Capítulo 14

5.6K 360 8
                                    


Narra Lauren

Estaba con los ojos tapados esperando que Camila viniera con el postre, realmente no sabía que esperar porque Camila siempre lograba sorprenderme.

- ¿Estás lista? - me preguntó.

- Todo lo que se puede estar – le contesté yo.

Entonces noté como se acercaba a mí y lamía mis labios con su lengua, al tener los ojos tapados la sensación se intensificaba notablemente.

- Mmmm sí que es dulce el postre – le dije.

- Pues espérate a que venga lo demás – me dijo.

- No creo que haya nada más dulce que tu boca – le respondí.

- Ahora veremos, abre la boca – me ordenó.

Yo la hice caso y abrí mi boca, noté como introducía algo, lo mordí y era una fresa bañada en chocolate.

- Está deliciosa pero me sigo quedando con tu boca – le dije.

Entonces noté como pasó su dedo lleno de chocolate por todos mis labios y luego pasó su lengua para limpiarlo, dejándome un beso demasiado dulce, solo por el chocolate porque de dulce y suave, no tenía nada.

- Wow, me equivocaba cuando dije que no había nada más dulce que tu boca, tu boca con chocolate lo supera – le afirmé.

Camila acariciaba mi cara suavemente con sus dedos y noté como apartó el pelo de mi cara. De repente, sentí como estaba poniendo chocolate por todo mi cuello con su dedo. Antes de que lo apartará completamente cogí su mano y la lleve a mi boca. Chupé todo su dedo de arriba abajo y pude notar como la respiración de Camila se agitaba.

- ¡Dios Lauren! ¿Cómo puedes ser tan jodidamente sexy? – me dijo en un susurró.

Noté como se tiró directamente a mi cuello y empezó a lamer lentamente todo el chocolate que había puesto y yo estaba empezando a perder la cordura. Creo que algún gemido se escapó de mi boca. Empezó a morder más fuerte y luego pasaba su lengua dulcemente para calmar la zona. Yo no aguantaba más, necesitaba verla, así que me quité la venda y la miré directamente a los ojos. Su color chocolate estaba notablemente más oscuro, cegado por el deseo, estoy segura de que mis ojos estaban igual. Fui directa a sus labios necesitaba más de ella y empezamos a besarnos con hambre y deseo, nuestras lenguas se enredaban como nuestros cuerpos. Sus manos danzaban por toda mi espalda mientras que las mías jugaban con su pelo y la acercaban más a mí. De repente se levantó y cogió mi mano, llevándome con ella.

- El sofá es sitio neutral, vamos a mi habitación – me dijo con voz excitada.

Su habitación era totalmente como ella, pude ver que tenía una guitarra pero no me dio tiempo a mucho más ya que de la nada me tiró a la cama y se puso sobre mí. Seguimos besándonos con hambre pero con calma, no teníamos prisa, queríamos disfrutar del momento y la una de la otra. Necesitaba sentirla más así que empecé a bajar la cremallera de su vestido y metí mis manos por debajo de este, acariciando sus muslos, hasta que ella separó nuestros labios y me dejó que se lo quitara completamente. Entonces, solo con la luz de la luna pude contemplar su cuerpo en ropa interior y era increíblemente perfecto, sus curvas eran increíbles.

- No es justo, no estamos en igualdad de condiciones – me dijo ella.

Entonces la gire dejándola a ella debajo y cogí mi vestido y me lo subí por la cabeza, quitándomelo del tirón. Noté sus ojos recorrer todo mi cuerpo. Sus manos fueron a mi cuello y me pegó más a ella mientras nos seguíamos besando. Sus manos recorrían toda mi espalda hasta que se quedaron paradas en mi sujetador y noté como peleaba por desabrochármelo, tardó un poco pero lo consiguió.

- Necesito sentir toda tu piel desnuda junto a la mía – me dijo mientras se quitaba su propio sujetador.

Pude admirar todo su torso desnudo y dios era preciosa, me agaché para poder sentirla completamente contra mí y me acerqué a su oreja.

- Eres perfecta – le susurré en el oído y noté cómo su piel se erizó.

- No tanto como tú – me contestó con amor.

Estábamos besándonos con ganas y expectación, su olor me embriagaba y no podía pensar en nada más que en Camila y su cuerpo desnudo, debajo de mí pero la puerta empezó a sonar.

- No abras amor – le dije

- No tenía pensado hacerlo – me respondió y seguimos besándonos.

Pero la puerta no dejaba de sonar y empecé a preocuparme.

- Quizás deberías abrir – le sugerí.

- Como sea Dinah que se ha dejado las llaves o algo, te juro que la mato – me dijo ella, levantándose y poniéndose una bata para cubrir su cuerpo.

- Espérame, tardo un segundo – me dijo.

Camila abrió la puerta y pude escuchar como un chico entró, decidí vestirme por si acaso. Era el chico con el que la vi besarse en la discoteca.

- Austin, ¿qué haces aquí? – le preguntó Camila.

- Nada quería verte, llevas dos semanas sin hablar conmigo ni contestar a mis mensajes – le dijo mientras la agarraba de la cintura, Camila intento separarse.

- No es un buen momento. Si quieres, hablamos mañana – le respondió Camila.

- No, yo quiero hablar ahora - le dijo mientras se acercaba más a ella.

- Dios estás borracho, Austin vete de mi casa – le dijo Camila.

- No me voy a ir, hemos estado 5 meses juntos y ahora de la nada es como si no existiera – le dijo con rencor.

- Austin nunca hemos tenido nada serio, te lo he dejado claro muchas veces – le contestó Camila.

- Estuvimos viéndonos durante 5 meses, para mí eso es bastante serio, yo te quiero Camila – le respondió Austin.

- Lo siento Austin, yo no y nunca acepté ser tu pareja, lo pasamos bien, sí, pero ya está – le dijo Camila.

- Yo sé que te gustaba y aun te gusto – le dijo mientras se acercaba y la besaba, Camila se intentaba apartar pero él era más fuerte.

No pude aguantarlo más así que salí y ayudé a Camila a que saliera de los brazos de Austin.

- Creo que te ha dicho que te vayas y no ves que no quiere besarte, suéltala – le dije yo cabreada.

- ¿Estás aquí con esta? – preguntó, cuando empezó a mirarnos de arriba abajo y creo que empezó a atar cabos, Camila solo en bata, las dos despeinadas...

- ¿Te estás acostando con una mujer? – le preguntó él furioso.

- Eso no es tu problema y ahora vete de mi casa y no quiero volver a verte, lo que sea que tuviéramos ya se ha acabado – dijo Camila contundentemente.

Él finalmente se fue echando chispas de la casa de Camila y yo no podía parar de pensar en que él había besado los labios que estaba besando yo... mi mente estaba hecha un lio.

- Creo que yo también me voy – dije dudosa.

- No Lauren, por favor... - me suplicó ella.

- Lo siento Camila, es lo mejor. Mañana hablamos – le contesté, pude ver la tristeza en sus ojos y me estaba partiendo el corazón pero salí por esa puerta sin mirar atrás.

Choque de trenes (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora