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Hemos llegado a la casa de Andrea. Henri me ha maquillado perfectamente, tanto que ni siquiera se nota el golpe que la fulana me ha dado en la mejilla derecha. Jorge, por su parte, tiene una pequeña sonrisa en el rostro, no sé cuál sea el motivo pero me gusta verlo feliz.

—Buenas noches —digo al momento de entrar en la casa junto a mi hermano.

—¡Qué bueno que haya podido venir! Soy Luisa la mamá de Andrea, le estoy muy agradecida por salvar a mi niña.

—No ha sido nada, yo también soy mujer y no me gustaría que eso me pasara a mí, por eso le ayude. Él es Jorge, mi hermano — señalo a mi hermano — he traído una tarta de manzana, espero les guste.

—¡Ay señorita! No se hubiera molestado ustedes son nuestros invitados.

—No es ninguna molestia y por favor hábleme de tu soy Artemisa.

—Está bien, Artemisa.

La señora es muy simpática, es madre soltera y solo tiene una hija, plancha ajeno para sobrevivir, son muy humildes, Andrea y su madre tienen el mismo color de cabello, un castaño oscuro y ojos marrones y tés morena. Todavía tiene algunos rastros de los golpes en el rostro.
Al sentarnos en el comedor, la señora Luisa nos sirve la cena, es pollo con verduras, tiene un aroma muy agradable. Damos las gracias por los alimentos.

—¡Esta deliciosa la cena!

—Pues qué bueno que le haya gustado.

El agua de limón está muy rica, mi hermano entre rato mira disimuladamente Andrea ¿Le gustara ella? No lo sé, la plática sobre el racho, mi profesión es muy entretenida.

—Andrea, tú me has dicho que diseñas ropa ¿Me podrías enseñar los bocetos?

—Sí, claro ahora los traigo.

—Son estos.

Me entrega una caja llena de bocetos, los miro atentamente, ay fotos de vestidos de revista pasados a bocetos, es impresionante que lo hace exactamente igual y como esta.

—¡Es impresionante! ¿Cuáles son los que son de tu autoría?

—Son estos — dice separando una parte de las hojas.

—¡Woooow! ¡Son hermosos! ¿Les puedo tomar una foto?

—Sí, claro.

Tiene mucho talento, estoy segura que Henri opinara lo mismo, tomo las fotos de algunos bocetos. Pasamos un rato más y nos vamos.
Al llegar a la casa, voy directamente a mi cuarto. Tomo mi ropa de dormir, me baño sin mojarme el pelo y me acuesto. Ha sido un día de muchas emociones. Necesito descansar, miro el golpe en el espejo y está un poco inflamado y una pequeña marca color lila, sí que tiene fuerza esa mujer para dejarme la mejilla así, me acuesto y antes de dormir pongo a cargar mi teléfono.

Estoy rodeada de flores y velas, en el cielo de una oscura noche hay una luna que ilumina la noche estrellada, todo es precioso, el olor de las rosas esta por todo el lugar, a mi derecha hay una fogata, veo un sendero de antorchas, una playa, todo es maravilloso, al final del sendero se encuentra el hombre, al que he besado, esta maravilloso vestido solo con unos pantalones blancos muy cómodos, me tiende la mano, camino hacia él y cundo estoy por llegar…….

Mi teléfono suena, es una llamada, contesto de mala gana ¿Por qué han interrumpido mi sueño?

—Hola — mi voz es soñolienta.

—Hola ojitos.

—¿Ojitos? Creo que se ha confundido de número y cuelgo — nadie me llama así.

SUEÑOS FUGACES #GSB2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora