CAPÍTULO 16

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MARATÓN 3/3

POV NARRADOR

Matt se encontraba estupefacto desde que escucho la vos de ese hombre, nunca creyó que Leila lo traicionaría de esta manera. No había comenzado nada aún y ya se sentía sucio, usado y ultrajado, porque se imaginaba que le harían.

Leila lo lleva hacia la cama, lo obliga a ponerse en cuatro, en posición perrito. Lo amarra de las extremidades, tanto de las muñecas como de los tobillos y le coloca una mordaza que contiene una pelota de goma que va directo a la boca de Matt. Este se asustó y comenzó a querer gritar cuando sintió que alguien se colocaba detrás suyo.

—Vas a disfrutar, ya lo verás. Y no te preocupes que mi miembro no va a nisiquiera rozar tú asqueroso ano — dijo Isaac, mientras que con la mirada le ordenaba a Leila que se recostara al lado de Matt, está lo hizo sin protestar.

Mientras el Audi de Elliot estaba estacionado fuera de la casa donde habían visto que ingreso Matt con una mujer, los ojos de Ana ya contenía lágrimas, no quería ver que sucedía allí dentro pero sabía que tenía que afrontar la realidad.

Bajaron del vehículo, Kate agarró del brazo a Ana, la veía muy pálida, tenía miedo que está se desmayara.
Se posicionaron los cinco frente a la puerta principal del lugar, por donde Matt había entrado. No se animaban a tocar el timbre, ara averiguar que sucedía, Mía como siempre fue la más curiosa, la intriga pudo con ella y se acercó decidida a la maldita puerta.

— Está abierta — les comenta a los demás apenas vio ese detalle.

Ellos debatían si correspondía entrar o no, no quería estar involucrados en ningún problema legal. Cuando ven que Mía ya se estaba adentrando en está, sus hermanos y cuñadas las miraban con los ojos muy abiertos...

— Mía, ¡SAL DE AHÍ — le dijo Elliot en un susurro.

— Se escuchan gemidos — dice hacia ellos, no podía creer lo que escuchaban, le dio asco lo que hoy, ella era aún pura al igual que Ana — Son de hombre —

Con eso último Anastasia agarró coraje para entrar la bendita casa, algo le decía que apartir de ese momento su vida cambiaría de manera radical.

Se adentró y si se escuchaban varios gemidos entre gritos de agonía también. Fue subiendo las escaleras, de allí provenían los ruidos. Con cada paso los nervios iban en aumento.

En la habitación, Matt no soportaba en dolor que no que él creía era un vibrador de grandes proporciones ubicado en su trasero. Pedía por favor que parasen que su tortura, no solo física también psíquica, odiaba oír como el hombre que estaba en la misma cama, hacia gemir como una verdadera gata en celo a Leila, ella no se guardaba nada, no le importaba que su apartir de ese día su ex sumiso, escuchara como ella se retorcía de verdadero placer en manos de su amado.

En un movimiento, Isaac miró como la puerta del cuarto era abierta, por ella apareció una muchacha, menuda, morocha, con los ojos repletos de lágrimas y estás se desbordaban por las mijillas como si de una represa recién abierta se tratara, había llegado el momento de desanmascarar al prototipo de macho.

— Tenemos espectadores querida — le sonrió a Leila y se inclinó hacia sacarle el antifaz a Matt — Mira quién vino a ver tu show — le dijo al chico mientras le azotaba la espalda con un cinturón.

Matt no podía creer lo que veía, trato de apartar sus lágrimas para enfocar la vista y ver que estaba alucinando, pero no, su suerte no podía ser peor. Frente a él se encontraba su novia Ana, su hermano Elliot, la princesa de la familia Mía que lo miraba con asco eso lo notaba desde lejos, también estaba Kate, pero lo que más lo ponía furioso era que él lo vea así, humillado, el estúpido de Christian los acompañaba, no sabía que tenía que hacer ahí, en realidad no sé imaginaba como habían llegado a dar con él en esa situación.

— Ana — dijo en un susurro. Se sentía muy humillado, juraba vergarse de Leila y el hombre que la acompañaba.

— Me das mucho asco ¿ Así decías quererme? — le pregunta — Saquenme de aquí por favor — les rogo a sus amigos, pero él que ella menos pensaba respondió a su súplica.

— Vamos Ana, yo te sacaré de aquí — dijo Christian agarrandola de un brazo y y refuguiandola entre los suyos y su pecho.

Salieron hacia fuera de ese asqueroso lugar, los demás se habían quedado diciéndole a Matt que no se le ocurra seguirlos o aparecer por la casa de su madre. Elliot le dijo que se encargaría personalmente de decirle todo a su madre y que está le saque todo apoyo económico hacia este desagradecido.

POV CHRISTIAN

No podía borrar de mi mente lo que había visto, ver a Matt siendo perforado por el trasero con un consolador fue lo que menos me había imaginado encontrar aquí y creo que todos piensan lo mismo que yo.

Me da muchísima pena Ana, ella no se merecía esto, ser traicionada y menos de está forma. Ni me lo pensé cuándo pidió que la sacáramos de ese sitio, la refugié entre mis brazos, sentir su cálida respiración en mi pecho era lo mejor de todo esto, sentir su dulce aroma, no quería abusar de la situación en la que se encontraba pero cada vez que podía la apretaba más a mi cuerpo. Pobre mi niña. ¿mía? ¿desde cuando Grey? Eso no importa, yo cuídate de esta pequeña  mujer a partir de este momento, nadie más le hará daño, lo juro por qué me llamó Christian Grey.

Apenas salen los demás nos dirigimos a casa de mi madre, en ningún momento suelto a Ana, todos me miran sorprendidos excepto ella que va perdienda en su mundo, se que sabe que soy yo quien la abraza porque hace un instante me quise alejar para darle espacio y ella me habló en susurros.

— No me dejes sola Christian, por favor — suplico y escondió más su pequeña cara en mi pecho.

— Nunca nena — le respondí dándole en beso en su cabeza y abrazándola más a mí.

Mi madre no cabe en el asombro, no puede creer lo que ha echo uno de sus hijos, se le destroza el alma a ver mal a Ana al igual que a todos nosotros.

Ahora estamos ya de noche, viendo unas películas, pero no hay nada que le levante el ánimo a Ana. Estamos viendo de llevarla de viaje, ir a la playa, donde pueda despejarse y dejar de pensar en el idiota de Matt.

— Ya se — exclama Mía de repente, todos la miramos a la espera de escuchar seguramente su loca idea — Vamos a la ciudad del alcohol, amor y el olvidó — todos la miramos sin entender a qué se refiere — Señores y Señoritas nos vamos a ... Las Vegas — grita eufórica.

Y si ya lo había pensado, alguna locura saldría de esa linda cabeza...


Hasta aquí llegamos con el maratón, espero que lo hayan disfrutado y gustado... Muchas gracias por sus votos y comentarios, estos son muy apreciados. Los quiere su amiga miru 😘😘😘🎉🎉🎉

IDENTIDAD ROBADA SR. GREY ©  COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora