7

174 21 14
                                    

Una noche largar ha pasado y he dormido de maravilla, siento un ligera molestia en el tobillo y al parecer está un poco inflamado, no creo que pueda salir con mi hermano, se molestara, ni modo.

Me levanto de la cama, tomo mis pantuflas de Sailor Moon y voy al baño, lavo mis dientes para bajar al comedor, trato un poco más en llegar pero no importa no pienso pedir ayuda.

Cuando llego a la cocina, hay un pequeño comedor que no había notado ayer que llegue por la tarde, mi piyama es un simple short que llega antes de la mitad de mis muslos y una blusa de tirantes. Encuentro a mi madre una mujer con cabello canoso para la edad que tiene, el trabajo del campo debe de ser agotador por lo que veo. Me gustaría poder aprender algo sobre el campo, nunca está de más un poco de aprendizaje.

—Buenos días mamá ¿Qué huele tan bien?

—Hola hijita, pensé que dormirías un poco más, son huevos con tocino y tostadas.

—Qué rico mamá.

Camino hasta el refrigerador para tomar leche o agua.

—Pero hijita ¿Qué le ha pasado a tu pie?

—Me doble el tobillo anoche después de cenar, estaba buscando a papi pero no lo encontré — digo omitiendo lo que paso con ese hombre, y con el otro sujeto anoche.

—Te tiene que ver el doctor cariño.

—No es necesario estaré bien solo me lo he doblado, me lo tallare y lo vendare después mamá, estaré bien.

En ese momento llega el hombre con el que me tope anoche buscando a papi, nuestras miradas se cruzan por un instante, me quedo sin habla cuando veo un golpe en su ojo derecho, es ahí cuando me doy cuenta que es al hombre sin nombre al que le pegue en la madrugada mi mamá sale de la cocina quedando solo él y yo en el lugar. No sé qué hacer ¿Le pido disculpas y que se note el error que he cometido o simplemente lo dejo estar?, no creo que me quiera hablar después de que le pegue. Hay un silencio incomodo en el lugar, tan denso que se puede cortar con un cuchillo, tengo que salir de este lugar, no sé qué hacer, así que voy camino hacia la puerta que da al comedor para escapar pero él no me lo permite.

—Has olvidado esto anoche —
Dice señalando la correa improvisada de papi, pero ¿Por qué coño papi volvió con él y no conmigo que soy su compañera? condenado perrito traidor.

—Mmmm gracias —le doy una mirada fulminante a papi, sabe perfectamente que se ha portado muy mal.

Se va como si nada, algo totalmente raro, si yo hubiera estado en su lugar tampoco me le hablaría si me hubiera pegado dejando un hematoma en la cara, y si me disculpo con algún presente, pero que le puedo dar, a un hombre que no conozco. Que complicada es la vida.

Vuelvo a mi habitación, me baño, cuando termino me seco el pelo y salgo enrollada en una toalla hasta el closet, tomo un pantalón azul marino de mezclilla y una blusa de tirantes color roja ladrillo, busco en el cajón donde tengo mi ropa interior y busco un sostén a juego con las pantis del mismo color que la blusa, busco mi cinturón y botines negros con un tacón de ocho centímetros, lo dejo todo en la cama y me empiezo a vestir, cuando ya he terminado le llamo a mi hermano para saber si tienes unas vendas que me dé.

—Aquí están las vendas ¿Para que las quieres?

—Me doble mi tobillo anoche y lo tengo un poco inflamado, lo tallare y lo vendare, pero no creo poder salir esta noche, a menos que este sentada, porque si van a bailar después no poder acompañarte.

—No te preocupes en nuestros planes no está el salir a bailar, así que estarás sentadita nada más —su flamante sonrisa demuestra que no piensa perder solo porque su hermana tiene un tobillo inflamado, tengo que almacenar favores para un futuro, nunca se sabe cuándo necesitare de algunos hilos.
Me venda mi lastimado tobillo me ayuda a poner mis botines aunque no le gusta la idea de que use tacones por mi condición. Tomo mi compu y su cargador, el cable USB de mi teléfono para cargarlo y no tener que subir por él.

Terminamos nuestro desayuno en el comedor, mientras que los trabajadores desayunan en la cocina. Son seis trabajadores los que hay en el rancho, no se para que tanto pero bueno mi padre es el que está al mando.

Estando en la terraza con un pasto perfectamente podado, un pequeño refugio de madera como el que aparece en la película juego de gemelas donde hija y futura madrastra se declaran la guerra está junto a un gran roble que da una perfecta sombra alejando el calor en los tiempos de primavera. Yo por mi parte estoy en un pequeño comedor blanco al igual que sus cuatro sillas y encima de mí una gran sombrilla esta puesta.

Busco los proyectos que aún no he terminado y por suerte es solo uno pero no recuerdo haber escrito nada nuevo y menos sin ponerle nombre al documento, lo abro y leo una de las lineas.

¿Sera ese el que tanto le gusto a Henri? Dejen sus comentarios y sus votos para saber si les gusta o si piensa que le falta algo a la historia.
Cecilia Ovando

SUEÑOS FUGACES #GSB2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora