lacerante 10

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Cada vez me cuesta más salir de la cama, de este estado putrefacto que me carcome no uno, ni dos, sino todas las venas. 

Que me despierto y sueño que traspaso con cuchillos mi cuerpo y no siento, y me da terror que no lo hagas tú. 

Hay días en que me desarmo y cada vez me sobra un hueso. Y te lo dejo de propina, para cuando vuelvas si te falta alguno, no te metas alfileres. 

Me siento tan débil que los barcos ya no me dan para flotar. Que te miro lejos y ya no quiero hacerte un hoyuelo dentro de mí. 

Que sé dónde estás, pero.

Ya no, no me das hambre, y.

Cómo voy a salvarte la vida, si mastico uñas, si uso las baterías al revés y no lavo las heridas, que ya no escuecen y yo, ya no las quiero entonces. 

Cómo voy a salvarte la vida si te he intentado sacar del agua mientras me ahogaba y te ahogaba también. 

Cómo. 

Pensar que me hecho pequeño para introducirme en tu vientre. Y tú te caíste de las escaleras por el placer de abortarme. Y desde entonces me duele tanto saber que has sido mala madre, mala amante, mala puta. 

Que nunca me has querido más que a ti, y.

Aveces hiervo tus palabras y bebo sólo las mentiras, luego vomito y ya no quedas, hambre.

Que putada que me quieras como quieres a la vida. Si aquella vez que el cansancio te vio pasar fumando despreocupada por el parque lleno de niños, tú que de un sorbo te bebes la tragedia y eres acerrima de ella.

Siempre has sido lacerante. 

Cómo voy a salvarte de la vida, si tengo que salvar a la vida de ti.

Alaska IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora