Capítulo 14: Llegará

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*Raquel*

El viaje con David me sirvió para dejar de pensar en lo que se me venía encima, para intentar despejarme un poco, relajarme y poder pensar bien en qué diría y cómo lo diría. Aunque no fuera nada seguro, me estaba haciendo a la idea de que así era y no había forma de que fuera un error. Al volver a Madrid, ayudamos a mi hermanita y a Clara a mudarse a sus nuevas casas... Esas eran como las casas de mis sueños, siempre soñé con poder mudarme a un sitio como aquel y formar mi familia con mis seres queridos cerca y la realidad era que...

-Lo siento, Raquel, pero estos nuevos análisis y las pruebas vuelven a decir lo mismo-dijo mi ginecóloga entregándome unos papeles-, eres estéril.

Asentí y cogí los papeles entre mis manos y los miré sin verlos realmente, no quería leer lo que la doctora me estaba diciendo.

-Afortunadamente estamos en el siglo XXI y siempre podéis optar por la adopción...

Aunque estuviera en la consulta, no escuchaba apenas lo que me decía y, cuando empecé a ser consciente, ya estaba fuera del hospital... ¿Por qué yo? ¿Por qué justamente yo que quería tener una gran familia y no alguna de esas personas que tenía hijos para después tirarlos o abandonarlos en las esquinas? La vida era muy injusta.

Caminé sin rumbo hasta llegar a casa, David no estaba, por lo que podría intentar tranquilizarme un poco antes de darle la noticia a mi chico. Dejé el bolso encima del sofá y saqué los papeles para guardarlos en uno de mis cajones del mueble del salón, allí se quedarían hasta que reuniera las fuerzas y las palabras justas para decirle a David que no podría ser padre conmigo sin que decidiera dejarme e irse con otra que sí pudiera darle los hijos que yo no podría.

Mi móvil sonó, vacié mi gran bolso hasta encontrarlo y me encontré con una llamada de Isa.

-Dime hermanita-traté de sonar serena y creo que lo conseguí.

-Hola, hola-dijo alegre-.¿Lista para ir a mirar tu vestido de novia?

-¿Era hoy?-abrí los ojos como platos.

Justo el peor día para buscar un vestido para el que podría ser el día más importante de mi vida si mi futuro marido no decidía mandarme a volar al saber que no podría ser madre.

-No sé en qué mundo vivirás, pero anoche quedamos en que en media hora nos veríamos todas en el piso de Lau-rió.

-Lo siento, es que estoy nerviosa-mentí-.Me arreglo y nos vemos allí.

-Vale, hermanita, hasta luego-se despidió alegre.

-Hasta dentro de un rato-reí levemente y colgué.

Dejé el móvil con un suspiro sobre el sofá y volví a meter todo en el bolso, fui al baño, me retoqué el maquillaje, me arreglé el pelo y salí de casa con el móvil y las llaves del coche en la mano y el bolso colgado al hombro. En la puerta casi me choqué con David.

-Hola, amor-me sonrió después de darme un beso.

-¿Qué tal tu día?-metí mis manos en los bolsillos traseros de mis vaqueros.

-Agotador, solo tengo ganas de echarme un ratito contigo-me puso cara de perrito.

-Creo que eso va a tener que esperar-puse un puchero-, he quedado con las chicas.

Can't Break UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora