gracias por... todo, tal vez todas piensen que yo lo único que quiero es sexo y te seré sincero; antes era así.
Antes de conocerte, claro, gracias por enseñarme tanto y por demostrarme que no todas las chicas son iguales.

-Gracias por demostrarme que no eras el idiota patán que creí-Acarició mi mejilla

-Te amo muchísimo-Mis mejillas se tiñeron de rojo y sin darme cuenta me quedé dormida entre sus brazos.

...

Desperté y me giré, Scott acababa de ponerse una camisa blanca. Me sonrió y se acercó a besar mi frente.

-Iré por algo de comer... ¿qué quieres?

-No lo sé... Trae lo que quieras-Asintió y salió de la habitación.

Me puse de pie dispuesta a ir al baño pero cuando comencé a caminar me detuve de inmediato, una fuerte punzada entre mis piernas me instaló una mueca en mi cara. Aún no lo podía creer. Tomé mi celular y lo encendí, tenía más o menos trescientos mensajes al menos.

Comencé a abrir los más importantes, Luke me había enviado mensajes.
Los borré sin siquiera leerlos, Cam y Pau hicieron un grupo de las tres y habían al menos cien mensajes de sólo ese grupo.

"Hola chicas" escribí rápidamente y unos diez segundos después recibí una llamada

-Hola cam-Susurre

MIERDA EMMA! ¿Como estás?

-Bien, ¿y tú?

-Bien-Titubeó un poco-¿Por qué no respondías?

-estuve... ocupada, estamos en Costa Rica y es un lugar hermoso

-Ah, si, conozco ahí. ¿Como has estado con Scott?

-Bien, mira cam hay cosas que no podría decirte por una simple llamada. Cuando todas regresemos, ¿podemos hablar?

-Por supuesto, ¿hay algún problema?-Mordí mi labio inferior

-N-No, todo está bien.

Después de intercambiar algunas palabras me despedí de ella y seguí revisando los mensajes.

Cuando terminé entré a la ducha y recordé lo de ayer, un escalofrío recorrió toda mi espalda. Había cambiado todo, la decisión que había tomado cambiaría drásticamente mi futuro y... lo mejor de todo es que no me arrepentía.

Mi vida cambiaría, aún más mi vida con Luke pero tal vez no estamos destinados a estar juntos.
Tal vez el destino, ni las supuestas almas gemelas existían, tal vez sólo era idea mía en un principio.
La vida venía con millones de piedras con las cuales tropezar, yo tropecé con la misma una y otra vez y ahora me libraba de ese problema. Ahora continuaba mi camino lejos de aquella piedra.

Salí del baño y Scott había dejado el desayuno en la cama, sonreí.

Conocer a Scott cambió mi vida, creía que este chico sería un problema en mi vida y cuanto me equivocaba. Él jamás me había dejado en un momento importante y se lo agradecía, agradecía también todo el cariño que recibía de su parte. Cuántas veces me dijo que el no era un chico cursi y ahora me daba cuenta de que yo sacaba ese lado de él. Me hacía completamente feliz, me sentía protegida a su lado y a veces prefería estar con él que con cualquier otra persona.

-Gracias-Le dije cuando volvió a entrar

-De nada, ¿dormiste bien?-Asentí y bebí un poco del café, sabía delicioso. Sonreí-Amo tu sonrisa, ¿te lo había dicho?

-Mmm... Supongo que no.

-Pues te lo digo ahora-Se sentó a mi lado en la cama y bebió de su vaso-Mhmm, está delicioso

-Mucho-Afirmé

-Sabes, me encanta que ames el café. Y me encanta que seas tú misma, sé que contigo podría pasar horas hablando y jamás me aburriría

-¿Estas diciendo que te entretengo?-Dije en tono gracioso

-No, no, eso suena feo-Sonrió y mi corazón se aceleró cuando pude notar el brillo en sus ojos y como estos se achinaban mientras sonreía-Digo que no eres como las demás, he conocido chicas que fingen ser interesantes y no pueden entablar una conversación contigo sin que se te insinuen. Contigo no es así.
Me encanta tu personalidad y originalidad

-Me halagas Scott-Sonrió aún más (si es que eso fuera posible)

-Me encantas de pies a cabeza, desde tus huesos hasta tus venas. Y desde tus más oscuros secretos hasta las cosas más conocidas que tienes.

Mi corazón estallaría ahí mismo.

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