CAPÍTULO 28

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Jack

Golpeo una vez más la pared de mi cuarto, mis nudillos están al rojo vivo. Mierda, otra vez Cassie me mando al buzón de voz. Salgo dando un portazo, me había olvidado que los chicos estaban en mi piso y me miran sorprendidos.

- ¡¿Qué coño miran?!

- Cariño, que te haya llegado tu periodo no es nuestra culpa. –me dice Mike con voz afeminada, veo como Liam sonríe a punto de la risa pero al ver mi rostro no lo hace, no se ríe.

- Ya, -le dice Liam a Mike. –hablando en serio, ¿Qué mierda te pasa, Jack? Esta mañana los deje a ti y a Cc solos un momento, y desaparecieron.

- Woohoo ¡Sexo a escondidas! –yo fulmino con la mirada a mi amigo de cabellos azules, mientras Liam estalla en una sonora carcajada. Se me escapa una leve sonrisa que intento ocultar con mi rostro serio otra vez.

- Ya cállate Mike, no tuve sexo con Cc.

- ¿Pero tiene que ver con la ardiente Cc? –me pregunta Mike subiendo y bajando sus cejas.

- Michael, pareces un niño pequeño, claro que tiene que ver con la encantadora, amuleto de buena suerte, Cc. ¿Quién más puede alterar así a Jack?

- Ella no me altera. –digo frunciendo el ceño.

- Si lo hace. –dijeron los dos al mismo tiempo, como si fuera obvio.

- ¿No tienen algo más que hacer además de meterse en mis asuntos?

- ¡Así que la sexy Cc es tu asu... -miro a Mike echando humo, lo adoro pero hoy tengo ganas de golpear gente y espero que no sea a él. –Bueno, Liam creo que Rex nos dijo que pasemos dentro de quince minutos por su oficina. –dice en un tono serio.

Siento la mirada de Liam analizándome, pero sé que no es capaz de ver más allá de mi furia puedo ver que no logra descubrir nada y se cuanto lo frustra esta situación, ya que casi siempre él tiene la capacidad de leerme como si fuera un puto libro y saber que mierda está pasando en mi jodida cabeza. Siempre me cuido a mí y a Michael como si fuera nuestro padre. Así que lanza un suspiro y asiente a lo que Mike le había dicho.

Ambos se paran para saludarme y me palmean la espalda antes de salir. Solo que Liam me susurra un "Llámame, si necesitas algo demente".

Me tiro en el sofá, agarro el mando a distancia y empiezo a cambiar canales, buscando alguna distracción aunque cada tanto miro por el rabillo del ojo mi teléfono celular que está a un costado esperando una llamada de Cassie.

Aunque dudo que lo haga, es casi tan terca como yo. Maldición.

Juro que si el psicópata que prendió fuego su casa la está persiguiendo lo voy a matar. Nadie en este puto planeta va a lastimar a mi chica.

¿Tu chica? Dice mi subconsciente prácticamente burlándose de mí.

Posiblemente jamás sea mía, ella está muy bien con su noviecito y a pesar que me cueste admitirlo sé que él la merece más que yo. Solo hay que tener dos dedos de frente para ver lo feliz que él la hace. Sé que se aman.

¿Pero dónde mierda esta él cuando ella lo necesita?

Me dirijo hasta la cocina y cojo un botellín de cerveza. Después del primer trago, escucho a mi celular sonar.

Corro a agarrarlo, pero cuando me fijo de quien era el mensaje no era de Cassie, era de la rubia, era un mensaje de su amiga Charlie. Lo abro, dice que vaya a una dirección que reconozco enseguida ya que es a unas cuadras de mi edificio pero lo que más me altero fue el final del mensaje: "Cass te necesita, Jack."

Antes de terminar de leerlo ya me estaba dirigiendo a buscar el casco y las llaves de mi moto.

Llego en menos de cinco minutos a la dirección que Charlie me pasó, es un edificio súper moderno, y toco el timbre que me indico. En seguida escucho saliendo la voz de ella por el parlante diciendo que ya bajaba.

Cuando Charlie me ve, me abraza dando un suspiro.

- ¡Gracias a dios que viniste! Cuando no me contestaste el mensaje pensé que no vendrías, pero aquí estas y más rápido de lo que pensé.

- Si. –digo siguiéndola hasta el ascensor, veo que marca el último piso. - ¿Me vas a decir que mierda está pasando con Cc? Porque tengo mis sospechas.

Ella no dice nada pero niega con la cabeza –Yo no puedo contarte nada, Jack. Es algo de ella, algo muy íntimo y si alguien te tiene que contar algo, Cc siempre va a ser la indicada. Pero voy a tener que obligarla, solo espero que te cuente lo suficiente como para que te deje cuidarla porque por como viniste sé que lo harás ya que...

Pero en ese momento deje de escuchar, en mi mente solo se repetía "...espero que te cuente lo suficiente como para que te deje cuidarla..."

El ascensor se paró y bajamos, cuando Charlie abrió la gran puerta pude a ver a Cassie sentada de espalda a nosotros en un inmenso sofá de un blanco casi celestial.

Al sentir nuestras pisadas al entrar ella se dio vuelta con una gran hermosa sonrisa tan blanca como el sofá en el cual estaba sentada pero esta desapareció al verme ahí. Se levanta como si estuviera a punto de saltarme a la yugular.

No me esperaba, definitivamente.

- ¡No pongas esa cara, Cassandra! –le grita su amiga. –Pero tienes que hacerlo, nena, me moriría si te llegara a pasar algo o imagínate como estaría Zack si te llega a pasar algo malo. Lo destrozarías, Cc. No pienses en ti y en tu orgullo, piensa en las personas que te amamos, por favor eres mi hermana. –dice la rubia con la voz quebrada.

Cassie se queda mirándola y veo como una lagrima rueda por su mejilla derecha y yo solo quiero correr a su lado a secarla pero no hago nada, espero a que ella diga algo.

Entonces sus ojos celestes clavan su mirada en mí, analizándome y no sé qué es lo que ella ve en mí pero asiente. Me hace un gesto para que me vaya a tomar en el sofá junto a ella.

- Yo voy a ver a Liam ¿Si? –dice Charlie un poco más tranquila, Cassie susurra por lo bajo un "Está bien". –Cualquier cosa me llamas, C.

Apenas Charlie sale por la puerta dejándonos a solas me dirijo al lugar donde Cassie me había indicado. Ahora puedo verla completa, llevaba una gran sudadera que le llegaba hasta la mitad del muslo y calcetines, su cabellera negra está más despeinada de lo normal y debajo de sus hermosos ojos había unas enormes ojeras. Lucía cansada. Ella se sienta junto a mí en el sillón y se hace una bolita, pegando sus piernas a su pecho y colocando su mentón sobre sus rodillas.

- Quiero que entiendas que esto es muy duro para mí, la única vez que le conté a alguien esta historia fue cuando tenía quince años, y estaba desesperada por alguien que pueda ayudarme.

- ¿Así te sientes ahora? –ella asiente con la cabeza y se me hace un nudo en el estómago, odio verla así.

- Creo en realidad que las cosas comenzaron a ir mal cuando yo nací, pero mis recuerdos solo son desde que tengo 5 años.

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¡Hola seres explosivos!

Espero que les haya gustado este capítulo, hacía mucho no escribía uno narrado por Jack.

Les deje a mi querido Michael  en multimedia.

Quiero leer sus comentarios.

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