Al día siguiente me levanté con remordimientos de conciencia; me había masturbado pensando en Katniss...oh, cielo santo... ¡Me había masturbado pensando en Katniss! Con su imagen en mi mente mientras tenía entre mis manos mi...arggg. Vale, ¿y qué quieres? No todos los días viene una chica de esas caracteristicas y te confiesa que se da placer ella sola. Porque una cosa es que te lo puedas imaginar...y otra muy distinta que ella misma te lo confirme de sus propios labios. Dios santo, por mi bienestar físico y mental tenía que apartar esas imágenes calenturientas de mi mente. Cada vez que la mires vas a recordar que te la cascaste pensando en ella, marrano. ¿Cómo vas ahora a mirarla a la cara?
Pues bien, ese día casi no lo hice. Durante toda la jornada me pasé todo el rato esquivandola deliberadamenre. Apenas la saludé con la cabeza agachada en el aparcamiento del campus y agradecí a los cielos, a los ángeles y hasta al niño Jesús cuando un chico del club de ciencias me dijo que a la hora del almuerzo había reunión. Gracias, Dios...espero seguir cayéndote bien...
Sí, sí, sí, canta victoria...de todos modos no te vas a librar de ella...Esta tarde la verás, en su habitación, en su cama, completamente solos en su casa y...cállate, conciencia de mierda.
Venga, Peeta...es mejor enfrentarte a lo que te viene. Respiré hondo una vez que estuve en frente de la puerta de su casa. Vaaaamos, Peeta. Como dijo ella misma, es algo normal y natural, ¿no? Pues no le des más vueltas a la cabeza. Y eso fue lo que hice – o al menos lo intenté - cuando llamé al timbre y Katniss me abrió la puerta.
Como la vez anterior, iba vestida de manera totalmente informal y sin apenas maquillaje... ¿Por qué demonios se maquillaba si su piel era tan perfecta? Cosas de chicas, supongo.
- Peeta – me sonrió mientras me dejaba paso para entrar haciendo que su aroma de su champú se colara por mi nariz – Hoy apenas nos hemos visto...
- Eh...si, ya sabes...el club de ciencias y eso – rodé los ojos. Despeja tu mente, capullo.
- Oh...bueno...por un momento pensé que me evitabas... - dijo mirandome a los ojos.
- ¿Yo? - si, tu – No, para nada...- bieeen, encima de pajillero, mentiroso.
- Bueno...Está bien – dijo encogiendo los hombros - ¿Vamos arriba?
Subí las escaleras detrás de ella. Decidí desviar la mirada a los bonitos cuadros pintados al óleo que la madre de Katniss tenía colgados por las paredes; el trasero de Katniss llegaba justo a la altura de mis gafas, de modo que podía seguir ese delicioso movimiento, un escalón, y otro y...déjalo ya, ¿vale?
Entré en su ya conocida habitación – y lo que te queda por conocer, pensé – y me acomodé como siempre en el borde de la cama por si acaso tenía que salir corriendo hacia algún lugar...
- ¿Qué vamos a hacer hoy? - pregunté para romper el silencio.
- ¿Qué te parece si empezamos con un poco de práctica? Estaría bien comenzar con los besos, ¿no crees? - bieeeen, pensé - ¿Estás seguro de que quieres seguir adelante con esto, Peeta? Ya sabes... ¿no te gustaría que tu primer beso fuese con alguien que te gustase de verdad? - la miré de arriba abajo.
- No, tu eres la mejor para enseñarme. Quiero que sea contigo – lo que quieras hacer conmigo, hazlo, dije para mis adentros.
- Vale – se sentó a mi lado – a las chicas nos gusta que un chico sepa exactamente qué tiene que hacer; aunque también nos gusta tomar la iniciativa nos gusta que un tio sepa controlar la situación. Como te dije, lee sus reacciones. Si está hablando contigo y no te quita ojo de los labios...blanco y el botella. Quiere que la beses. A ver...Lo primero de esta lección, nada de nervios, ¿de acuerdo? - asentí – Un beso es la tarjeta de presentación para algo más intimo...Tienes que aprender a besar como un puto ángel, que a la chica con la que estés se le caigan las bragas cada vez que la besas – abrí mucho los ojos – Si llegas y le das un beso de mierda a la tía que quieres impresionar probablemente piense: ¿si besa así de mal...cómo follará?