Miércoles

161 12 0
                                    

La semana poco a poco se iba acabando. Lucía y Bea iban a salir este viernes a una fiesta que había en una discoteca muy conocida en la ciudad y le propusieron a Laura ir con ellas

-¡Sería genial chicas! aunque espero que Andrés no esté por ahí

=Puedes estar tranquila, no te vamos a dejar sola en ningún momento.- Dijo Lucía

< Sí tranquila. A demás.. en esa discoteca suele ir gente homosexual, igual ligas el viernes ajajaja

Las tres rieron por lo que había dicho Bea. Había sido muy bestia.

Tocó el timbre y el profesor entro.

Laura estaba pensando en cómo sería la fiesta y la gente que iba a haber. Se puso muy contenta porque seguro que hacía más amigos. 

Durante las clases Laura estuvo dibujando a Rebeca. Quería plasmarla tal como la veía pero es muy difícil dibujar personas y esta lo sabia. Aún así lo acabó. Le quedó precioso, tanto como ella.

Hoy no tenían clase con ella, con lo cual no se vieron en todo el día y eso entristeció a la pequeña, aunque seguramente la vería en el autobús.

Se dirigía a la parada de bus cuando, a lo lejos, le pareció ver a alguien conocido. Era Andrés, pero él no le había visto. Decidió dar media vuelta e ir por otro lugar para evitar que le volviera a forzar. Comenzó a alejarse y a callejear, estaba tan asustada que no sabía donde estaba y comenzó a llorar. " Soy una cobarde, no valgo para nada" pensaba. "Rebeca, te necesito" suspiraba sollozando... Siguió andando intentando encontrar el camino de vuelta. No quería llamar a Rebeca, no quería preocuparla. Sólo necesitaba relajarse y centrarse para volver a casa.

Cada vez se estaba haciendo más tarde, ya eran las 7 y el sol se estaba yendo para dejar paso a la luna casi llena que inundaba la ciudad. Su móvil comenzó a vibrar. Era Rebeca, pero no quería que se preocupara. Ya estaba más tranquila pero seguía perdida y eso le aterraba..

Abrió su Whatsapp y le llegaron muchos mensajes. Como en clase no lo usaba, quitaba los datos y hasta ese momento no lo activó. Tenía 1 de Lucía, hablando sobre la fiesta del próximo viernes, 2 de su madre, diciéndole que no iría a casa por la noche. "Qué bien, otra noche a solas" pensó, y tenía 5 mensajes de Rebeca

Pequeña, no estabas en el bus. ¿Saliste más tarde?  14:30

Ey cielo, ¿dónde estás que no contestas? 15:50

Voy a ir a tu piso a ver si estás ahí y te has quedado dormida. 17:45

Peque, no estás en el piso. Me estoy empezando a preocupar... ¿Estás bien? 18:10

Me estoy empezando a poner muy nerviosa, tampoco contestas las llamadas. No sé dónde más buscarte. Por favor, dime algo. Espero que estés bien 19:00

Laura al leer eso se dio cuenta de que hizo mal en no responder sus llamadas. Estaba realmente preocupada y Laura comenzaba a temblar del frío que empezaba a tener. La llamó esta vez.

R: mi amor, ¿Qué ha pasado? ¿estás bien?

L: no.. no estoy bien... no se donde estoy Rebeca, me he perdido-dijo llorando por la impotencia

R: tranquila pequeña. Dime qué ves, que voy a buscarte- dijo para intentar tranquilizarla

L: estoy viendo... un edificio que pone... AustraliaFlying... No sé donde estoy.. tengo mucho miedo Rebeca

R: amor relájate. Se dónde estás. No te muevas de ahí que en 5 minutos me tienes ahí

(hubo un silencio)

R: Laura, no es molestia, tranquila. Sabes que estoy aquí para todo.

L: Gracias Rebeca.

R: ya salgo de casa

L: vale, aquí te espero

Laura seguía llorando. No quería molestar a Rebeca pero realmente estaba muy asustada. Estaba en una ciudad que no conocía. Se encogió sobre si misma para intentar darse calor pero era inútil. Hacía mucho frío, según una farmacia, -5 grados. Una ola de frío se había apoderado de la ciudad.

De repente aparcó un coche delante suyo. Era ella. Volvía a ser su  ángel.

+Cielo- dijo bajando del coche y acercándose a ella- ven pequeña- le fue a levantar- Dios mío, estás helada-dijo acariciando sus mejillas borrando las lágrimas vertidas

-Abrázame- dijo la pequeña. Seguía muy asustada

Rebeca no lo dudó y la abrazó como nunca antes lo había hecho. El sentimiento que llevaba ese abrazo. Preocupación, alivio, amor, rabia por no ayudarla antes...

+Ven, mi amor, vamos al coche y vamos a mi casa, no te puedo dejar así

-Gracias- le dijo cabizbaja

+No me tienes que dar las gracias por esto- dijo levantándola la barbilla y dedicándole una sonrisa.

Fueron hacia la casa de Rebeca. Laura seguía con el cuerpo helado y la mayor no lo dudó

+Ven, sígueme- le dijo cogiéndole de la mano

Fueron a su habitación y Rebeca sacó del armario un pijama gordo de invierno. 

+Ve al baño y ponte esto por favor. Te va a dar una hipotermia sino.

La pequeña aceptó la ropa y se dirigía al baño mientras Rebeca le miraba con cara de preocupada.

A los pocos minutos salió ya con el pijama puesto. Le quedaba tan bien... Era del monstruo de las galletas. Estaba super mona

+Te queda muy bien, mi amor- Sonrió hacia la joven y ésta le miró tímida- Ven aquí anda

Fue hasta ella y Rebeca abrió la cama.-Métete, no te preocupes por lo demás.- la joven accedió y se metió en la cama. Rebeca le arropó de la forma más dulce que nadie lo habia hecho nunca. Le dio un beso en la frente. "no te muevas de aquí, tienes que entrar en calor. Luego si quieres me cuentas que te ha pasado" La joven asintió. " Gracias de corazón" le miró agradecida

Eran ya las 8 y media cuando Rebeca se dio cuenta. Estaba preparando la cena para las dos, Su intención era una cena romántica sin que se notara que iba en ese sentido. Estaba conforme con la decoración. La mesa ya estaba puesta. Sólo faltaba su frágil niña. Se dirigió a la habitación, entró y ahí estaba acurrucada con el cuerpo muy tenso durmiendo

"Dios, me muero. Es super adorable durmiendo"- pensó ella

Se arrodilló a los pies de su cama y comenzó a acariciar su tez. La idea de meterle en la cama había sido buena, ya que tenía la cara caliente. Sólo había una fuente de luz y entraba por la puerta de la habitación. 

Como estaba dormida aprovechó a confesarse:

+Te quiero, mi niña- susurró- he pasado mucho miedo sabiendo que estabas en la calle perdida y no pude ayudarte antes- unas lágrimas comenzaron a salir de ella pero rápidamente las secó.

Vía de escapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora