Fantasma del ayer » Daryl Dixon y Tú [Terminada]

20 | lust

Los potentes ojos de _____ me observan con detenimiento cuando vuelve a la cama y ayudándose de sus rodillas se posa a horcajadas sobre mí. Acomoda sus manos sobre mis mejillas y observa mi rostro durante algunos segundos antes de volver a centrarse en mis ojos.

—Podemos esperar ¿sabes? No tengo... —ella se ríe y casi al instante pega sus labios a los míos, callándome.

—Estamos bien —dice al mismo tiempo que se separa de mí para coger aire, y no basta más que eso.

Aprieto sus caderas y me dejo caer sobre el colchón, llevándola conmigo, permitiéndome disfrutar de la forma en que me besa; con un hambre feroz que jamás había sentido. Sus manos viajan a los botones de mi camisa e inmediatamente comienza a desabrocharlos y yo dejo caer mi cabeza sobre el colchón, sintiendo la temperatura aumentando abruptamente dentro de mí. Puedo oír su agitada respiración y ver como se muerde el labio con una sonrisa antes de alejar sus manos de mi camisa indicándome que acabe de retirarla, lo que hago de inmediato, conforme ella comienza a quitar de su cuerpo la simpática chaqueta que utiliza para combatir el frío y la camiseta de algodón bajo ella, y lanza ambas prendas a algún lugar de la habitación antes de volver a inclinarse sobre mí y besarme con vehemencia. La envuelvo con mis brazos y ella abre su boca para mí mientras la beso, asique me permito explorarla, deleitándome con el sabor de la lujuria, sintiendo como mis pantalones comienzan a volverse demasiado apretados y ella lo nota, pues no tarda en llevar sus manos a la hebilla de mi cinturón y encargarse de él. Y, tras algunos minutos toda prenda innecesaria ha desaparecido y solo nos protegemos él uno al otro del frío invernal, el que ciertamente se haya bastante ajeno debido al potente calor que irradian nuestros cuerpos. Sus manos viajan a mi cabello en cuanto llevo mis labios a su cuello, dejando besos húmedos en él. Cambio de posición, posicionándome sobre ella, con lo que se me vuelve más fácil el acceso a su cuello, lo que me permite succionarlo. De los labios de _____ escapan silenciosos jadeos y sus manos presionan con fuerza mi omóplatos cuando llevo mis besos hasta su oreja derecha y luego vuelvo a sus labios en el momento exacto en que logro posicionarme en su entrada. Y durante un instante nos detenemos, su mirada se conecta con la mía y sonríe, asintiendo y yo me tomo un momento hasta que finalmente me deslizo en ella. Sus dedos presionan mi espalda y esconde su rostro en mi cuello un instante hasta que le cojo del mentón y vuelvo a besarla, suave y pausadamente hasta poco a poco aumentar el ritmo, tanto del beso como de mis movimientos dentro de su cuerpo. Suelto un gruñido y deslizo mis dedos entre su cabello hasta llegar a su nuca, obligándola a profundizar el beso, sin embargo tras algunos segundos _____ lo interrumpe, soltando seguidos y ahogados gemidos. Cierro los ojos, encajando mi rostro en el agujero entre sus clavícula y su cuello, aspirando el aroma de su piel; disfrutando de cada embestida, sintiendo como poco a poco comienza a faltarme el aire y jadeo en busca de él, en un intento de calmar todas las ardientes sensaciones que siento dentro de mí. Tras varios candentes minutos siento como el ardor dentro de mí aumenta con brutalidad y una corriente eléctrica me atraviesa al mismo tiempo que me libero. Gruño con fuerza y la castaña estruja con intensidad mis hombros al mismo tiempo que sus paredes se aprietan contra mi miembro.

Vuelvo mis labios a los suyos, esta vez permitiéndome saborear lo dulce de sus movimientos y _____ sonríe, conforme lleva sus manos a mi rostro y, cuando abro mis ojos ella junta sus labios y desvía su mirada hacia el resto de la habitación.

—Probablemente deberíamos vestirnos, no creo que sea muy oportuno el que nos pillen así —su voz se encuentra levemente ronca y una simpática sonrisa adorna su rostro.

—No sé si importe; creo que todos estamos acostumbrados a vivirlo gracias a Glenn y Maggie —su risa inunda el lugar, y vuelve a besarme.

***

Sus dedos acarician el dorso de mi mano un instante y deposita un beso en mi mejilla antes de que ambos nos acomodemos en la mesa del comedor en que, esta vez, permanece cada miembro del grupo.

—¿Donde estaban? Se perdieron el almuerzo y no los vimos en toda la tarde —las atentas miradas de cada miembro del grupo se posan sobre nosotros, sin embargo hay una en especial que pesa incluso más que todas las demás, y es la de Carol, quien sentada junto a Michonne mantiene las cejas en alto y una épica mirada de advertencia.

—Fuimos a dar un vuelta; le pedí a Daryl que me enseñara a utilizar la ballesta —la suave voz de _____ se oye inmediatamente y parece tan normal como lo es siempre, mientras se inclina sobre la mesa y le roba del plato una patata a Beth, quien sacude la cabeza con gracia.

Rick asiente conforme con la respuesta de la castaña y desvía su mirada a mí un instante, como si estuviera pensando en que decir. Se lleva una mano a  la creciente barba y sacude la cabeza.

—Estábamos comentando que todos creemos que Ezekiel oculta algo.

—¿Algo como qué? —cuestiono, aceptando un trozo de zanahoria que ____ me ofrece luego de que Beth le entregue su plato.

—No lo sabemos, pero suele desaparecer de vez en cuando y hoy por la tarde le fuimos a buscar para planificar una salida para buscar provisiones y no estaba, no estaba en ningún lado.

—Ayer Benjamín me dijo que le llevaría afuera hoy para enseñarle a defenderse, lo típico, se le dificulta muchísimo —nuevamente _____ salva la situación y, para nuestra suerte y sorpresa todos asienten, conformes, sin embargo estoy seguro, a juzgar por la mirada de Rick que aún continuará investigando, cegado por la desconfianza, aunque ciertamente, a juzgar por la actitud de Negan durante la tarde frente a Ezekiel, y su aparente paz, creo que, al menos de momento no tenemos de qué preocuparnos.

Creo que, al menos durante un tiempo, hasta que discutamos todo a  más profundidad con Carol y Ezekiel, podemos permanecer tranquilos y permitirnos disfrutar de la paz.