Aún no entendía el sistema de seguridad que manejaban las personas en las que confiaba Dong, ya que siempre lo llevaban de un lado a otro con unas esposas similares a las que su Daddy usaba con é l algunas veces. El camino en auto estaba siendo algo largo y estar entre dos hombres con armas le hacía sentir incómodo.
— Ellie~ —Canturreó el menor, asomándose hacia el asiento delantero—. ¿Podemos cambiar de lugar? Estos amigos de aquí atrás no me simpatizan —Hizo un pequeño puchero.
— Ya casi llegamos, aguanta —Habló seria.
El rubio se dejó caer en el respaldo del asiento, mirando sus manos y después sonriendo al posar su mirada en su vientre, apenas en la mañana se había enterado que iba a ser mamá, dentro de él estaba una pequeña vida creciendo. Acarició su vientre y comenzó a tararear una canción desconocida, pero no para la mayor.
Ella le prestó atención, ya que aquella serie de sonidos no eran comunes, eran la clave que abría el sistema de información nacional que Jeonghan solía tararear cuando lo abría antes de una recolección de datos.
— Hannie, ¿De dónde escuchaste esa canción? —Preguntó, volteado a verlo.
— Jeonghan la cantaba todos los días, al igual que Dong cuando quería tranquilizarme —La miró con tranquilidad—. Jihoon me hace cantarla cuando está en la computadora, aún que no entiendo por qué.
Llevo su mano a la frente, no sabía absolutamente nada sobre esta persona, esto le hacía perder la cabeza cada vez que hablaba sobre ese tal "Dong" y el cómo ellos dos estaban ligados a Jeonghan. Hannie era una chica por lo que entendía de las palabras de Joshua, Dong sería como su mellizo, el cual había matado a Jeonghan. ¿Así era su historia? Aún no lograba entender por completo.
Una vez llegado a algún lugar desconocido para el rubio, pero igual de escondido que su antigua casa, la mujer lo tomó de la mano, guiándolo por ella, todo era del mismo color y sin vida, blanco y tonos grisáceos había por todas partes, lo hacían sentir triste.
— Aquí vivirás, en un momento llegarán las personas que cuidarán de ti, así que quédate en esta habitación, en el ropero está tu ropa, y la casa está vigilada por si alguien quiere hacerte daño a ti y a tu bebé —Intentó hacer su mejor esfuerzo por mostrar compasión hacia el menor.
— Ellie... —La llamó, su rostro era serio—. Tú no quieres hacerme daño, ¿Verdad?
— ¿Por qué debería?
— Soy una pieza clave para ti y para todo tu escudo, sé de qué trata todo esto, y sé que me necesitas, pero no estaré en disposición de que alguien se me acerque, ¿Me entiendes? Sino, ten por seguro que seré yo quien destruya todo esto.
El rubio relajó su cara y comenzó a tambalearse, siendo sostenido por Ellie. Hannie se había desmayado, y era extraño, ya que hace unos instantes estaba tranquila y era cooperativa, pero en ese momento no parecía ser así. Lo recostó en la cama y lo acomodó. Quizás tenía trastornos de personalidad. En esta casa, de alguna manera se mantendría segura y sin el alcance de alguien de Joshua, ya que al que ellos querían era a él. Hannie era indispensable.
(...)
Estaban en otro país, sus nombres en los documentos eran otros, pero ellos aún conservaban los verdaderos, sus aspectos físicos habían cambiado, el color de sus cabellos, su estilo era otro, sin llamar la atención. Estaban en una de las casas de seguridad de un amigo de Joshua. Desde que habían llegado a Japón, el mayor no hacía nada más que estar en su habitación; bebiendo, tratando de escanear y buscar información sobre el escuadrón que había llevado a cabo el arresto, y mucho más, acabar con la persona que terminó soltando toda la información.
Seungkwan y Mingyu eran los únicos autorizados para poder entrar a la habitación, ya que el rubio lo cuidaba y le daba de comer, mientras que Mingyu, como su mano derecha, le informaba cualquier movimiento que se hacía, porque a pesar de toda esta situación, el manejo de su red de narcotráfico no tenía por qué verse afectada.
— Joshua... —Llamó Mingyu desde la puerta.
