Narra Camila
Después del fin de semana y del intenso interrogatorio que me hizo Dinah el domingo sacándome todos los detalles de lo que había pasado con Lauren, todo había vuelto a la normalidad, la universidad y demás rutinas diarias. Yo había decidido venir a la biblioteca para ponerme al día con mis trabajos porque en casa no podía concentrarme, lo único que hacía era pensar en Lauren y las ganas que tenía de volver a verla. Aunque esto no sé si estaba funcionando del todo porque mi cabeza viajaba a ella en todo momento aquí también. Necesitaba ir al baño, así que dejé mis cosas en la mesa y me dirigí hacia allí, que estaba en la planta de arriba. Cuando bajé, vi que tenía una nota en unos de mis libros abiertos.
"El reflejo de la luz del sol en ti es cien mil veces más fascinante, que su reflejo en la luna. Te espero mañana a las tres en el césped del campus enfrente de la facultad de filosofía y letras. <3"
Empecé a sonreír como una tonta. Esto solo podría escribirlo Lauren, es la única que sabe mi fascinación por la luna y después de la conversación que tuvimos el sábado, tenía que ser ella. Empecé a mirar por todos lados a ver si la veía pero nada, no estaba. Me empecé a poner nerviosa y si no era ella, ¿quién podría ser? Ahora tenía dudas, pero realmente eso solo lo sabía ella, así que tenía que ser Lauren. Puse toda mi fuerza de voluntad en volver a concentrarme y hacer mis trabajos, aunque ahora mi mente sí que no podía irse de la nota y de Lauren. ¿Qué tendría preparado para mañana? ¿Y si no fuera ella qué haría? Decidí irme a casa, necesitaba hablar con Dinah y que me diera sus sabios consejos. Llegué a casa media hora después.
- ¡Di! ¿Dónde estás? – grité tan alto como pude.
- Aquí en mi habitación, sube y no hace falta que grites tanto que me vas a dejar sorda – dijo Dinah desde arriba. Subí corriendo tan rápido como pude.
- ¿Por qué tanta urgencia? – me preguntó.
- Mira lo que me han dejado mientras estaba en la biblioteca – le dije entregándole el papel. Dinah lo leyó con detenimiento - ¿Crees que es de Lauren?
- Obvio que lo es, Mila – respondió Dinah con seguridad – quién si no haría esa referencia a la luna.
- No sé, yo también lo creo pero ya me hace dudar, ahora estoy nerviosa. ¿Qué crees que querrá? – pregunté con duda.
- Pues verte, seguro que tiene tantas ganas como tú, no le des tanta importancia. Cuando las dos estáis juntas, funciona, no necesitáis nada más – dijo Dinah de manera tranquilizadora.
- Lo sé, pero de verdad me encanta Lauren y no sé cómo actuar cuando estoy con ella, no la quiero asustar – expuse con preocupación.
- Cariño, tú solo tienes que ser tu misma, eres increíble y a Lauren le gustarás tal y cómo eres – me animó Dinah.
- Muchas gracias Di – le agradecí mientras la abrazaba.
Un poco más tranquila me fui a mi habitación, cogí la guitarra y me puse a tocar, necesitaba desahogarme un rato. Toqué durante horas y logré relajarme, me di una ducha y me fui a acostar.
Desperté con la luz del sol entrando por la ventana, me sobresalté al darme cuenta de que tenía que arreglarme porque hoy tenía una "cita" con Lauren o eso esperaba. Nunca me ha importado mucho mi aspecto exterior, normalmente me pongo lo primero que veo en el armario pero hoy quería estar bien para ella. Fui a pedir consejo a Dinah, menos mal que ya estaba despierta y me ayudó a decidir en un segundo. Me puse unos pantalones blancos y un top negro. Nada muy especial pero perfecto para el tipo de encuentro que íbamos a tener. Dinah y yo nos dirigimos a la uni, a última hora como siempre, así que tuvimos que correr para coger el tren. Las clases pasaron super lentas, probablemente porque yo no podía parar de pensar en lo que iba a pasar a las tres, o lo que yo esperaba que pasara. Por fin terminaron las clases.
- Suerte Mila, aunque no la necesitas. He visto las miradas entre ambas y soy la capitana del barco Camren – me dijo Dinah.
- ¿Qué dices Dinah? – le pregunté con curiosidad.
- Camren, Cam de Camila y ren de Lauren – me explicó Dinah como si fuera obvio.
- Vale Di, estás loca, hasta luego – le dije riendo
- Disfruta y después me cuentas todo – me dijo Dinah.
Justo a las tres terminaban las clases, supongo que para Lauren también porque los horarios de mañana por lo general son así. Me dirigí a la puerta de la facultad intentando adelantar a la gente, ahora estaba la facultad llena porque salíamos todos los alumnos que acabábamos y entraban los que estudiaban por la tarde. Logré llegar a la salida y me dirigí hacia el césped, teníamos una amplia zona de césped en el campus. Cuando a lo lejos y bajo un árbol vi a Lauren con su libro en la mano, me fui acercando rápidamente.
- ¡Ey! Siempre que te veo estás con un libro en la mano, ¿realmente te gusta leer? – le pregunté.
- ¡Hola! Sí, estudio literatura, sería raro que no me gustará – dijo con una sonrisa mientras se levantaba para saludarme. Me dio un gran abrazo mientras juntaba nuestros cuerpos al máximo.
- Ven, siéntate – me dijo, señalándome el hueco a su lado. Había puesto una manta y la temperatura era ideal.
- ¿Cómo hiciste lo de ayer? De verdad que me dejaste intrigada y con dudas por si no eras tú – le pregunté.
- Fue casualidad, durante todo el día intenté ver si me encontraba contigo pero nada. Antes de irme a casa pasé a la biblioteca a buscar un libro que necesitaba y allí te vi sentada. Se me ocurrió dejarte la nota para verte hoy más tranquilamente y hacer algo un poco más especial – me contestó.
- Gracias, por la nota y la frase – le dije sonrojada.
- No debes dármelas, es la realidad. He supuesto que no has comido al igual que yo ya que acabamos de salir así que he comprado pizza – dijo sacando una caja con una pizza familiar.
- Me encanta la pizza ¿Cómo lo has sabido? – le pregunté.
- No lo sabía pero ¿a quién no le gusta la pizza? – me contestó.
- Llevas razón – dije riendo.
Nos pusimos a comer mientras nos mirábamos y sonreíamos. Acabamos con toda la pizza en un momento, a Lauren le gustaba comer tanto como a mí y eso me encantaba. No era como esas chicas que no comían solo para mantener la figura o cosas así, realmente ella tampoco lo necesitaba, era perfecta.
- Camila, solo quería demostrarte con esto que realmente me gustas, sé que quizás hemos hecho las cosas al revés de lo que se supone como correcto. Nos hemos besado, antes de haber tenido una cita o conocernos bien pero todo eso me da igual porque nosotras hacemos que nuestra relación sea cómo queramos que sea. Lo que quiero decir es que me gustas más allá del físico, de los besos o del sexo, quiero llegar a conocerte más como persona, lo que quieres en tu vida, lo que te inspira, lo que te emociona, la verdadera tú – me dijo Lauren, dejándome sin palabras.
- No sé qué decir – expuse aún impresionada.
- Solo di lo que sientes – me pidió Lauren.
- Como te dije el otro día tenía dudas de si me gustaban las chicas, nunca había estado con ninguna, ni siquiera un beso, eso ahora ha cambiado. Pero si de algo no tengo dudas es de que tú no me gustas Lauren – dije de forma sincera, ella puso una carita triste.
- Tú me encantas y no logro sacarte de mi cabeza. Cuando estoy contigo hay veces que no puedo controlarme, hay una fuerza magnética que me lleva hacia a ti, como el otro día en el baño y te juro que ese beso ha sido el más increíble de toda mi vida – dije sin vergüenza – Contigo soy valiente, Lauren y quiero seguir siéndolo y ver a dónde nos lleva esto.
- Eres tan diferente a todas las chicas con las que he estado... creo que podría perder la cabeza completamente por ti y eso me asusta como no te puedes imaginar – me dijo Lauren con un poco de miedo – me han hecho tanto daño y no tenían ni la mitad de poder sobre mi como el que podrías tener tú y aun así te entregaría yo misma el cuchillo sabiendo que me lo podrías clavar.
- Yo nunca haría eso, solo quiero que entre las dos construyamos esto poco a poco, con comunicación y confianza – le expuse a Lauren de manera tranquilizadora.
- ¿Eres real? Por qué no puedes ser tan perfecta – me preguntó Lauren.
- Eso me pregunto yo de ti, desde ese día que chocamos – le dije.
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Choque de trenes (Camren)
FanfictionLauren y Camila están estudiando en la universidad. Un día por cosa del destino chocan cuando corren para coger el tren. Desde ese día y por diferentes motivos, la trayectoria de sus vidas se cruzará e irán conociéndose mejor. ¿Cuántas veces nos pod...