Chapter seven

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Jos sentía el viendo azotando su rostro, además de la fuerte presión en su cintura.

Unos pequeños y delgados brazos cubiertos por un lindo sweater azul se aferraban a él, y podía imaginar cómo Alonso cerraba fuertemente los ojos y fruncía los labios.

Sonrió ante eso; llevaba un casco negro mientras Alonso tenía el de repuesto, igualmente negro, y ambos estaban montados en la motocicleta del mayor.

Aunque al principio Alonso se negó; logro convencerlo.

Era uno de esos días en los cuales estaba feliz (pocas veces aparecía así), y pensaba aprovecharlo con una persona que valiera la pena.

Sintió como su cuerpo era tacleado levemente y sonrió inconscientemente, escuchando después una pequeña risita amortiguada.

—Hola, Jos —murmuro él; podría decir que estaba cayendo cada vez más por el menor.

Quiero decir, pasaban mucho tiempo juntos desde que comenzaron a ser amigos. Pero pareciera que no podían separarse, ya que cuando Alonso debía asistir a clases, Jos estaba detrás de él, vigilando que nadie se sobrepasara con el pequeño.

—Hey, pequeño —sonrió; una sonrisa completamente sincera —. Es tarde, deberías estar en clases —él hizo un puchero, elevando su cabeza para observar mejor al mayor.

—Max no vendrá hoy porque Will está enfermo —tarareo, adentrándose a la escuela, ahora con Alonso abrazado a él de frente.

—Que decepción, con lo mucho que me gusta joderles el día —el pequeño arrugo su nariz, sonriendo un poco

—Eres un bobo, no deberías arruinarles el día

—¿Qué dices? Yo mando aquí —el negó, frunciendo los labios para ocultar su sonrisa. Jos elevo una ceja y se separó de su abrazo —. Solo observa, chiquito —. Alonso se sonrojo por el inesperado apodo; mientras, Jos buscaba alguna persona, una cualquiera que pudiera hacerle su petición —¡Tú! —un chico castaño cruzaba el pasillo, se detuvo en seco al escuchar a uno de los matones hablarle, así que con cuidado se giró —Avisa a los chicos de Kit boxing que tendremos un torneo esta tarde —él lo miro un segundo, antes de responder:

—P-pero tengo q-que volver a clas...

—No pregunte, imbécil. Simplemente haz lo que te digo, has de saber muy bien donde se encuentran —frunció el ceño —. También habla con el entrenador, no iré a la práctica de Americano hoy —el chico no se movió de su lugar; Jos comenzaba a desesperarse —¡Rápido, carajo! —Lo observo alejarse, caminando casi cohibido —¿Lo ves? Yo mando

—Por supuesto —concordó, soltando una risita tímida.

Pasaron el resto del día juntos; no se les vio en la cafetería ya que se alejaron un poco del gran edificio y estuvieron juntos en el jardín del instituto.

Jos fumando un cigarro mientras Alonso hacia una pequeña corona de flores.

Aunque llegaban momentos en los que solo observaba el perfil del mayor, apartando la mirada rápidamente cuando notaba que Jos lo observaba con una sonrisa que hacia sus mejillas sonrojar.

El ojimiel no sabía a qué se debía esa calidez en su estómago; tal vez el hecho de estar relajado como pocas veces ocurría, o simplemente estar en compañía del menor.

Su planes de acostarse con el seguían en pie, aunque ya no tan propuestos como antes; se daba cuenta de la inocencia exaltante de cada poro de Alonso.

Como se sonrojaba con cualquier piropo; al igual de cuando se equivocaba y pedía sabrá dios cuantas veces perdón a todas las personas. Y era fascinante, en verdad, le gustaba descubrir nuevas actitudes del pequeño.

Pero él sabía que, atreves de toda esa inocencia había un adolescente.

Un adolescente lleno de hormonas.

Y Jos mentiría si dijera que no deseaba romper aquellas barreras del menor; pero se contiene, obviamente.

Entonces, estando ya de salida, Alonso avisando a su madre que un amigo suyo lo dejaría en casa.

Así que hay estaban, ambos bajando de la motocicleta y la madre de Alonso observando cómo su hijo la saludaba agitando una mano en su dirección, retirando el casco de su rostro.

—¡Mami! —Exclamo, ella lo observaba con los ojos abiertos —Él es Jos —apunto a su lado, señalando al chico lleno de tatuajes, el cual parecía algo incómodo con la presencia de la mujer.

—Cariño, entra a casa —su mirada encontró la de su hijo, sonriendo con cariño hacia él.

—Uh, está bien —Murmuro —¿Quieres entrar, Jos? Por favor —suplico, mirándolo con grandes ojos brillantes.

No se resistió ante eso y asintió, sonriendo un poco cuando Alonso tomo su manos y lo guio dentro de la acogedora casa.

Aunque tenía un poco de miedo, ya que sabía que la madre de Alonso hablaría un poco con él. 

Pretty Innocent [Jalonso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora