Chapter twelve

1.5K 180 12
                                    


Podía imaginarse ese pequeño cuerpo temblando debajo de él; susurrando por más, pidiendo con voz agitada que continuase.

Casi podía sentir la temperatura de su piel aumentar. Palpaba la suave piel de su pequeño novio bajo sus dedos, la suavidad de esta y como sus dedos se adentraba levemente, formando pequeños rollitos. Le encantaba la pequeña pancita de su pequeño, era sumamente adorable.

Se imaginaba tomando sus labios hasta dejarlos rojos e hinchados, brillosos por la saliva esparcida en ellos.

Sí, era algo que anhelaba desde lo más profundo en su alma; corromper al mayor inocente que pudiera conocer.

Pero estaba seguro de que no lo haría, porque no podría simplemente tomar la inocencia de su pequeño chico. Quitarle su virginidad solo por placer propio, aunque se le complicaba un poco...

—¡Jos!—volvió a llamar, observando como el mayor continuaba soltando leves suspiros

—Bebé—susurro, removiéndose un poco.

—Jos—grito de nuevo, haciendo sobresaltar al mayor, sacándolo de su sueño, y haciéndolo caer de cara al suelo.

—¿Qué es eso? ¿Duele?—apunto hacia su entrepierna, ladeando la cabeza como un cachorrito perdido.

Alonso lo había invitado a pasar la noche en su casa, y Jos no pudo rechazarlo cuando la madre de su pequeño novio (la cual ya tenía más confianza en él) estaba ahí, mirándolo con confianza de poder cuidar a su hijo.

Sin embargo, no contó con el hecho de tener que dormir con su pequeño novio gracias a la tormenta que se avecinaba, y como toda madre preocupada, la señora Camarena le aconsejo quedarse con ellos.

Intento tener la habitación de invitados, pero Alonso insistía en querer dormir junto a él, rogando con pucheros y ojos aguados.

Y, de nuevo, no pudo resistirse.

—No es nada, bebé—cubrió con una mano su entrepierna, la cual estaba erguida, requiriendo de atención.

—Pero...—comenzó con su ceño frunció—¿Te duele? Eso parece doloroso, Jos—no podía con la mirada que le daba, lo sacaba de sus cabales.

—¿Dónde está el baño?—cuestiono rápidamente, necesitaba deshacerse de ese problema entre sus piernas. Alonso apunto hacia una puerta blanca junto a la principal de su habitación; dejando un beso en el cabello de Alonso, se alejo.

Entonces, como Alonso no era para nada curioso, después de que Jos desapareció por la puerta, cerrándola suavemente, ya que eran más allá de las tres de la mañana. El ojiazul, aun con sus ojitos soñolientos, se acerco a la puerta y pego su oreja en la superficie, sintiendo un escalofrió cuando la fría madera contacto con su tibia piel.

Escucho algunos jadeos, seguidos de algo parecido a sonidos de ¿dolor? No lo sabía, en realidad, así que comenzó a preocuparse al pensar en que tal vez Jos si estaba lastimando y no quería preocuparlo.

Los ruidos cesaron y él se alejo de la puerta, regresando rápidamente a su cómoda mientras el mayor salía de la puerta del baño y se acercaba a él, sonriendo hacia su novio.

—Bien, todo listo—murmuro—Ven aquí, cariño—el ojiazul se acurruco en sus brazos, restándole importancia al asunto anterior.

Aunque no pudo evitar preguntar algunas cosas.

—¿Me diras que era eso?—sus manos se apoyaron en los bíceps del mayor, sintiendo los musculos flexionarse bajo sus dedos.

—No, aún.

Jos suspiro levemente, haciendo una nota mental de tratar de controlar sus pensamientos para no tener que masturbarse con su pequeño novio a unos simples metros de él.

Debía tener más autocontrol, lo sabía, pero no era relativamente fácil con Alonso frente a él, con sus tiernos movimientos de manos y sus sonrojadas mejillas; sus facciones tan finas o sus gestos tan dulces.

También estaba seguro que cayó completamente en el amor.

Pretty Innocent [Jalonso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora