Narra Camila
Cuando Lauren se fue al baño porque se encontraba mal, no pude evitarlo y la seguí para asegurarme de que estaba bien. Entré al baño, cerré con pestillo y vi que se estaba echando agua en la cara y en el cuello. Aún en ese estado era jodidamente sexy.
- ¿Estás bien? – le pregunté
- Sí, solo necesitaba refrescarme un poco – me dijo mirándome un poco sorprendida
Nos estábamos mirando a los ojos, casi sin pestañear y yo estaba empezando a perder el control sobre mí. Me fui acercando a ella poco a poco hasta que quedamos frente a frente. Yo también había bebido bastante y mi cuerpo estaba empezando a ir por libre. Seguía sin poder quitar mis ojos de esas orbes verdes que me tenían total y completamente hipnotizada. Además, el momento chupito me había dejado completamente loca.
- A la mierda – dije, acercándome a ella.
Ya no aguantaba más, la cogí del cuello y uní nuestros labios. Al principio Lauren no reaccionó pero poco a poco empezó a corresponderme. Era un beso lento, estábamos saboreando el momento. Nuestros labios se movían en total sincronía y parecía que encajaban a la perfección. Podía sentir su sabor a alcohol y era una sensación embriagadora. Nunca había sentido tantas emociones con un simple beso. Bueno un simple beso no, era la primera vez que besaba a una chica, y no a una chica cualquiera, a Lauren. Era un beso dulce, suave, sin prisa. Pero de repente, las cosas empezaron a escalar rápidamente, el beso se convirtió progresivamente en algo mucho más rápido, pude notar como su lengua se paseaba por mi labio inferior buscando paso, cosa que le di sin dudar. Sus manos empezaron a recorrer mis costados hasta posarse en mis caderas. Nuestras lenguas empezaron una batalla deliciosa y no pude controlarme así que empuje a Lauren hasta que quedó sentada en el retrete y yo me puse a horcajadas encima de ella. Sus manos bajaron hasta mi trasero mientras nos besábamos.
- Perdona pero moría por tocarlo desde que te vi en el tren, tu culo es increíble – me dijo atrevida.
- Me alegro de que te guste, ahora mismo es todo tuyo – le susurré en el oído.
Seguimos besándonos, cada vez con más ganas. Mis manos viajaron por toda su espalda y acabaron enredadas en su pelo. Me estaba volviendo loca, nunca me había excitado tanto solo con un beso. Con ninguno de los chicos con los que he estado, he tenido la tensión sexual que tengo con Lauren. Todo el día de hoy ha sido así y ahora que nos estamos besando no he hecho más que confirmarlo. Lauren dejó mis labios y se dirigió a mi cuello. Empezó a dejar besos dulces para remplazarlos después por lametazos y pequeños mordiscos. Un gemido se escapó de mis labios y ella siguió con su trabajo aún más intensamente. Se fue acercando a mi oído de forma lenta, dejando besos a su paso.
- No sabes cómo me encantas Camila – me susurro en voz baja.
Consiguió ponerme la piel de gallina, todo lo que estaba experimentando con Lauren parecía un sueño, era irreal. Metí mi mano por debajo de su top mientras seguía besándola apasionadamente, no pude controlarme y se lo quité, me moría por ver su cuerpo. No sé dónde había dejado el miedo y toda la inseguridad, probablemente el alcohol había ayudado, pero no iba a perder el tiempo teniendo a semejante mujer ahí conmigo. Los besos continuaron y cada vez con más intensidad, noté como sus manos empezaron a deslizarse por mis muslos por debajo de mi vestido.
- Dios Lauren – exclamé, con excitación en mi voz.
Sin embargo, nada es eterno y empezaron a llamar a la puerta.
- Lauren, ¿estás ahí? ¿te encuentras bien? – dijo Normani
- Sí, ya salimos – se apartó de mi cogiendo su top y poniéndoselo de nuevo.
- Lo siento – me susurro en los labios, dejándome un dulce beso y fue a abrir la puerta.
Yo intenté arreglarme un poco y que no se notará la excitación que tenía, ni la pequeña sesión de besos que había compartido con Lauren. Esta abrió la puerta y apareció Normani.
- Estaba preocupada, ¿seguro que estás bien? Tienes la cara roja – preguntó Normani.
- Sí, los chupitos no me han sentado bien pero Camila ha cuidado de mí – dijo girándose y guiñándome un ojo. Lauren, definitivamente, me quería matar.
