Capítulo 4

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Narra Lauren

El día se pasó extremadamente lento pero por fin acababa la última clase.

- Lauren, ¿qué te pasa? No has hecho caso en toda la clase y es tu favorita – me preguntó Normani.

- No me pasa nada – le contesté.

- A mí no me puedes engañar, suéltalo.

- La he visto esta mañana en el tren – dije sin más.

- ¿A quién has visto? – quería saber.

- Pues a la chica, ni siquiera sé su nombre y no me la puedo sacar de la cabeza

- Menos mal, creía que ibas a decir Lucy y te iba a matar – afirmó Normani.

- Esta vez, Lucy está más que en el pasado. Pero por qué siempre me tengo que fijar en las heteros que quieren experimentar y luego me rompen el corazón, o en las mujeriegas como Lucy. Por qué no me puede gustar alguien normal que me cuide a mí.

- Cariño, algún día conocerás a esa chica única para ti o quizás ya lo has hecho – y me guiñó un ojo

Hice un puchero y me dirigí a la estación para volver a casa, Normani hoy tenía clases de baile así que me volvía sola. Llegué a casa y ahí estaba mi madre esperándome.

- ¿qué tal el día cariño? – me preguntó.

- Bien, mama – respondí.

- Y entonces, ¿por qué esa carita?

- Nada, solo estoy cansada.

- Soy tu madre, si no me lo quieres decir vale, pero sé que algo te pasa. Sabes que cuando quieras hablar estoy aquí.

- Lo sé, gracias mama – le di un beso y me fui a mi habitación.

No tenía ganas de nada así que me metí en la cama y traté de descansar un rato. A mi mente solo venía la chica morena, su movimiento de caderas sobre mi cuerpo, cómo me había dicho que era la chica más sexy de la fiesta y como luego la vi besando a su novio. ¿Por qué me dolió tanto? Si la acabo de conocer... Desde luego no iba a dejar que nadie más jugará conmigo, después de lo de Lucy, lo único que quiero es pasarlo bien y conocer a alguien que realmente merezca la pena. Con ese pensamiento caí en un sueño profundo.

Me levanté de buen humor y hoy nadie me iba a arruinar el día. Tenía tiempo suficiente para llegar a la universidad, así que me arreglé despacio y baje a la cocina a desayunar. Allí estaba ya mi madre con el desayuno listo.

- Buenos días mama, eres la mejor – y le di un beso

- Buenos días cariño, parece que hoy estás de muy buen humor, ¿no?

- Lo estoy – dije sonriente.

Tomé mi desayuno y me puse de camino a la universidad. Llegué pronto pero gracias a dios ya estaba allí Normani esperándome.

- Lauren tengo buenas noticias – me dijo Normani.

- Cuéntame – le cuestioné intrigada.

- Mis padres se van el fin de semana a un acontecimiento familiar así que tenemos la casa para nosotras sola y ya sabes lo que eso significa.

- ¿Fiesta?

- Claro, tampoco nada muy grande que luego se nos va de las manos. Tenía pensado invitar a la gente de la uni y a algunas amigas de baile. ¿Te apuntas no? - Me pregunto Normani.

- Eso no se pregunta cariño – le contesté – hoy estoy de buen humor y tengo ganas de fiesta.

- Genial, pues esta tarde quedamos y preparamos todo para mañana.

Las clases pasaron rápido. Me fascinaba lo que estudiaba, así que a diferencia de mucha gente, yo disfrutaba mucho viniendo a la universidad. Después de las clases, Normani y yo fuimos a tomar algo con los demás a la cafetería y pasamos un buen rato charlando. Estábamos sentados en una mesa cuando de repente noté que alguien me tocaba el brazo.

- Lauren, puedes venir conmigo un minuto, me gustaría hablar contigo – me dijo Lucy.

- No, Lucy, no tengo nada que hablar contigo – le dije de manera seca.

- Por favor, solo será un minuto – me suplicó.

No quería formar un espectáculo en la cafetería así que acepté. Me levanté y Normani me miró con cara de ánimo. Salimos al campus y nos sentamos en un banco.

- Y ¿bien? – le pregunté.

- Lauren, yo solo quería disculparme bien contigo, sé que me comporté como una mierda, pero al fin y al cabo hemos estado más de un año juntas y yo te quiero de verdad y necesito que me perdones.

- Lucy, tú no me quieres. Si me quisieras no te habrías acostado con media facultad. ¿Pero sabes qué? Que no me importa, porque así he sabido cuanto antes cómo eres y no pierdo mi tiempo con gente que no merece la pena.

- Me estás diciendo que en una semana ya te has olvidado de mí.

- No, Lucía. Aún te quiero, todo lo que vivimos no se va a ir de un día para otro. Pero me has hecho mucho daño, y realmente, yo no necesito a una persona como tú en mi vida.

- Eso no decías hace una semana, seguro que ya estás con alguien más... - me dijo con despecho.

- No estoy con nadie, pero si lo estuviera no es algo que debiera importarte – espeté tajante.

- Lauren de verdad que esta vez va a ser diferente, perdóname por favor, dame otra oportunidad – me suplicó Lucy.

- Estás perdonada, pero eso no quiere decir que vaya a volver contigo. Lo nuestro se acabó y esta vez es para siempre. Que te vaya bien Lucy.

Me levanté y volví a la cafetería. Normani ya me esperaba para irnos al super a comprar las cosas para la fiesta.

- ¿Qué quería? – me preguntó Normani con intriga.

- Me ha pedido disculpas, quería otra oportunidad – dije sin mucho entusiasmo.

- Oh no Lau, dime que le has dicho que no, por favor – dijo Normani en forma de súplica.

- Por supuesto que le he dicho que no, ya te lo dije Normani esta vez es la definitiva. Y ahora vámonos a comprar las cosas de la fiesta, que ahora más que nunca necesito unas copas y pasarlo bien.

- Eso está hecho amor, además te voy a presentar a mis amigas de baile y quién sabe... – dijo guiñándome un ojo.

Yo solo me reí y nos encaminamos al coche de Normani. Después de pasar por el super y comprar todo lo necesario para la fiesta de mañana, que se basaba prácticamente en alcohol, nos fuimos a preparar la casa. Recogimos un poco todo y las cosas que se podían romper fácilmente ya que al día siguiente lo agradeceríamos y los padres de Normani no nos matarían. Preparamos la música, el equipo de sonido y decoramos un poco el jardín. Estaba todo listo para mañana así que decidí irme a casa a descansar y esperar que llegará pronto la hora de la fiesta.

Choque de trenes (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora