Entre Letras Amargas Y Dulces

Llamadas y mensajes perdidos

Luego de doce horas de agotador trabajo al fin llego a su casa, tanteo pesadamente sus bolsillos para darse cuenta de que no traía su celular con él, rápidamente el recuerdo de haberlo dejado en su casa esa misma mañana antes de ir al trabajo lo tranquilizo.

Se tomo su tiempo antes de ir a revisar el celular, y aprovechó para darse un rápido baño y cenar algo antes de ir a la cama para dormir ya que eran poco mas de las diez de la noche y al día siguiente le tocaba ir a trabajar nuevamente. Se recostó con su celular enchufado a un toma corriente cerca de la cabecera de la cama, al encenderlo comenzaron a legar llamadas perdidas y mensajes de texto, abrir los mensajes y el registro de llamadas fue lo primero que comenzó a hacer ya que no era nada habitual que tuviese tantas llamada y mensajes. Los mensajes solo decían que atendiera las llamadas lo más pronto posible, tanto las llamadas y mensajes eran de números desconocidos para él, a excepción del número de rosa quien era la abuela de su mejor amiga, esto le pareció extraño pero decidió dejar el tema para el día siguiente ya que prefirió dormir puesto el cansancio acumulado.

Se despierta y comienza su rutina diaria de higienizarse y desayunar. Al sentarse a la meza enciende el televisor que estaba en el canal local de noticias el cual no solía ver, de hecho casi no miraba televisión. Las 08:00 am.

"La joven de 20 años de edad que se encontraba hospitalizada acaba de fallecer luego de casi 24 horas luchando por su vida.

La joven se vio victima en el asalto a mano armada efectuado por dos masculinos el día de ayer alrededor de las 12:00 horas del medio día, al resistirse al robo recibió dos disparos, uno en el abdomen y otro en la zona izquierda del pecho.

La familia de la joven ha pedido que se marche por más seguridad a nombre de la fallecida. La marcha será a nombre de Denise Lenzina y todas las víctimas de la inseguridad..."

En su mente todo se volvió borroso hasta terminar en un profundo negro -Si hubiera atendido a los llamados y mensajes de mi celular en lugar de dormir, si tan solo hubiera llevado el celular con migo a trabajar, así hubiese podido pasar unas ultimas horas con ella- fueron sus palabras antes de romper en un horrendo llanto lleno de dolor seguido de un desesperado correr hacia su moto para intentar llegar lo más pronto posible al hospital local. No tardo más de 10 minutos en recorrer los cuatro kilómetros que separaban su casa del hospital. A tan solo dos calles de su destino decide pasarse el semáforo en rojo, cegado por la prisa y las lagrimas que entorpecían su vista, no ve la camioneta cuatro por cuatro que estaba cruzando también a toda velocidad.

Su moto queda estrellada contra un negocio a unos 15 metros del choque, su cuerpo a más de 20 metros de la camioneta con la que había chocado, no sentía ninguna de las piernas así como tampoco el brazo izquierdo, su boca tenía un desagradable gusto a hierro, llevo su mano a su cabeza por el dolor que sentía y al mirarse la mano logro borrosamente ver su propia sangre -lo siento mucho Denise- dijo llorando y con la voz casi sin fuerzas antes de cerrar sus ojos.