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Camila

Mi garganta dolía y mi nariz estaba congestionada. Había decidido no ir hoy ya que me sentía fatal, intenté contactar a Sam pero me había respondido con un simple mensaje decidiendo que estaba bien. Cuando Louis y Emma se fueron quedé completamente sola.

Había hablado un rato con Chace y después él se tuvo que ir a clases. Coordine unas cuantas cosas para teatro, escribí un poco en mi libro y me quedé sin nada que hacer.
Ahora estornudaba como maniática viendo Los Simpson

El timbre sonó y de mi garganta salió un sonido de queja, no tenía ni fuerzas para levantarme pero como era la única en la casa no tenía opciones.
Abrí la puerta y como si mi cuerpo lo supiera, sonreí.

-Hola estrellita-Frunci mis labios

-Que estuviera muy enojada no significa que lo del apodo sea mentira... No me gusta-Me hice a un lado para dejarlo pasar-¿Qué haces aquí?

-Hola a ti también-Sonreí a medias

-Hola risitas Irwin

-¿Ah?-Sonrió y me dio un beso en la coronilla

-Cosas de fans-Me encogí de hombros, estornude

-¿Enferma?

-No, ¿tú crees?-Mí voz salió de nuevo congestionada e hice una mueca

-Estoy igual, tal vez no fue buena idea salir de auto... Aparte una loca gritaba mi nombre y me asusté

-Que curioso, conmigo sucedió algo parecido sólo que un idiota se atravesó en mi camino con su auto deportivo. Por cierto, se parece al tuyo.-Use su mismo tono y él me sacó la lengua.-¿No deberías estar en clases?-Se alzó de hombros

-Me sentía mal-Sonrió

-¿Quieres algo?-Comencé a caminar hacia la cocina, él me siguió pero cuando llegamos me tomó de la cintura y me hizo sentarme en uno de los bancos que había en el dasayunador

-¿Tienen cocoa?-Asenti-Preparare chocolate caliente de la mejor forma que me han enseñado

-¿Quién?

-Mi madre-Sonreí ligeramente

Seguí con mi mirada cada uno de sus movimientos, era ágil y hacía las cosas con destreza.
A ratos su mirada y la mía se conectaban y podía ver un brillo peculiar en esos ojos que tanto me encantaban.
Su nariz es perfectamente recta, su barba comenzaba a crecer y sus labios... Sus malditos labios son perfectos, tienen un toque rosa y se ven aún mejor cuando sonríe.
Podría observar a este hombre sin cansarme, toda la vida.
Me conformaría con eso, con tan sólo observarlo...

-¿Disfrutas la vista?-Me sacó de mis pensamientos

-Por supuesto-Hablé con todo el descaro posible, él rió... he dicho tantas veces esto pero, amo su risa-Es que eres tan jodidamente perfecto

-Qué romántica-Su burló y yo apoyé mi barbilla en mi mano usando como soporte mi codo en la mesa de granito

-Si sabes que así soy, para que esperas-Me alcé de hombros

-No espero nada de ti-Susurró y dejó una de las tazas frente a mi

Tomé un sorbo y el dulce me inundó, sonreí. Estaba muy caliente pero con el frío que sentía lo compensaba.
Miré por encima de mi taza a Ashton y él me miraba con un bigote de chocolate por encima de sus labios.

Reí un poco ya que tampoco era como en las películas que causaba muchísima risa. Era chistoso, si, pero no tanto.
Pasó si lengua por arriba limpiando todos los restos de la bebida, mordí mi labio inconscientemente
De pronto se acercó a mi por encima de el desayunador, usaba una se sus manos para impulsarse hacia adelante y con la otra me tomó por la nuca. Me besó desesperadamente, sus labios tenían un gusto a chocolate y me hacía delirar.

Después de un rato en la cocina subimos a mi habitación, estábamos viendo televisión y Ashton me rodeaba la cintura con el brazo.

-Estrellita-Lo miré esperando a que hablara-Te amo-Sonreí

-¿Esperas que responda; "yo también"?-Él negó y acarició mi mejilla con su mano

-Me gustas mucho...-Susurró y me di cuenta que tenía que dejar de ser yo por un momento.

Me acerqué a él aún más y corte toda la distancia que había entre nosotros, con Ashton sabría como describir un beso de una forma más... romántica, por a si decirlo.

Mis dedos viajaron a los botones de su camiseta, lentamente jale el ojal de el primero y así se soltó. Hice eso con al menos tres de ellos, el inicio de su pecho quedó al descubierto.
La piel de ahí era suave y cálida, me separé por falta te aire

-Tú a mi...-Sonreí-Me encantas

Paula

Cuando Harry y yo llegamos a casa vimos el auto de Ashton, sonreí de lado.

-¿Podemos ir a otro lado?-Harry rió y asintió dando la vuelta con el auto.


Estábamos en un parque, Harry había rebuscado en el auto y encontró una manta. Mi cabeza estaba sobre el pecho de Harry y podía oír los latidos de su corazón.
Acariciaba mi cabello y yo hacía pequeño círculos con mi dedo sobre su camisa.

-Sólo para tus ojos...

-¿Mhm?-Pregunté sin entender

-Se me ocurrió... otra canción, para el álbum

-¿Qué?-Me senté y lo miré

-Ya tenemos otro álbum, este saldrá mientras seguimos en descanso así que será como ya sorpresa. Nos hacen falta unas cuantas canciones.

Sonreí, otro álbum.

-Sólo para tus ojos, mostraré mi corazón...-Su voz era música para mis oídos. Recoste mi espalda al árbol que había junto a nosotros, él puso su cabeza sobre mi regazo usandome de almohada. Comencé a tocar su cabello, sus rulos ese enredaban entre mis dedos.
Dejé de hacerlo por un momento y él se quejó, sonreí y continúe

-Sólo para tus ojos mostraré mi corazón, para cuando te sientas sola y olvides quién eres...-Susurró-Ese podría ser el coro

-Pareces loco-Hablé entre risas

-Sería tu canción-Mis risas sesaron y mi corazón se aceleró-Tienes... tienes que escucharla

Asenti aunque el no pidiera verme

-Si pudiera volar...-Se volvió un poco y lo pude mirar a los ojos, sus hermosos ojos color esmeralda-Te amo

-También te amo, Harry.

Después de un rato Harry rompió el silencio con una pregunta que me dejó sin palabras

-¿Qué piensas del matrimonio?-Mi boca se secó

-Qué... Tienes que amar muchísimo a tu pareja ya que será el que te acompañe toda la vida

-¿Y de los hijos?

-Son una bendición, una familia es algo hermoso. ¿Por qué todas estas preguntas?

-Por nada, curiosidad

Sam

A mi alrededor había un charco de sangre y mi estómago dolía muchísimo. Andy se había ido hace horas y Emma no contestaba su celular.
No contactaría a nadie más que no fuera ella y lo único que me quedaba era salir de aquí por mis propios medios.

Al intentar ponerme de pie resbale con toda la sangre y mi espalda se dobló de una forma dolorosa, tomé mi celular y con dificultad marqué a emergencias.

Di la dirección, mi cabeza daba vueltas y de pronto todo se volvió oscuro.

Desperté y dos personas me hablaban o hablaban entre ellas, me era imposible diferenciarlo. Parecía ser una pequeña cabina.
Era la ambulancia, lo había logrado.

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