Narra Lauren
Era sábado y había tenido el despertar más bonito desde hacía mucho tiempo. El poder observar a Camila dormir a mi lado, su respiración tranquila, ver su belleza estando en ese estado tan vulnerable, y aun así, era tan absolutamente preciosa que dolía. Ver su cara de alegría cuando la he despertado con un beso y el desayuno en la cama, no tiene ningún precio y eso que anoche no pasó nada.
Estábamos las dos en la cama después del desayuno cuando mi teléfono comenzó a sonar.
- Es Normani, voy a contestar – le dije a Camila.
- Vale – me respondió ella.
- Hola Normani, ¿qué me hace escuchar tu preciosa voz tan temprano? – le dije con un poco de ironía.
- Buenos días Laur, ¿Dónde estás? – me preguntó.
- Estoy en casa de Camila – le dije.
- Uhhhh no me cuentes más – me contestó riendo – te llamaba porque Ally va a hacer una barbacoa en su piscina y nos ha dicho a Dinah y a mí que os invitemos, así que ya que estás con Camila, Dinah se ahorra la llamada.
- Espera, que pregunto a Camila – le digo a Normani.
- Nena, Ally nos invita a una barbacoa en su piscina hoy, ¿te apetece ir? – le digo a Camila.
- Claro, si te apetece a ti – me respondió ella.
- Si, hace muy buen día – le dije yo
- Vale, Normani, pásanos la dirección por un mensaje, luego nos vemos – le dije a Normani.
- Hasta luego parejita – se despidió ella.
- Pues voy a casa a arreglarme y luego paso a buscarte en coche y vamos para allá ¿vale? – le pregunté a Camila.
- Perfecto, aquí te espero – me dijo despidiéndose con un dulce beso en los labios.
Me fui a casa, me duché y me puse mi bikini negro, era mi favorito, junto con unos shorts y una camiseta azul, nada fuera de lo normal. Preparé una mochila con algo de ropa limpia, una toalla y protección solar ya que soy tan blanquita que me quemó con mucha facilidad y salí en busca de Camila.
- "Camila voy para tu casa ya, te espero abajo" – le escribí rápidamente.
Cuando llegué ya estaba en la puerta esperándome, también llevaba unos shorts y una camiseta blanca pero se había hecho una trenza y estaba preciosa. Se dirigió a la puerta del copiloto y entró al coche conmigo.
- Hola de nuevo, estás guapísima – le dije yo.
- Gracias, tú tampoco estas nada mal – me dijo guiñándome un ojo.
Seguí las indicaciones que me dio Normani y no tardamos mucho en llegar a la casa de Ally. Era una casa bastante grande, llamamos a la puerta y pronto nos recibió Ally con una sonrisa en la cara.
- Hola chicas, pasad... me alegro mucho de que hayáis venido – nos dijo mientras nos abrazaba.
- Gracias por la invitación – le dije yo.
- Vamos al jardín que ya están allí casi todos – nos sugirió Ally.
Llegamos al jardín y tenía una magnifica piscina rodeada de césped y en una esquina estaba la barbacoa, donde ya había algunos chicos preparando el carbón para empezar a hacer la carne.
Debajo de una sombrilla vimos a Dinah y Normani, charlando animadamente con una cerveza en la mano y decidimos unirnos a ellas.
- ¿Qué tal chicas? – nos dijo Dinah.
- Muy bien, aunque vosotras estáis mejor – contestó Camila – todas nos reímos.
Hacía mucho calor y todo el mundo estaba en bikini, no había pensado en eso pero cuando vi como Camila empezaba a quitarse los shorts me di cuenta de que hoy iba a sufrir. No podía quitar mi mirada de ella mientras se desnudaba, se quedó con un bikini blanco, que hacía resaltar su tono de piel, estaba increíble y no sé cómo iba a poder resistir todo el día teniéndola así.
- Lauren, hazle una foto y así puedes verla todo el tiempo – me dijo Normani riéndose y vi como las tres se reían y Camila se sonrojaba un poco.
- Gracias por la sugerencia lo tendré en cuenta – le seguí la broma.
Ahora era mi turno de quitarme la ropa, hacía mucho calor y no aguantaba más. Mientras me quitaba todo y lo guardaba en la mochila pude notar la mirada de Camila sobre mí todo el tiempo.
- Camilita, hija lo mismo te digo – le dijo Dinah, riéndose.
- Ven, Lauren – me dijo Camila cogiendo su móvil- vamos a hacernos una foto.
Nos hicimos la foto y le pedí que me la enviará, creo que será mi nuevo fondo de pantalla. Traje otra ronda de cervezas para todas y nos sentamos junto a las chicas a hablar, hasta que la comida estuvo lista y todos comimos en las enormes mesas que había preparado Ally. Todo estaba buenísimo y como postre ella misma había hecho cupcakes y una enorme tarta.
- Ally todo está delicioso, muchas gracias de verdad – le dijo Camila
A lo que todos asentimos en acuerdo. Tras la comida, decidimos ir a tomar un poco el sol. Antes de tumbarme en mi toalla, me empecé a echar crema por todo el cuerpo porque si no, no tardaría ni cinco minutos en parecer un cangrejo.
- ¿necesitas ayuda con la crema en la espalda? – me dijo Camila, alzando las cejas.
- Claro – le dije, poniéndome un poco nerviosa en realidad.
Me tumbé boca abajo y Camila se sentó encima de mi trasero y empezó a embadurnarme toda la espalda con la crema, mientras luego la extendía lentamente, pasando sus manos con total delicadeza a lo largo de toda ella.
- Creo que tus piernas también lo necesitan – dijo ella.
Y empezó a echarme crema de abajo arriba, la extendió por mis gemelos y siguió subiendo por mis muslos, sus manos estaban empezando a volverme loca, se estaba acercando peligrosamente a mi zona más sensible y ella jugaba con ello más aposta. Cuando parecía que iba a llegar, volvía a bajar de nuevo. Yo estaba haciendo un esfuerzo enorme por controlar mis impulsos. Ella seguía jugando conmigo pero de repente noté como metió su mano por debajo de mi bikini y yo di un salto, mientras que ella estalló en carcajadas.
- Esta te la guardo – le dije.
Estuvimos tomando el sol durante media hora, hasta que yo ya no aguantaba más el calor.
- Camila, vamos a darnos un baño por fi. – le pedí con mi carita de niña buena.
- Claro, amor – me contestó.
Me puse de pie y nos dirigimos a la piscina, yo no lo pensé mucho y me tiré de cabeza. Cuando salí, retiré el pelo de mi cara y vi cómo la mirada de Camila desprendía deseo. Ahora era mi momento de devolvérsela. Volví a meter la cabeza y cuando salí por la parte más bajita de la piscina, empecé a tocar mi pelo y a pasar las manos por todo mi cuerpo. Camila no dejaba de mirarme.
- Vamos, ven aquí – le dije- el agua está increíble.
Camila empezó a meterse poco a poco y vino lentamente hacia mí sin quitar sus ojos de los míos.
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Choque de trenes (Camren)
Hayran KurguLauren y Camila están estudiando en la universidad. Un día por cosa del destino chocan cuando corren para coger el tren. Desde ese día y por diferentes motivos, la trayectoria de sus vidas se cruzará e irán conociéndose mejor. ¿Cuántas veces nos pod...