30 | this is war

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Viajaban durante el día recorriendo la autopista principal y algunos de los pueblos, pero, aunque uno podría pensar que se toman el tiempo de detenerse a buscar  provisiones; no lo hacen —después de todo para eso nos tienen a nosotros y las demás comunidades para abastecerles— y, en su lugar solo se limitan a pasearse, recorrer las carreteras desprevenidos y despreocupados, lo que ciertamente me fue de mucha ayuda, pues, luego de observarles pasar por el mismo lugar al menos dos veces de ida y de vuelta, me preparé para finalmente realizar una barricada no muy grande en medio del asfalto. Y esperé hasta que finalmente el mismo vehículo se detuvo frente a los cuerpos casi incinerados de caminantes y tres hombres bajaron de él.

Debo decir que en este punto siempre regreso a la primera vez que comencé a sustituir a _____; no sabía bien como actuar, ¿debía simplemente escabullirme entre los árboles hasta estar lo suficiente cerca y simplemente dispararles o quizás llamar su atención? Al fin y al cabo esta vez no hice ninguna de las dos, ya que para mi suerte obtuve la ansiosa ayuda de algunos caminantes que, ayudándome a distraerles me dieron la oportunidad de disparar a uno —con una M16 pues si luego encontraban sus cuerpos sería muy evidente el que yo les había matado si lo hacia con la ballesta— y degollar al siguiente antes de que el último, un tipo delgadisimo que tenía la mandíbula superior demasiado grande para su cráneo soltara su arma y alzara las manos. 

—Eh, amigo, amigo, no, no es necesario —balbucea demasiado nervioso a decir verdad, tanto que hasta un poco de lástima me causó—, te ayudaré, eres de El Reino ¿verdad? Puedo ayudarte, te prometo que haré lo que —así que jalé del gatillo para luego dispararle al único caminante que seguía en pie.

Quizás decía la verdad, pero un hombre como él, que al ver un arma apuntándole de inmediato lanzaría  por la borda su lealtad se merece una bala en el cerebro.

Lo siguiente que hago es despojarlos de sus armas y todas las municiones que cargaban y, tras acomodar sus cuerpos sobre los de la barricada me meto en su vehículo y luego de rebuscar entre sus compartimientos algo útil simplemente me bajo de él y, con las armas guardadas en mi mochila regreso a El Reino. El camino era largo; cinco kilómetros a través del bosque para poder llegar a la comunidad, por lo que solo cuando el crepúsculo se hizo ver pude atravesar las puertas del lugar, siendo recibido de inmediato por Rick, quien a paso vivaz me palmeó el hombro.

—¿Todo bien? —asentí—, me alegro —dice conforme me da una palmadita en el hombro con aire de condescendencia—; mañana iremos a Hilltop así que necesito que te quedes aquí, ya sabes, en caso de cualquier posible altercado.

—Creí que ya estaba todo listo para el lunes, ¿a qué deben ir?

—Y lo está; iremos a por Jesús y luego a por Rowan en Alexandria para repasar las rutas, sin embargo.

Me vuelvo hacia él y asintiendo me despojo de la mochila que llevo en los hombros para luego entregársela:

—Tres hombres; seis armas —le digo, en su mayor parte para recordarle que a pesar de todo es  probable que aún nos ganen en armamento.

—Aún tenemos el elemento sorpresa; hablé con Dwight y dice que todo está tranquilo, y si no saben que vamos a por ellos no estarán preparados para afrontarlo.

Espero que tengas razón Rick, en serio lo espero.

***

El día siguiente me despierto temprano pues Ezekiel me había solicitado que ayudara en las clases de arquería que le dan a los niños y, como sentí que no podía rechazarle, acepté a enseñarles durante algunas horas y para mi alivio no era una tarea muy complicada pues resultó que solo debía ayudarles a reforzar lo ya aprendido y perfeccionar la técnica, pues, si bien entre una ballesta y un arco hay diferencias notables en lo físico, la forma de emplear ambas armas es, vagamente —pero lo suficiente— similar.

—Relaja el brazo derecho.

—¿Así?

Asintiendo doy un paso atrás para poder ver mejor como la chica de cabellos anaranjados disparaba la flecha dando a una insignificante distancia del centro en el blanco. Sinceramente jamás había sido siquiera capaz de visualizarme enseñándole algo a alguien..., vale, sinceramente jamás había sido capaz de imaginarme a mí, Daryl Dixon; un perfecto gilipollas, ayudando aunque fuera en lo más mínimo a un ser vivo además de  mí, porque está bien; me crié junto a los hombres más desgraciados de Atlanta ¿podría esperar algo más de mí? Hasta antes del apocalipsis no, pero realmente este mundo es capaz de cambiar drásticamente a las personas.

—¿Crees que nos hagan luchar a nosotros? —me pregunta volviéndose hacia mí y solo soy capaz de reaccionar frunciendo el ceño— a los niños quiero decir.

—No —le respondo, francamente mucho más mordaz de lo que pretendía—, por supuesto que no.

La chica, que debe tener unos dieciséis años —y por alguna razón me recuerda demasiado a Sophia—, alza sus cejas y eleva un poco el arco.

—Ya, pero si eso quiere decir que sólo lucharán los adultos ¿entonces cuál es el caso de que nos enseñen?

Desvío la mirada, vagamente encajonado.

—Porque si estamos luchando —comienzo a decirle, procurando mantener la calma— es para que ustedes puedan seguir con vida en un futuro —ella abre la boca, sin embargo me le adelanto y rápidamente continúo—; y ustedes querrán perdurar y que nuestro trabajo hoy valga la pena ¿verdad?

Un brillo bastante curioso atraviesa sus ojos, sin embargo ella simplemente se limita a asentir cuidadosamente para luego volver a esmerarse en practicar con el arco. Así que yo me dedico a observar a los demás, corrigiendoles lo necesario y demás, hasta que tras algunos minutos oigo como la voz Ezekiel me llama y, cuando me acerco él me dedica un asentimiento para luego sonreír un poco.

—Te lo agradezco —me dice y yo asiento—. Sin embargo he venido porque hay alguien buscándote y ha dicho que es importante.

—¿Quién?

—Dwight —contesta con simpleza al ya estar, obviamente, enterado de la ayuda que el nombrado brinda—, de hecho dice que venía a por Rick, para darle información pedida por él, pero cuando Benjamín le ha dicho que ha ido a Hilltop junto a Glenn y Richard exigió verte con urgencia.

Maldigo en voz baja ante las ideas que retumban en mi cabeza tras las palabras de Ezekiel y, luego de agradecerle con un asentimiento comienzo a encaminarme hacia la entrada de la comunidad, donde al instante el rubio me intercepta y comienza a hablar:

—Te necesito —dice— a ti y a quién esté listo para la lucha; un grupo de unos quince hombres va en dirección a Hilltop y si salen vivos de allí estaremos fritos.

***

Al llegar a Hilltop el notar lo que ocurría en su interior no fue muy dificultoso, pues además de estar las puertas abiertas de par en par con el hecho de ya una distancia algo considerable se podía oír la voz de Simon, la mano derecha de Negan, quién con aire mordaz se hallaba frente a Rick, Glenn y Richard, burlándose descaradamente.

—¡Pero que valientes, maldita sea!

—¿Cómo lo haremos? —Benjamín es quien habla y, cuando lo observo puedo notar como se encuentra rígido; seguro y completamente confiado.

—Los primeros están a unos seis metros de los demás —comienzo a hablar, asomandome de vez en cuando en la puerta para verificar las posiciones—, podemos acabar con ellos primero.

—Pero nos verán y abrirán fuego.

—Y nosotros responderemos.

Cierta satisfacción me invade cuando todos asienten conformes ante mi improvisado plan y aceptando la arma que uno de ellos me entrega me preparo para lo que se viene. 

  —Sabes que esto significa el fin de la guerra fría, ¿verdad? —observo a Dwight mientras habla y sacudiendo la cabeza bajo la mirada a la M16 entre mis manos. 

  —Pues que comience la tercera guerra mundial. 

 Y que podamos triunfar. Espero que así sea.  

Fantasma del ayer » Daryl Dixon y Tú [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora