Pretty Innocent [Jalonso]

Extra: Compromiso

Jos había imaginado cómo le propondría matrimonio a Alonso.

Ensayaba un discurso en la ducha y cada vez que una palabra resultaba ridícula, él sólo maldecía en voz baja y volvía a cavilar en una forma perfecta de pedir algo tan importante en su vida.

Entonces, si ensayaba todo eso, en el momento que lo dijera todo se olvidaría. Y lo sabía. Ese era uno de sus miedos; colocarse con nervios frente a Alonso y al momento de hablar... olvidar todo. Era lo único que aparecía en sus pesadillas.

Así que ahora estaban allí; sus manos transpiradas mientras las pasaba una y otra vez sobre su cabello y así deshaciendo a su paso el peinado que Alonso le obligaba a hacer.

Alonso.

Él se encargaba se buscar su saco negro para ir a la dichosa cena con Jos—que según él era muy importante—.

Jos en realidad creía que la ropa no importaba mucho. Quiero decir, no se arreglaría simplemente para ir a un lugar, siempre fue confiable a su chaqueta y sus jeans ajustados.

Pero ahora era diferente. No sólo por la sorpresa que tenía planeada, si no porque era un día importante.

Era su aniversario y... bueno, debía ser especial.

Así que con ese pensamiento le abría la puerta del piloto a Alonso, y este le sonreía tan encantador. Jos aguantaba un suspiro para ese momento.

Bien, el restauran no era muy caro pero tampoco podías compararlo con un auto servicio así que todo está bien.

Sí, obviamente pero primero llega la tormenta.

Jos no esperaba encontrarse con sus amigos en un lugar como ese; mucho menos que lo reconozcan enseguida y se acerquen a saludarlo.

La vida era una mierda con él.

Pobrecito.

—¡Hey Jos!—Demian se acerco a chocar las manos con el ojimiel, quien en ese momento podría tener un pequeño tic en el ojo—No te hemos visto en semanas, Alonso debe tenerte ocupado, eh—.

El menor al escuchar aquello se sonrojo levemente, logrando que Jos quisiera golpear a su amigo porque se supone que nadie más debería hacer sonrojar a Alonso.

Llámenlo posesivo pero... nah, sí, maldito posesivo.

—¡Alonso!—el ojiazul sonrió grandemente al ver a su amigo en ese lugar; Alan era como un hermano para él—Te has desaparecido, dios mío. ¿Dónde has estado? ¿Qué hacen aquí?—

—Estudiando—suspiro el menor pero enseguida sonrió—Tengo una cita con Jos, es nuestro aniversario—.

—Una mejor pregunta sería que hacen ustedes aquí—Jos se acerco a ellos, después de saludar a sus amigos.

Alan lo observaba divertido al notar como el mayor enroscaba un brazo en la curvilínea cintura del blondo.

—Nada, en realidad, sólo una cena de amigos—.

Todos se quedaron en silencio después de eso, pero Jos decidió cortarlo de buena gana para por fin irse a cenar con Alonso.

—Bueno, Alan. Un gusto pero nos debemos ir, chau—Antes de que el pelinegro respondiera, Jos arrastraba a Alonso a su reservación.

Esperaba que nada saliera mal esa noche.

[...]

Definitivamente todo iba mal esa noche.