*Isa*
Me desperecé después de haber apagado el despertador, tenía que ir a trabajar, porque después de cuatro años había logrado acabar enfermería, y, por suerte, había conseguido trabajo en una clínica privada en la que estaba aprendiendo de unas matronas a atender partos, para así, en un futuro próximo, hacer el EIR.
Miré a mi lado, Blas se había tapado la cara con una de las manos cuando el despertador sonó, estaba tan dormido que hasta me dio pena despertarlo.
-Cariño, es hora de levantarse.- Le dije en voz baja, si hablaba más alto, Sara se despertaría antes de tiempo, y con antes de tiempo me refiero a antes de que podamos vestirnos y comenzar a preparar el desayuno.
Pero, por los pasitos apresurados que oí a través del pasillo supe que ya era tarde.
Sara saltó sobre la cama y su padre y comenzó a zarandearlo.
-¡Papá!, ¡ya es de día!- le dijo divertida.
Blas se movió despacio sin abrir los ojos, hasta que cogió a Sara y la alzó en el aire para después bajarla y volverla a subir.
-Ahora no podrás moverte.- Le dijo dejándola en el aire.
Al principio la princesa reía, pero pronto se enfadó cuando comprendió que estaba perdiendo tiempo.
Lo cierto es que era la niña más organizada del mundo, y perder un solo segundo le suponía una catástrofe.
-¡Papá!, ¡tengo que ir al cole!- Le decía frunciendo las cejas, lo que la hacía parecer adorable.
-¿No prefieres quedarte en casa y jugar conmigo?- Preguntó Blas, y es que ese día los chicos libraban e iban a aprovechar para prepararles las fiestas de cumpleaños a Clara y David.
-No, es importante, tengo que aprender cosas.- Le respondió rotunda.
-Y claro, si no va, no puede ver a Javi.- Le dije pinchándola.
Sara sonrió abiertamente, era más que evidente que los dos se adoraban.
Los tres nos levantamos y preparamos, lo más deprisa que pudimos con Sara jugueteando y metiéndonos prisa.
Desayunamos y me despedí de mi familia, hoy tenía que irme antes.
Llegué a la clínica deprisa, por suerte estaba cerca de mi casa, cuando entré fui deprisa a los vestuarios, donde me coloqué el uniforme rosa de las matronas y sus aprendices, con suerte podría sacarme la especialidad en dos años. Hasta entonces solo podía estar observando y actuando cuando mi supervisora lo dijese.
Después de ocho horas atendiendo partos, trasladando niños a hacerse pruebas, vigilando las incubadoras y demás acabé.
Me despedí de mis compañeras, me quité el uniforme y marché a casa.
Una vez en casa me di una ducha rápida, teníamos que ir a casa de Clara para celebrar su cumpleaños.
Sara estaba durmiendo, era su hora de la siesta, por lo que aproveché y estuve un rato a solas con Blas, disfrutando de los pocos minutos que teníamos de intimidad.
Después de una media hora, en la que Sara había despertado, la cambié de ropa y salimos, era el momento de presentarnos en la casa de Carlos y Clara.
Salimos cerrando la puerta con llave, dejando a Chiqui como alarma, era mucho más efectivo que cualquier otra medida de seguridad, Chiqui, con un desconocido se convertía en el perro más fiero del mundo.
Caminamos pocos metros hasta llegar a la casa de Clara y Carlos, el cumpleaños lo celebraríamos ahí.
Se suponía que era una sorpresa, pero todos éramos conscientes de que tanto Clara como David estaban al tanto, era un secreto contado a voces, además, cada año preparábamos sus cumpleaños en el mismo día.
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Can't Break Up
FanfictionCan break up by mail, by message, Can break up even by letter... I can't find the words to say... -Tengo algo que decir... -¿Qué? -No encuentro las palabras no porque no sepa cómo decirtelo, sino porque no las hay. -No entiendo. -Te amo.