— Pasa —Ordeno secamente. Mingyu entró a la habitación semi-oscura, mientras que el mayor estaba recostado en su cama, con la computadora en el regazo, debajo de sus ojos habían ojeras sumamente marcadas, sus ojos estaban rojos y seguramente le ardían. Aquella situación estaba lastimando a todo el equipo, ya que sin su líder, no podían hacer gran cosa, Mingyu como segundo mando tenía el poder suficiente para arreglar las cosas, pero Joshua era como su hermano y lo necesitaba sano.
— Joshua, necesitamos hablar sobre lo que te está pasando —Se sentó a su lado, mirándolo, mientras que él no le prestaba mucha atención.
— La metanfetamina se divide entre México y Chile, con 3 toneladas para cada una, y para Seúl van solo 2 toneladas —Explicó, levantando su mirada de la computadora unos segundos—. Creí que ya lo habías entendido.
— No vengo a hablar sobre eso, sino que me preocupa cómo está tu estado ahora, necesitas descansar. Aunque no lo creas, los miembros se sienten mal al respecto, porque no te ven con ellos, como papá deberías saber que los menores necesitan una figura fuerte al mando —Lo miró con seriedad—. También debes no preocuparte tanto por Jeonghan, ya que Seokmin está encargado de eso.
— No lo entiendes, me preocupa que lo quieran de regreso y que lo aparten de mi lado. Siento que el mundo entero está en mi maldita contra al no poder encontrarlo, como si se lo hubiese tragado la tierra —Entonces apagó la computadora y comenzó a llorar; Mingyu, en sus doce años de conocerlo, jamás lo vio llorar. Incluso, cuando murió su padre, no derramó ninguna lágrima y ahora lo estaba haciendo—. Mingyu, Jeonghan va a tener un bebé —Lo miró con los ojos cristalinos, debido al llanto—. Mi hijo está en peligro.
— ¿Cómo sabes que le pueden hacer daño? —Preguntó un poco confuso mientras que ponía su mano en la rodilla del contrario, mostrando su apoyo.
— Los conozco y si ellos quieren, pueden hacerlo desaparecer, pueden matarlo, pueden hacer que vuelva a su verdadera personalidad y me olvide para siempre.
— Hay que pensar en positivo, Joshua. Lo encontraremos.
— Se te hace fácil decir eso porque Wonwoo está contigo, están unidos, pero a mí siempre me quitan lo que más quiero —Lo miró a los ojos y Mingyu pudo notar todo el dolor que Joshua guardaba—. Sólo quiero cambiar... —Llevó sus manos a ambos lados de su cabeza, tirando de los cabellos que podía agarrar. Estaba frustrado.
— Joshua, necesito que estés tranquilo —Tomó sus mejillas con cariño—. Por favor, evita que salga de nuevo.
—Tengo miedo...
(...)
La habitación solo tenía una ventana que dejaba ver hacia el patio. Él estaba sentado en el mueble que estaba delante de aquel ventanal, mirando hacia afuera y acariciando su vientre, no entendía nada respecto a esta nueva experiencia, ni mucho menos por qué había confiado tan ciegamente en Dong, al dejarse traer hasta ese lugar, siendo claro que podría haber huido de ahí.
Quería que Joshua lo sostuviera entre sus brazos, acariciándolo como anoche en cuanto recupero el conocimiento.
— Lo hago por ti —Hablo el castaño de pelo corto mientras tomaba asiento frente a Hannie, quien solo miraba a la nada. Suspiró—. Lo hago porque necesitamos que ese bebé este a salvo.
— Mataste a Jeonghan por ambición, ¿Cómo quieres que confíe la vida de mi bebé contigo? —Lo miró con enojo.
— Porque somos uno mismo, ese bebé también me pertenece, y no quiero que le pase lo mismo que Mei Lee.
— No fue la culpa de Joshua que ellas murieran.
— Si lo fue, por eso no lo quiero cerca, porque él solo trae la muerte —Se puso de pie y dejó un beso en la frente del rubio, para luego desaparecer.
— No, fue culpa de Taeyonk al querer vengarse de Joshua matando a la familia de Jeonghan —Bufó, volviendo su vista a la ventana.
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Dangerous.《JiHan》
Fanfiction"Yoon Jeonghan era un oficial encubierto para terminar con el reinado de mafia que era liderado por "Joshua Hong". Al paso del tiempo el chico se va enamorando del mayor dejando atrás la misión.. Tras un accidente automovilístico en el cual perdió a...