- Venga vamos al jardín que te dé un poco el aire – dijo Normani.
Nos dirigimos al jardín y allí estaba Dinah junto con algunos de los chicos con los que habíamos jugado. Cuando se dio cuenta de que estábamos ahí, me miró alzando las cejas de manera sospechosa. A pesar de no conocernos desde hace mucho, las dos nos podíamos leer fácilmente. Yo simplemente le sonreí. Empecé realmente a ser consciente de lo que había pasado, me había besado con Lauren y para nada un beso inocente. De hecho, yo fui la que la busque, ¿y qué hubiera pasado si Normani no hubiera venido? ¿Habría tenido sexo con Lauren en un baño? La respuesta a esas preguntas no la tengo conmigo, lo único que sé es que la química y la tensión que tengo con Lauren no es normal. Mientras me estaba besando con ella, no podía pensar, solo podía dejarme llevar y vivir el momento. No me arrepiento, probablemente, ha sido el momento más excitante y caliente que he vivido en mi corta existencia y si pudiera volvería a repetirlo una y otra vez.
La fiesta ya estaba empezando a morir, la gente empezó a irse y yo estaba realmente cansada. Me senté en un banco mientras miraba el cielo embobada. Noté que alguien se sentó a mi lado. Era Lauren.
- ¿No te parece fascinante? – me dijo Lauren.
- ¿El qué? – le pregunté.
- El cielo, el universo, todo lo que hay y desconocemos. Los seres humanos somos tan egocéntricos, nos creemos el centro de la tierra, del universo y realmente somos una parte tan pequeña. – respondió, dejándome pensativa.
- Supongo que llevas razón, nunca me lo había planteado. A mí me encanta mirar a la luna, me relaja, es tan bonita en todas sus variantes. Cómo está iluminada y esa luz no proviene de ella misma, sino que realmente es el reflejo del sol. Me parece una metáfora de lo que muchas veces pasa con las personas, como hay personas que hacen que otras brillen o se iluminen. Es tonto lo sé... – afirmé yo.
- No, no lo es – me respondió Lauren – Camila, yo...
- ¿Qué? – le pregunté.
- Nada déjalo es una tontería... - me contestó.
- No lo creo, pero cuando quieras contármelo estoy aquí – le dije con una sonrisa.
Vi como Dinah se acercaba con los abrigos en la mano, venía hablando con Normani y parecía que todo el mundo ya se había ido.
- Creo que es hora de irnos – le dije a Lauren.
- Sí, yo me quedo aquí a dormir para mañana ayudar a Normani a recoger y limpiar la casa. Es nuestro trato – me respondió.
- Buenas noches Lauren - me despedí.
- Buenas noches Camila – me dijo mientras nos abrazábamos, un abrazo que duro algo más de lo normal, pude embriagarme con el olor de su pelo, su olor.
- Gracias por esta noche – le susurré en el odio ya que venían las chicas y no quería que me oyeran. Ella simplemente me sonrió.
- Vamos Camilita, ponte el abrigo que nos vamos – me dijo Dinah.
- Muchas gracias por invitarme Normani, ha sido un placer conoceros y la fiesta ha estado increíble – le dije a Normani mientras la abrazaba.
- El placer ha sido nuestro, descansad bonitas y nos vemos pronto – nos dijo Normani.
Dinah y yo salimos en busca de su coche, estaba aparcado justo en la puerta de la casa de Normani así que tampoco tardamos mucho en llegar.
- Ahora mismo estoy tan cansada que no pienso hacerte el interrogatorio porque solo quiero llegar y dormir, pero mañana no te escapas – me advirtió Dinah.
- Mañana hablamos Dinah – suspiré.
Cuando ya estaba metida en la cama, tumbada boca arriba con mi pijama puesto, solo podía pensar en Lauren. Todo lo que había pasado hoy me parecía surrealista. No podía sacar de mi cabeza sus ojos, esos preciosos ojos que me sacaban de juego, sus manos, su piel, su suavidad, el olor de su pelo, la verdad es que hasta el más mínimo detalle de Lauren me volvía loca.
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Choque de trenes (Camren)
FanfictionLauren y Camila están estudiando en la universidad. Un día por cosa del destino chocan cuando corren para coger el tren. Desde ese día y por diferentes motivos, la trayectoria de sus vidas se cruzará e irán conociéndose mejor. ¿Cuántas veces nos pod...