Juzgada ~Harry Styles~

Capitulo 13. Reality

~Camille Shepard~

Comencé a sentir el movimiento del colchón bajo mi cuerpo. Una voz susurrando a mi lado.

-Johnny… Johnny.- Hice un esfuerzo monumental para siquiera abrir un ojo, dejando que la luz me cegara. Me removí mientras gemía con fastidio.

-Gem, aun es muy temprano.- al escapar esas palabras de mi boca, sentí lo seco en mi garganta.

-No, no lo es.- se rió. –Dale, quiero mostrarte algo.- negué con la cabeza. –Mamá se va  a levantar en una hora y tenés que limpiar lo que hay en la cocina…- canturreó.

Abrí mis ojos como platos, mientras buscaba con desesperación el vaso de agua que siempre se encuentra en la mesita a mi lado. Removí las sabanas en un abrir y cerrar de ojos, mientras me incorporaba. No me preocupe en buscar calzado, solamente quería llegar a la cocina.

-Vamos.- tomé la manito de la pequeña.

Mientras bajábamos las escaleras, recordé la noche anterior. Como todos me habían mirado, como si fuera de otro planeta, luego de haberme maquillado. Ese pequeño recuerdo, trajo consigo otro. Ese beso. Hacía tiempo que no era besada de tal forma.

En cuanto mis pies tocaron el frío suelo de la cocina, me arrepentí de no haberme calzado.

-¡Gem, no hagas eso!- le susurré con fiereza. Ella tan solo rió, antes de derramar el agua, que se encontraba en su vaso, sobre el rostro de su hermano.

El cuerpo de Styles estrellado contra el piso, ocupaba media habitación prácticamente.

Mientras él gritaba, Gemma reía.

-¡¿Qué paso?!-

-Buen día.- saludó su hermanita.

-Dormiste en el suelo de la cocina. Eso paso.- le reté.

-¡Ay! Mi cabeza.- con sus muñecas apretó ambos costados de su cráneo con fuerza.

-Si, me imagino.- caminé hacia el lugar de la cocina donde se encontraba la caja de primeros auxilios, y tomé una pastilla. Robé el vaso que Gemma sostenía y lo rellené de agua. –Toma esto. Te va a hacer sentir un poco mejor.- le dije luego de arrodillarme a su lado en el suelo.

-Gracias.- dijo con su grave voz de las mañanas, haciendo que un escalofrío se enviara por mi cuerpo.

-Ni lo menciones.-tomé en mis manos el repasador de la cocina, para secarle la cara.- Gemma, ¿por qué no vuelves a tu habitación, mejor?- le sonreí.

-Porque Hazza está tirado en el piso y es divertido.- me mostró todos sus dientes, junto con sus profundos hoyuelos. 

-Gem…- le advertí, a lo que sus piecitos reaccionaron, y se dirigieron escaleras arriba.

-Gracias.- murmuró el chico a mi lado.

-Deja de agradecerme.- tenía cara de póker, y lo sabía. Estaba enojada. Solo a él se le ocurre tomar de más y dormirse en la cocina.

-No por esto. Por anoche.- acarició mi mejilla con el dorso de sus dedos, y no que me sorprendiera, no era la primera vez que nos acercábamos el uno al otro… pero ¿por qué gracias por anoche?

-¿Qué pasó anoche?-

-Si tu no lo recuerdas…- se rió secamente.- Y yo sí, que soy el borracho. Estamos en problemas.- me sonrió, de esa forma que me encanta.

-Yo sí recuerdo. ¿Vos?- dudé.

-Estamos hablando de lo mismo ¿cierto?-

-No lo creo.-