m e r c y

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"El que confíe su secreto a otro hombre es esclavo de él."

— Baltasar Gracián.



Mingyu estaba en apuros, la falta del líder hacía grandes estragos en la organización, dejando todo el trabajo para la mano derecha de Joshua. Ahora, más o menos diez distribuidores, habían dejado tratos con la DL para ser una propia organización, la cual por obvias razones no les convenía.

Estaba tan estresado, y Joshua con depresión no le servía de nada.

— ¿Amor?— Entró Wonwoo en su despacho.

— ¿Pasa algo con los chicos? —Mingyu levantó un poco la vista, para después volver al plano de Corea con las fronteras y posibles rutas para la carga de cocaína que llegaría mañana.

— No, ellos están bien. Seungkwan ya rastreó la camioneta en donde vienen los paquetes y Woozi instaló una GPS inalámbrico en ella —Se acercó un poco a él.

— Si no hay problema, entonces puedes retirarte —El hombre tomó asiento en la silla, mientras iba poniendo señales en las carreteras.

— Tú crees que si Jeonghan hubiese tenido al bebé, ¿Joshua dejaría todo esto?

Esa pregunta sacó al pelinegro de su trabajo— Sabes cómo es esto Wonwoo, una vez que entras, la única manera de salir de esto es en un ataúd. Si el bebé naciera, no sería feliz, nadie lo sería.

—Ohh...

— ¿Por qué la pregunta? —Lo miró, acercándose a él, para tomarlo de la cintura.

— Curiosidad —Le sonrió.

— Te he descuidado, pero sabes que es por el trabajo —Apartó algunos mechones de su frente—. Mi esposo necesita una mejor atención.

— Estoy igual de ocupado, descuida.

Mingyu sonrió dejando ver sus colmillos, mientras se acercaba a darle un cálido beso a su pareja, pero este se separó después de un momento.

— Nos vemos luego —Y sin más, salió de la habitación, dejando algo confundido al joven alto.

Caminó por el largo pasillo de la casa, evitando la presión en su pecho que absorbía todos sus sentidos. Al bajar las escaleras al patio, chocó con Minghao, el cual vio caer un tubo del bolsillo de su mayor.

— ¡Hyung! —Lo llamó y tomó aquel tubo entre sus manos. Era una prueba de embarazo que daba positivo, al momento en que sus ojos se abrieron con sorpresa, chocó con la mirada del mayor—. Hyung, felicid-...

—Abortaré.

— ¿Qué?

— No se lo digas a nadie —Le dedicó una sonrisa amarga y se marchó.

Sin duda, la vida de ninguno era fácil, incluso si Jeonghan le hubiese dado un hijo a Joshua, este jamás apartaría su vida del monstruo que es para la sociedad. Sus manos estaban manchadas de sangre, mientras que Dios jamás las lavaría para entrar en su Reino, a ninguno de la DL para ser precisos, incluso Chan había matado aunque Joshua procuraba no meterlo en esto. Estaban destinados a sólo dos opciones, mueren en una cárcel o son asesinados. Era un mundo cruel, pero todos querían unirse por un motivo.

La situación con la DL por ahora era incierta para todo aquel que conociera la historia de la misma, tras el duro desligue de Jeonghan de los brazos de Joshua, quien desde que el pelilargo (como lo recordaban ellos) había desaparecido, se había encerrado en su propio mundo, en donde de vez en cuando atendía la distribución de su mercancía, dedicando todo su tiempo a la búsqueda de Jeonghan.

Esa vez de la llamada con Ellie al cuartel, en donde sabía que estaba confirmada la estancia de Hannie.

Todos habían comenzado a planear cómo podrían enfrentarse a seguridad nacional, la cual ya no les afectaba tanto después de haber asesinado en una reunión a un juez, para poder sacar a Joshua la primera vez que lo atraparon, la segunda vez fue fácil y está lo sería aún más. Tenían comiendo a Ellie en sus manos y lo sabían, porque habían investigado muchos de sus puntos débiles.

Joshua los descubrió. Estos meses se dedicó a su enemigo, aquella mujer que le hizo la vida imposible y que ahora necesitaba cobrar venganza.

Joshua sabía que tenía un hermano, era momento de revelarlo.

Tomó la computadora portátil para comenzar a bloquear señales y lograr algunas barreras para no dejar entrar a su base de datos cuando use el Internet, accedió a una cuenta y comenzó la llamada de nuevo.

En la pantalla apareció una mujer sin maquillaje y totalmente nerviosa al mirarlo.

— ¿Me extrañaste?

— ¿Se te hará costumbre llamarme por Skype para preguntarme eso?

— La última vez no cumplí mi amenaza, pero esta vez, quiero hacerte pensar un poco.

— ¿A qué te refieres? —Lo miró con intriga.

— ¿No es curioso que tu padre y el mío murieran el mismo día?

— Yo no tuve padre.

— Ellie Choi —Rió fuertemente y alzó una de sus cejas—. ¿Choi? ¿En serio?

— ¿Para eso llamas?

— Yo soy el hijo de la aventura de tu padre, Ellie Hong, somos hermanos y sé por qué quieres destruirme.

— No sé qué dices —Los nervios de la mujer eran sumamente notorios—. Yo nunca seré de la misma sangre que los asesinos.

— Lo eres, por eso papá en cuanto supo que te habías unido a la policía, y especialmente a su caso, te quito lo que más querías —Dijo como si fuera lo más ligero en el mundo.

— ¿Qué?

— ¿Aún no encuentras a Seungkook? —Sonrió con malicia.

— Imposible —Los ojos de Ellie comenzaron a ponerse llorosos—. No, tu no, ¡No!

— Es lamentable que tu mamá haya sido asesinada en la habitación de tu hijo y que este fuera secuestrado, dejando a mi padre como el único sospechoso —Fingió dolor ajeno—. ¡Oh! ¡Espera! —Chasqueó sus dedos al descubrir algo—. ¿Qué así no fue como murió la hermana de Jeonghan y su hija?

— ¿Estás insinuando que yo la maté?

— Sí, las mataste porque Jeonghan te traicionó al permanecer a mi lado y arruinó tus planes de venganza hacia mí.

— ¡Eres un maldito, nunca debiste meterte en mi vida! ¡Tú y tu padre me hicieron la maldita vida imposible! —Gritó con furia.

— Prepárate, Ellie, porque no habrá piedad —Cortó la llamada y dejó a un lado la computadora para salir de la cama y caminar a la cocina.

Las Ommas que atendían a sus chicos estaban de vacaciones, a excepción de dos, quienes seguían en la casa y eran de más confianza.

Joshua bajaba las escaleras de forma rápida mientras acomodaba su cabello y miraba a su alrededor, al parecer ya era de noche y los chicos posiblemente estarían en el comedor principal, así que fue hacia allá.

En cuanto estampó la puerta, las miradas de los demás lo miraron sorprendidos y atentos, incluso habían dejado de comer, Mingyu le dedicó una sonrisa, la cual fue devuelta mientras caminaba despacio hacia su asiento.

— Papá... —Murmuró Seungkwan.

— Mingyu, ¿Han estado preparándose?

— Claro, incluso me he dedicado a recobrar nuestras ventas.

— ¿Estás mejor, papá? —Preguntó Jihoon.

— Papá y sus bebés patearan traseros muy pronto —Sonrió con orgullo.

— Haz cambiado —Lo miró Chan y luego le correspondió con una sonrisa—. Me gusta.

— Vamos por Hannie, y levantaremos a Dragon League como nunca antes —Alzó una copa y todos lo imitaron, chocándolas entre ellos.

Dangerous.《JiHan》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora