Capítulo 14

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-¡Allie! Ah, Allie-grita Alec.
-Ah-grito de placer.
Vaya, jamás imagine que hacer esto con Daniel y Alec seria tan divertido.
-Allie, ¡para! Esto es demasiado-súplica Daniel.
-Viene la mejor parte-sonrío.
-¡Puta madre, Allie!-exclama Alec.
Me rio a carcajadas.
-¿Y esto te gusta?- Daniel parece incrédulo -. Esa curva es... ¡Ah!
La montaña rusa aumenta de velocidad y la horrible curva casi me hace soltar un grito de miedo, pero me contento. Daniel y Alec, no tienen tanta suerte y se ponen a gritar como maricas.
-Me voy a morir, ay, Diosito, ¡ayudaaa!-continua Alec lloriqueando.
-Ya, ya, ya. Allie, Allieeee-Daniel se ve más asustado.
-¡Ay, no! ¡Ay, ay, ay! Paren esto, carajo. Ya no quiero... Voy a morir.
Otra curva nos sacude violentamente y Daniel me mira como si yo estuviera demente cuando levanto los brazos para sentir mejor el aire.
-Ya, ya. Por favor-ordena Daniel a gritos.
¿Por qué tanto drama? Esto es más que genial.
-Son tan nenas.
-¡Ay, ay, aaaay! -los ojos de Daniel se abren como platos. No hay ni a quién irle, la verdad. Yo parezco el hombre y ellos unas niñatas. Incluso la niña que tenemos detrás se esta carcajeando de ellos.
-No quiero morir, no quiero morir, ¡Allie!
Creo que es la primera vez en semanas en que me rio con ganas. Incluso olvido el verdadero motivo por el cual estamos en México.
Ambos suspiran aliviados cuando el juego reduce velocidad hasta que nos detenemos por completo.
-¡Tú estás puta loca!- Daniel parece extasiado y tiene la pupila dilatada.
-¿Están bien?-les pregunto mientras bajo del juego.
Daniel sacude la cabeza y casi cae en cuanto baja, esta demasiado mareado. Alec, por su parte, se mantiene con los dientes apretados y muy tenso. ¿Nadie lo disfruto?
-Es que... ¿no valoras tu vida? Si querías morir hay otros métodos que no nos arrastren a Alec y a mi-continua Daniel de exagerado.
La niña que estaba detrás de nosotros me sonríe de manera tímida y con su pequeño dedo señala a mis amigos.
-Tienen miedo-se ríe. Por suerte, me habla en español porque, lo último que quiero es que se enojen por burlarme de ellos.
-Tú haz sido valiente-respondo con una sonrisa genuina.
-¿Qué dice?-jadea Alec, parece que ya está mejor.
-Nada.
Me despido de la pequeña y vamos a comprar pizza. Daniel asegura que el horrible juego le ha dado hambre y Alec no lo niega.
-¿Qué más quieren hacer?-pregunto y agarro una rebanada de pizza mexicana.
-No lo sé, pero nosotros decidimos, Allie-bufa Alec.
Me encojo de hombros.
Ellos se ponen a hablar sobre lo horrible que fue subirse a ese "juego endemoniado".
-No sean tan exagerados-me rio.
-Jamás mencionaste ser una loca adicta al peligro-me acusa Alec.
-Nunca preguntaste, la verdad.
-Era mi deber informarte-se apiada Daniel.
Luego compramos unos chetos de bolita y lo que hacemos el resto de la tarde en el parque de diversiones más genial de todo México, es comer.
Agh, es una buena tarde y todo ¡pero esto es el parque más genial del país! Par de maricas aburridos.
-¿Ya nos vamos al hotel?-pregunta Daniel.
-No. La verdad, no hice la reservación.
-¡Allie!-corean.
Vamos a la entrada, en donde nos retuvieron las maletas ya que, por políticas, esta prohibido ingresar con alguna bolsa o algo.
-No es tan odioso-murmura Daniel.
-No puedo decir lo mismo de Valentina.
-All, ¿puedes hacer la reservación ahora?-suspira Alec-. Necesito un baño.
-¿Qué?-me burlo-. ¿Ya te diste cuenta de que apestas a orina?
-He estado en peores juegos-se encoge de hombros.
En eso tiene razón. Una vez en el kinder un niño, el típico niño idiota, le propuso un "juego" y Alec terminó en urgencias. Sacudo la cabeza para librarme del recuerdo.
Subimos al auto y ahora ya no hay problemas para elegir el lugar. Tal vez esto pueda funcionar.
-Y, ¿te falta mucho para acabar medicina?-le pregunta Daniel.
-No tanto. ¿Te gusta gastronomía?
-Pues no pase casi cuatro años estudiando algo que odio.
-¿Y a ti, Allie? ¿Te gusta gastronomía?-pregunta Alec.
-Si.
-No. Ella quería algo de literatura. Deberías ver cuantos litros leyó, era la más lista. Sabia todos los recursos lingüísticos que la mayoría no sabe ni de su existencia-responde Daniel, mirandome.
Ese es el problema de tener a alguien que sabe todo de ti. Desvío la mirada para no sentirme tan... No sé cómo me siento.
-¿Y por qué no lo estudiaste?
-Eso no tiene futuro-susurro.
Solo puedo pensar en Claudia gritándome un sinfín de insultos cuando le dije lo que quería estudiar. Fue cuando mande a la mierda mi posible relación con ella.
-Pues si tiene futuro, en realidad...
-Ya fue. Ahora estoy en gastronomía- lo interrumpo.
Nos quedamos en silencio un rato, pero no quiero que sientan lastima por mi así que, me pongo a bromear. Y vuelvo a estar bien. Yo siempre estoy bien.
Nos hospedamos en un hotel llamado Holiday Inn y luego de varias bromas, decidimos que nadie duerma con nadie.
El silencio de mi habitación es horroroso, no paro de pensar en los infinitos finales de mañana. ¿Qué sentiré al verla?
Pensar no va solucionar nada, así que, finalmente logro quedarme dormida.
-¿Ya viste? No te mentía cuando dije que babeaba mientras dormía-cuchichea... ¿Daniel?

Otra vez túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora