Entre Letras Amargas Y Dulces

Diez meses

Ñuquemapu es una ceremonia plenamente rover, la rama mayor del movimiento scout, una ceremonia profunda donde sus integrantes se conocen mejor y dejan salir todo lo que llevan dentro, para así fomentar y mejorar el compañerismo y la confianza entre los hermanos rover.

***

Un joven llamado Cristian dudo durante toda la ceremonia si hablar o no. La temática de la Ñuquemapu en esta oportunidad era “hablar de uno de los momentos más placenteros y de uno de los más dolorosos”.

La palabra paso por todos los integrantes, mas de una risa y más de una lagrima se derramaron en la hora y media que ya había transcurrido desde comenzada la ceremonia.

-Cristian, ¿quieres hablar?- un dirigente pregunto con un tono mesclado en intriga y precaución.

El chico mantuvo por un rato una complicada sonrisa en silencio como si recordara algo escondido muy dentro de su mente, no hablo, mantuvo el silencio con su forzada sonrisa.

-Está bien no querer hab…- pronuncio el mismo dirigente antes de ser interrumpido por la voz del joven.

-¿Saben? Jamás me he llevado bien con mi familia, muchas fueron las peleas, discusiones, y hasta agresiones habían en mi vida junto a mis padres y hermanos. Un día una personita irrumpió en nuestras vidas, un ser delicado y hermoso, lo ame en un instante. Mi hermana había tenido un hijo a temprana edad, eso no pareció importar demasiado. Al ver su carita, momentos difíciles desaparecían como si no fueran más que una ilusión, se esparcían como humo hasta desaparecer, lo amaba como un propio hijo, realmente era lo más importante que tenia, lo único por lo que valía la pena sonreír. Y ese fue el mejor momento de mi vida.- En todo momento Cristian mantuvo una mirada llena de amor, y felicidad mesclada con nostalgia. Cambio en un principio su forzada y complicada expresión por esta.

Luego de una breve pausa su rostro se volvió en uno complicado, como si algo dentro, muy dentro doliera.

-Diez meses. Ya eran varias veces las que había paseado solo con mi sobrino en el centro de la ciudad, solo él, yo y su mochilita transportadora para bebes, en la cual lo metía durante todo el camino. Caminábamos por la calle principal entre mis risas por las bobadas de mi sobrino al sorprenderse con cada cosa nueva que descubría. En cada esquina miraba el semáforo y el lado que era mano para los vehículos, cruzábamos sin ningún problema…- su sereno tono de voz con el que comenzó a relatar se transformo luego de una pausa, este se convirtió en uno mucho más suave y en ocasiones entrecortado, de esa manera sitio su relato.

-nos quedaban 5 minutos o menos para llegar a la plaza central. Una vez más cruce otra calle, verifique el semáforo y mire a mi derecha donde estaban los autos, motos y una camioneta, todos quietos, todos estacionados esperando el cambio a luz verde. Cruce sin preocuparme y a mirad de calle… escu… escuche un derrape desde mi izquierda, instintivamente mire hacia el lugar, mis ojos se abrieron como platos por la sorpresa y el temor de ver un enorme bulto blanco a unos dos metros de mi. Como… como si el tiempo se hubiese vuelto lento, decidí pensando a una velocidad pasmosa, el tiempo se volvió normal en lo que parecieron minutos. Abrase a mi sobrino tapando su cabecita y espalda mientras lo aprisionaba sobre mi pecho. Golpe, rodé y rodé mientras sentía el asfalto comiéndose mi carne, espalda, piernas, brazos, cabeza, todo dolía mientras el mundo se teñía de rojo para al final apagarse en negro…- trago fuertemente saliva y seco sus lagrimas antes de tomar aire y continuar.

-todo a mi alrededor estaba blanco, mi cuerpo era pesado en un dolor leve, no podía mover nada más que la cabeza. Mire a mi alrededor, maquinas complicadas, cables por doquier, en mi cuerpo tubitos rojos y otro tranparente salían o entraban, vendas y mas vendas cubrían todo mi desnudo cuerpo, fue cuando me di cuenta que la mitad de mi rostro estaba también vendado. Una enfermera entro a la sala mientras al verla largue a llorar descontroladamente por los recuerdos que me invadían la mente sin descanso, rápidamente entraron dos doctores mas respondiendo el grito de la primer persona. Al recuperar un poco de calma pregunte por Agustín entre lagrimas, solo negaron con la cabeza antes de salir de la habitación de hospital… si tan solo mis rotos brazos fuesen más fuertes, si mis reflejos más veloces ¡¡¡SI MI PUTA VIDA SE HUBIERA IDO POR LA SUYA!!! si tan solo fuese más de lo que soy, ¡si solo pudiera verlo una vez más!, si eso se me permitiera, sin dudas cambiaria lugares con la única persona que llegue a amar.-

Todo el lugar murió en un profundo silencio solo roto y ahogado en lágrimas y llorosas palabras inentendibles provenientes de diferentes voces en cada rover del rededor.