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La alarma sonó y el sueño termino. Mis padres ¡Los he visto en mis sueños! Quieren que siga con mi vida, que viva el presente y el día a día como si no hubiera mañana, me levanto y peino mi cabello como todos los días. Tomo mi vestido amarrillo con mangas que llegan hasta el inicio de mi codo, llega hasta la mitad de mis piernas y tiene cinta cruzadas en medio de mi busto y unos botines de unos siete centímetros color café oscuro y la ropa interior del mismo color que el vestido. Lo dejo todo en la cama, me baño rápido, depilo mis piernas, axilas, bigote y mi zona intima. Cuando termino me envuelvo en la toalla y lavo mis dientes, al terminar salgo y aplico el maquillaje de siempre. Pongo crema hidratante en mis piernas y en toda la zona de piel expuesta, mis aretes son chicos igual que todos los días estoy en casa. Cuando he terminado de alistarme, desconecto el cargador y el teléfono lo guardo en uno de los botines, tomo mis lentes de sol oscuros y bajo.

Gloria me da los buenos días.

—Buenos días gloria, huele delicioso, que nos preparaste hoy.

—Hoy he preparado, chicharrón en salsa verde con un poco de chile claro, frijol frito y arroz.

—A bueno Gloria.

Mi hermano baja y se queda en la cocina, me mira, y siento que quiere hablar conmigo pero no me dice nada, está muy serio y no sé por qué, no lo quiero incomodar preguntándole.

—Hola Jorge.

—Hola.

Su respuesta es muy distante, tiene que pasarle algo. El desayuno pasa con tranquilidad.

El trabajo empieza con normalidad pero tengo que admitir que falta un jinete que reemplace Antonio ahora que él está en la cárcel, tengo que hablar con Jorge de ello pero después. Constelación esta mejor cada día, ya no es tan enojón como cuando lo conocí.


En estos momentos estos bañando a mi caballo, mientras canto una de mis canciones favoritas Titanium de David Guetta, mi cabello al igual que mi voz han cambiado hoy. Mi voz es un poco más gruesa y mi cabello tiene risos como si lo hubiera hecho con una tenaza.

A las una de la tarde fui al pueblo a distraerme un poco, estoy sentada en el parque donde vi por primera vez Alexander, recuerdo el momento de mi torpeza, donde no supe que él estaba enfrente mío, se me pone la piel chinita solo de recordarlo como si fuera ayer un cuatro de mayo todo ha cambiado para ambos, pasa un vendedor de algodones de azúcar y compro uno de color azul un gran roble está haciendo sombra para mi mientras como el algodón.

Después de una hora me voy, paseo por algunas tiendas de ropa y al entrar en una donde solo venden vestidos, veo varios modelos y cuando alzo la mirada me encuentro con Mónica que hace cara de fuchi en cuanto me ve yo sigo con lo que estaba haciendo.

Tomo un vestido color menta, uno negro y uno color mandarina, entro en el probador y me veo bien el espejo el color menta es con los hombros descubiertos, magas largas, no muy entallado y llega un poco arriba de la rodilla tan bien esta en color guinda pero me gusto más en menta algo mejor y también y lo compro en ese color, después el azul que también es con los hombros descubiertos tiene, entallado y llega hasta la mitad de mis piernas y el ultimo es color mandarina de fondo y con flores azul marinas con mangas que llegan hasta la mitad de mi brazo y hasta la mitad de mis piernas este no tiene ningún escote. Los tres me quedan muy bien así que compro los tres y el de color menta también lo compro en color guinda, salgo de la tienda y me dirijo hasta mi coche cuando alguien se para enfrente de mí.


—El otro día estuve con Alexander y no sabes lo bien que lo pasamos

Me purga esta mujer, se ve que no tiene dignidad ni respeto por ella misma, pero no caeré en sus mentiras y su pose de diva no me va intimidar.

—¿Así? Me da mucho gusto.

En ese momento pasa un vende helado y le compro uno ignorándola.

—¡Qué bueno! Es divino en la cama y ni que decir en el hotel, me llevo a uno espectacular, como se llamaba, así, se llama hotel Luna.

Es obvio que él no la llevaría al mismo hotel en donde una vez fuimos, obvio lo hace para molestarme, con todas mis fuerzas intento no embarrarle el helado, pero creo que no, aunque sea mentira.

—Me parece muy bien, si me disculpas yo si tengo cosas importantes que hacer — cuando paso por un lado me sujeta del brazo.

SUEÑOS FUGACES #GSB2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora