Jos caminaba tranquilamente por el pasillo, algunos lo miraban, otros le sonreía, y algunas otras se veían en intención de acercarse a él.
Y entre esas chicas destacaba Sasha, la cual le sonreía ladina mientras se acercaba a él; Jos enserio quería que ella entendiera las palabras follada de una noche. Porque parecía que ella se negara a aceptarlo, ó simplemente le gustaba fastidiarlo.
—Hola Jos—su voz era tan aguda; el ojimiel solo rodó los ojos ante eso— ¿Por qué no has ido a mi casa?—Cuestionó—Aun podemos divertirnos—él simplemente sonrió un poco, tomándola de la cintura.
—No he tenido tiempo, estuve ocupado con Melanie—la sonrisa de autosuficiencia se borro de su rostro
—No mientas—replico, sus ojos destellaban curiosidad y Jos solo quería divertirse un momento.
—Está bien—Suspiro. Pensó en alguien, alguien que la dejara con la boca abierta. Libero su cintura, teniendo en mente quien podría ser perfecto para aquella imagen—. Mantén la calma, no es mi problema si te fastidia.
Ella continuaba observándolo, analizando su expresión facial, y aunque le incomodaba, no le reprocharía nada ya que estaba harto de escuchar su voz. Diviso un pequeño cuerpo avanzar frente a él, la piel blanquecina en contraste con la luz del sol; sus ojos brillando gracias al mismo. Sonrió un poco, pensando que Sasha se saldría de sus cabales cuando lo escuchara.
—Estuve con Alonso—La morena abrió sus ojos mieles en demasía.
— ¿Q-qué dices?—Él asintió, observando la mirada perturbada de la chica—No puedo creer que seas un maricón—el ojimiel frunció el ceño, mirándola asqueado.
—Déjate de mierdas, no soy un maricón—La incredibilidad en su rostro lo hizo suspirar.
—Entonces bésame—lo reto ella—. Bésame y así me demuestras que no eres un marica.
—Eres demasiado infantil.
— ¿Estas evadiendo al situación?
—Eres una enferma. No te besare, no debo demostrarte nada.
—Lo gritare, Jos—elevo una ceja, intento tomar aire pero Jos la detuvo.
De inmediato acerco sus labios, tomándolos en un beso demasiado salvaje, succionando sus labios y dando paso a su lengua para hacer una guerra entre ellas.
Aunque dejando todo aquello, aun no podía sentir nada dentro de él. No sentía amor, mucho menos pasión.
Así que justo ahí se dio cuenta que algo estaba cambiando, obviamente.
Y cuando se alejo de sus labios, limpio los suyos propias con sus dedos para después decir: —Quédate tranquila, ya que yo no soy ningún maricón—y ella parecía empezar a hablar, sin embargo no la escucho, sus ojos encontraron a Alonso avanzar dentro de la escuela, moviendo sus dedos en la pantalla de su celular y sonreír de vez en cuando.
La curiosidad lo invadía, quería saber con quien hablaba el pequeño pelirrojo.
— ¿Estas escuchándome?—asintió, aunque Sasha no le creyó ni un poco, así que volteo a donde el mayor miraba.
En sus ojos pareció arder una llama cuando observo al pelirrojo, sonrojado y sonriendo hacia unos rubios que lo abrazaban por los hombros
—Estás viendo al maricón—afirmo, sintiendo como Jos la dejaba ahí, sin decir una sola palabra, solo siguiendo al blondo—Ese mocoso me las pagara—susurró—Nadie se mete con lo mío.
Por otro lado, Jos observaba al pelirrojo sacando sus libros, y como ese día era más aburrido de lo normal, decidió ir a molestarlo un poco.
Aun no sabía de dónde provenía la necesidad de querer verlo, necesitar molestarlo para quedarse un tanto tranquilo.
Se acerco al menor, notando que este se encontraba tarareando una canción, moviendo un poco sus caderas mientras sus labios formulaban algunas palabras.
—Veo que la música de maricones aun no desaparece—y no entendía porque siempre debía insultarlo—, podrías caminar entre un grupo de chicas y pasar desapercibido—Alonso lo observo con sus grandes ojos azules, frunciendo un poco el ceño—Además, ¿por qué usas faldas? Esas mierdas solo sirve para mujeres
—No veo que incomoden a alguien, Jos—respondió el menor
—Te hacen ver más mar—
—A mí me gustan, así que puedo usarlas porque me parecen lindas—Jos rodó los ojos, conteniéndose las ganas de aventarle algo a la cara.
—También deberías dejar de usar esas coronas de flores, ¿Qué eres? ¿Una maceta? —el blondo lo observo confundido mientras Jos tomaba una flor de su corona y la rodaba entre sus dedos
—No soy una mace-maceta—murmuro—, soy Alonso. ¿No puedes verme bien? —cuestiono con inocencia, sin ningún toque de broma en su voz.
Jos rodó los ojos, y es que no le parecía satisfactorio el molestar a Alonso si este mismo no se molestaba. ¡Era estresante! Principalmente porque el menor era tan inocente que, probablemente, siquiera entendiera que el mayor solo quería fastidiarle el día.
Así que, con toda la molestia que pudo recaudar dentro de él, tomo una apresurada decisión.
—No es divertido si no te molestas—refunfuño el mayor, frunciendo el ceño.
— ¿Por qué debería molestarme?—Pregunto—Tú no eres molesto; para mí no eres molesto—pensó un segundo—, además me gustan los dibujos en tus brazos, son muy bonitos—mordió su labio, queriendo decir mas pero la mirada del mayor lo intimidaba.
Quería decirle que él era la persona más bonita que había visto, que sus ojos le encantaban y cada vez que escuchaba su voz sentía mariposas en su estomago.
Porque siendo tan enamoradizo, no le costaba trabajo quedar un poco embobado con el mayor.
—Bien, me rindo—dijo—. Si tú, mierda, no te molestas con mis insultos, no tiene ningún jodido sentido que continúe molestándote—frunció un poco el ceño—. Ya no te molestare, mejor... seamos algo parecido a amigos
Alonso pudo jurar que casi salta de alegría, feliz de que Jos quisiera ser su amigo.
Asintió repetidas veces, notando como Jos revolvía su cabello, un tanto incomodo.
—Entonces... ¿nos vemos? —la verdad no sabía cómo tratar a alguien de forma cariñosa, o amistosa, ya que nunca se encontró con la necesidad de hacerlo. —Oh—agrego rápidamente—nada de cursilerías, solo seré tú amigo, no quiero que me molestes con tontos apodos—el menor rió por las palabras del mayor, sonrojándose un poco al recordar los muchos apodos que ya había pensado.
—Está bien—aceptó—Hasta luego, Jos—sonrió inmensamente, achicando sus ojos.
Jos sonrió inconscientemente, mirando al pelirrojo alejarse.
De algo estaba seguro; Alonso lo encaminaría a un buen lugar, y lo ensañaría a tratar bien a las personas.
Y se prometió a él mismo ser un ángel guardián para el pequeño blondo.
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Pretty Innocent [Jalonso]
Fanfiction"Él es como un rayo de sol; iluminó mi vida en su momento más obscuro. ¿Por qué lo dejaría ir así de fácil?" ¿El matón y el inocente? Que horror. Copyright. Fanfiction #925 Terminada el 18/04/17