SUEÑOS FUGACES #GSB2017

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—Per… pero que ha sido eso — su cara refleja la sorpresa, no esperaba eso y obvio yo no le hecho mucho sexo oral, pero por venganza, lo haría las veces que hiciera falta.

—Eso cariño es por no terminar lo que has iniciado — su rostro está completamente serio, obvio no le ha gustado que lo dejara a punto de la liberación, yo también quería y él no lo ha hecho, al contrario me ha torturado hasta el fondo sin tregua alguna. Tengo una estúpida sonrisa en mi rostro por haber ganado, pero su expresión ya no es seria sino que tiene una media sonrisa en sus labios, este trama algo.

—Eso lo veremos — aumenta la velocidad del carro y cuando ya hemos avanzado bastante, entra en un auto hotel, pide la habitación a la chica, esta le asigna la numero veinticinco y le dice a qué parte dirigirse. Este me saca bruscamente del auto hasta me carga como si fuera un bulto de naranjas. Entra en la habitación y me avienta en la cama ¡Amo que haga eso! — así que piensas que puedes dejarme así empalmado sin recibir tu castigo — su sonrisa es totalmente traviesa.

Me separa las piernas, al ver mi panti que son de absoluto encaje, me mira con lujuria.

—¿Te gusta lo que ves?

Ni siquiera me contesta porque prefiere romper mi ropa interior, rompe  mi lindo vestido al igual que mi sostén, ha destruido mi ropa, tan salvaje amor cundo se pone así. Ni he sabido en qué momento se ha quitado el cinturón y el resto de su ropa esta denudo de cintura para abajo

—Ahora los dos terminaremos lo que hemos empezado —  veo como tiene agarrado su miembro moviéndolo de arriba abajo en una clara señal de lo que quiere. Me levanto de la cama y me paro enfrente de el pero solo para tomar el inicio de su camisa y romperla, los botones vuelan y aterrizan en el suelo lo miro con malicia y después me arrodillo y hago el codiciado trabajo, muevo mis labios, lo tomo hasta el fondo, Alex toma mi cabello y mueve mi cabeza y después de un rato el, me aleja de su miembro y vuelve aventarme en la cama, se pone el preservativo con maestría y sin decir agua va me penetra y sin poder evitarlo un gemido sale de mí.

—Me gusta que estés tan mojada, eso me excita aún más — mueve su cadera haciendo que me sienta más excitada de lo que ya estoy, me atormenta con sus movimientos lentos yo quiero más, deseo más, necesito más.

—Podría estar mucho más si te esmeraras — solo lo digo para provocarlo más, muevo las caderas a la par en busca de más profundidad.

Ya no se ni qué hora es, solo sé que se ha esmerado mucho, demasiado, me ha hecho ver las estrellas más hermosas, las más destellantes, ilumino lo más profundo de mi ser. Me acurruco en su pecho, el rodea mi cuerpo con sus brazos, dándome calor, cierto mis ojos y me concentro en escuchar los latidos de su corazón. Ese corazón que me ha dado por completo, sé que ese lugar solo es mío y de nadie más, ciertamente había estado insegura de ello pero ya no más.

Después de un buen rato el bajo a la cochera por nuestras maletas, teníamos que ponernos una nueva ropa pues la otra han terminado rotas.
Para cuando llegamos a la ciudad, ya está la puesta de sol me lleva a una casa linda y acogedora. Con muebles en muy lindos, se siente la presencia femenina, hay flores, en una mesa que está pegada a la pared de en la sala, hay cuadros familiares y es en ese momento en donde me doy cuenta de todo. Me siento ligeramente nerviosa, empiezo a pasar mis manos por el cabello para peinarlo más, reviso mi vestimenta disimuladamente cuando escucho los pasos de dos personas.

—¡Qué bueno que ya llegaron! Los esperábamos  — la  mujer tiene unos cincuenta años y el señor que tiene a lado, está bien cuidado, se ve que se mantiene activo, todo su cabello es blanco por las canas.

Alex me mira en busca de una reacción de mi parte, sus padres me miran con una sonrisa ¿Qué pensaran de mí? En un año no había sabido nada de ellos, por un momento pensé que no tenía padres pero ahora, todo ha cambiado.

—Artemisa, te presento a mis padres — ¡oh por dios!  — Estela y Roberto — sus padres me dan la mano en cuanto nos presentan.