Capítulo 6: Sorpresa

1K 40 4
                                    

*Laura*
Entre lo ocurrido con la peque, aunque quedó en solo un susto, la noticia de Ainhoa y mis pesadillas que iban en aumento, tenía los vellos de punta, no sabía qué podía pasar y estaba muy asustada.
-Pequeña-me llamó Dani.
-¿Eu?-lo miré distraída.
-Sí, tú-me dio con el dedo en la nariz-.Andas muy metida en tu mundo, ¿qué pasa?
-Nada-negué tratando de sonar convincente.
Odiaba mentirle a Dani, pero no quise preocuparle con mis tonterías.
-¿Segura?-me miró fijamente-Venga, cuéntame qué te preocupa.
Suspiré y me removí incómoda en el sofá.
-Te lo cuento, pero prométeme que no se lo dirás a nadie-le señalé con el dedo.
-Te lo prometo-me miró preocupado-.¿Es algo grave?
-Ainhoa está embarazada-solté rápidamente.
-¿Cómo?-abrió los ojos mucho-.Álvaro lo sabrá, ¿no?
-No y... No se lo digas-dije.
-Imposible, Laura, es mi mejor amigo, lo está pasando pésimo y va a ser padre, no puede permanecer al margen-se exaltó.
-Lo sé, todas lo sabemos, incluida Ainhoa, pero te he pedido que me prometieses no contarlo porque nosotras también se lo prometimos a ella-traté de mantenerme tranquila-.No lo hicimos por hacerle un mal a Álvaro, sino porque debe ser ella quien se lo diga.
-¿Y a qué espera?-me señaló.
-A poder reunir fuerzas, no es fácil sabiendo el por qué se separaron, Dani, nosotros no podemos meternos ahí, son asuntos de ellos y solo ellos deben resolverlos-hablé con calma.
-Si Ainhoa no se lo dice, lo haré yo-advirtió levantándose del sofá.
-Dani...
-Ahora no, Laura-entró a nuestra habitación.
Sentí un nudo en el pecho, se había enfadado. Miré mi móvil que había estado sonando.
Ainhoa: ¿Entonces os venís todas?
Isa: Sí, Blas se queda con la peque que no quiero sacarla aún
Raquel: Mejor... Yo también voy, en un rato estoy allí
Clara: Sí, yo también
Isa: Lau, ¿tú vienes?
Lau: Sí, ya salgo para allá
Me levanté del sofá y fui a la habitación, vi que Dani estaba sobre la cama con la guitarra.
-Dani, voy con las chicas a ver a Ainhoa-le avisé.
-Mmhum-asintió sin mirarme.
Cogí mi bolso y, antes de salir, me giré a mirarle de nuevo, no había levantado la cabeza de la guitarra mientras tocaba algo que no llegué a reconocer bien.
-Vuelvo luego-asintió como desganado-.Te quiero.
Cerré la puerta y salí de casa. Fui andando, es verdad que ya hacía algo de frío, pero me apetecía que el aire leve que corría, me diera en la cara para que me ayudara a pensar. Llegué en media hora al piso, subí en el ascensor y luego toqué el timbre, fui la última en llegar.
-Por fin, tardona-bromeó Raquel.
-Perdonad, es que he venido andando-me disculpé dejando el bolso a un lado y quitándome la chaqueta para sentarme junto a Ainhoa e Isa en uno de los sofás.
-¿Ha pasado algo?-preguntaron preocupadas.
Negué con la cabeza y comenzamos a hablar de algunos temas sobre el embarazo, no presté mucha atención e Isa lo notó.
-Lau, cuéntanos qué te pasa, porque es obvio que nada, no-todas me miraron.
-He discutido con Dani-apoyé los codos en mis rodillas y la cara en mis manos.
-¿Por qué?-preguntó Clara extrañada.
-Se ha enfadado porque Álvaro no sabe sobre el bebé-miré hacia el suelo-.Dice que si Ainhoa no se lo dice, lo hará él.
-Lo siento-se disculpó Ainhoa acariciándome el brazo.
-No es culpa tuya-la miré.
-Claro que sí, yo os he metido en esto sabiendo que los chicos defenderían a Álvaro como amigos suyos que son-me dijo-.Hablaré con él.
-¿Con Álvaro?-preguntó Raquel sorprendida.
-Primero con Dani y después con él...-suspiró-Necesito tiempo, pero debe saberlo antes de que se me empiece a notar la tripa.
Todas asentimos y le dimos nuestro apoyo.
-Chicas, ¿Álvaro sabe dónde estoy quedándome?-preguntó Ainhoa cautelosa.
-Que nosotras sepamos, no-dijo Isa-.¿Por qué?
-El otro día soñé que venía a buscarme-confesó-.Desperté feliz, pero al darme cuenta de donde estaba... Las hormonas me tienen de arriba para abajo como una montaña rusa-resopló.
-Las hormonas y que le echas de menos-le dijo Raquel.
-No puedo negarlo, es el padre de mi hijo-se encogió de hombros.
-Y el hombre al que quieres-Isa la miró fijamente.
-Chicas, ¿qué le pediríais a los chicos si ganarais la apuesta?-preguntó Clara sorprendiéndonos por el cambio brusco de conversación.
-No lo había pensado...-dijo Isa.
-Dani debe cantarme Me gusta-sonreí sonrojada-.Si logro que vuelva a hablarme...
-¿Perdona?-Isa me miró obvia-Estamos hablando de Dani, ese chico que se desvive por su pequeña y el tonto más enamorado del planeta-hizo gestos exagerados que consiguieron que todas riésemos-.¿O tú hablabas de otro Dani que no conozco?
Reímos y la abracé, siempre conseguía levantarme el ánimo.
-Yo le pediré que sea mi siervo durante tiempo indefinido-dijo la mami.
-Ala...-reímos-Yo quizás le haga alguna pequeña maldad a mi pastelito-dijo Raquel con una sonrisa malévola.
-Volvemos a quedar Álvaro y yo-dijo Ainhoa y nosotras nos miramos sin saber qué contestarle-.Si consigo dejar mi cobardía atrás, aprovecharía eso para intentar que me escuchara y así decirle lo del bebé.
-¿Quién te dice que no quiere escucharte?-pregunté ganándome su mirada.
-Nadie, es una excusa que pongo yo-confesó cabizbaja.
-Bueno, aprovecha el tiempo y piensa bien lo que quieres decirle, cuando te sientas preparada, lo citas aquí o en vuestro piso, os encerráis y se lo dices-dijo Raquel.
-¿Por qué tenemos que encerrarnos?-la miró extrañada.
-Primero porque así evitas que os interrumpan, segundo porque no podríais salir corriendo y, tercero, porque lo mejor de las peleas son las reconciliaciones-le guiñó un ojo pícara haciendo que se sonrojara.
-¡Raquel!-exclamó Isa y después estalló en risas.
-¿Qué?-rió su hermana.
-A saber cuántas reconciliaciones de ese tipo has tenido con tu pastelito-le dijo Clara.
-Quizás algunas...-respondió algo cohibida.
Volvimos a reír y sacamos temas de conversación más normales.
A eso de las siete, comenzamos a despedirnos y me fui con Isa en su coche.
-Suerte-me sonrió.
-Gracias-le devolví la sonrisa-.Mañana hablamos.
Esperé hasta que se hubo ido para entrar en casa. Estaba todo algo oscuro así que encendí la luz.
-¡Ya he vuelto!-exclamé para que me escuchara, pero no me respondió.
Suspiré, dejé el bolso y la chaqueta en el perchero y fui a la cocina a por un vaso de agua. Me quedé mirando los distintos imanes que teníamos pegados en la nevera, concretamente en uno que compramos en Roma durante nuestra Luna de Miel. Sonreí recordando el viaje y acaricié el imán hasta que noté unos brazos rodearme la cintura.
-Lo siento-me susurró apoyando su barbilla en mi hombro-.No quise gritarte antes, pero me puse en los zapatos de Álvaro y actúe sin pensar-pegó mi espalda contra su pecho-.Perdón.
Noté el ritmo de su corazón contra mí, estaba tranquilo, pero en su voz noté que de verdad estaba arrepentido.
-Ainhoa quiere hablar contigo para que no le digas nada a Álvaro, ella se lo va a contar, pero necesita unos días para pensar bien cómo decírselo-le dije.
-No debí haberme metido en eso, es cosa de ellos y no voy a decir nada a menos que sea necesario-dijo-.Laura...
-¿Qué?-le miré por encima del hombro.
-Me siento fatal por haberte gritado antes-dijo mientras me daba la vuelta para mirarme a los ojos-.De verdad que soy idiota, es mejor que empecemos de nuevo-se separó un poco de mí-.Hola, soy Dani.
-Hola, me llamo Laura-le seguí el juego algo curiosa y extrañada.
-Esto... ¿Vienes conmigo a tomar algo?-se rascó la nuca como si estuviera nervioso.
-Lo siento, Dani, pero estoy casada-alcé mi mano y le mostré mi alianza-y, aunque creo que mi marido no es muy celoso, no me apetece descubrirlo, hasta luego.
Me moví para salir de la cocina, pero Dani me detuvo el paso con un brazo y me devolvió a mi sitio frente a él.
-Laura, ¿qué puedo hacer para que me perdones?-me miró fijamente a los ojos.
-Estás perdonado, Dani-respondí sincera.
-Entonces dime qué tengo que hacer para que me sonrías-dijo.
-Si sigues con esa cara de perrito, no podré evitarlo-medio sonreí.
-No tengo cara de perrito-frunció en ceño con un asomo de sonrisa.
-Claro que sí-repliqué poniendo mis brazos alrededor de su cuello.
-Mentirosa-me susurró uniendo su frente con la mía-.Si no sonríes...
-¿Que pasa con mis sonrisa?-pregunté curiosa.
-Tus ojos y tu sonrisa son los primero en lo que me fijé de ti, lo que me convirtieron en un tonto enamorado-me apartó el pelo de la cara.
-¿Me estás echando la culpa de que seas tonto?-lo miré con una mueca falsa de sorpresa.
-¿Te has dado cuenta de que te has cargado un buen momento? Y encima me has llamado tonto-entrecerró los ojos mirándome.
-Ups-reí quitando mis brazos de sus hombros-.¿Lo siento?
-No, ahora mereces un castigo-me amenazó divertido.
Una alarma sonó en mi interior, no iba a dejar que me hiciera cosquillas...
-Primero tendrás que encontrarme-salí corriendo de la cocina y me escondí debajo de la gran mesa del comedor-salón.
-¡Laura!-gritó yendo a buscarme.
Me quedé quieta para que no me viera mientras pensaba dónde correr a esconderme que fuera más seguro cuando...
-No eres muy buena-me susurró.
-¡Ah!-grité asustada.
Traté de levantarme, pero Dani me cogió por el tobillo y caí tumbada, suerte que no había llegado a levantarme, el golpe habría sido fuerte, me dejó tumbada en el suelo y se puso encima de mí apoyando el peso en sus rodillas a cada lado de mi cuerpo y con sus manos llevó mis brazos por encima de mi cabeza.
-¿Ahora qué?-acercó su cara a la mía.
-Ahora esto-lo besé
Sonrió y me siguió el beso, pero se separó demasiado pronto para mi gusto.
-Ei-me quejé.
-Quiero una sesión de besos, pero no en el suelo, vas a coger una pulmonía-se levantó y me extendió sus brazo
Me levanté con su ayuda y me quedé frente a él.
-Siento haber sido tan brusca al darte la noticia del embarazo de Ainhoa y el haber actuado tan infantil ahora-bajé la mirada.
-Hey-me alzó la cabeza por la barbilla-.Antes no reaccioné bien, no debí haber actuado de esa manera, lo siento-me acarició la mejilla apenado-y no me importa que te den ataques de niña pequeña, así me gustas más.
-¿Solo te gusto más?-puse un puchero apenada, no había dicho que me quería.
-Si te amara más de lo que lo hago, me detendrían por exceso-me sonrió-.Te amo con toda mi alma, pequeña, lo eres todo para mí.
-Yo también te amo, Dani, eres mi vida-lo abracé.
Me devolvió el abrazo apretándome contra él y me elevó un poco del suelo.
Era un momento perfecto, éramos muy felices y nada podía estropearlo, bueno, eso pensé...
A la mañana siguiente, mientras Dani se duchaba y yo ponía una lavadora, el timbre sonó. Extrañada fui a abrir.
-Ups, ¿todavía sigue contigo?-me miró de arriba abajo mientras la sorpresa me hacía perder el habla.
-¿Quién es?-preguntó Dani acercándose por detrás de mí.
-¡Sorpresa, bonito!

----

Por aquí vuelvo con un nuevo capítulo!! Esperamos que os guste y nos votéis y déis vuestra opinión que SIEMPRE es importante para nosotras :)

Mil besoooos! Os queremos <3

Can't Break UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora