11 | confused

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Cojo la soga que cuelga sobre mi hombro y se la extiendo a Carol, que con un asentimiento me agradece antes de comenzar a desatar a los animales que logré cazar y así, minutos más tarde, comenzar a despellejarlos.

—¿Dónde estarán los demás? —le pregunto, pues ciertamente es posible que Carol esté más informada, o al menos sepa algo más al respecto que yo y, desde nuestro reencuentro hace un par de horas no hemos tenido tiempo para charlar adecuadamente.

Carol se gira hacia mi durante un instante y sacude la cabeza.

—Llevábamos una semana deambulando por la carretera pero tampoco hallamos rastros de ellos.

Me llevo una mano al rostro con frustración y suspiro sin ganas. Puede que sea cierto lo que le dije a _____ hace unos cuantos días; puede que confíe en ellos como para saber que están bien, pero aún confiando plenamente en la fortaleza de Rick y el resto del grupo es bastante extraño todo lo que ocurre, y es que ¿por qué aún no damos con ellos? Será que ellos simplemente no llevan su rumbo por la carretera o bien será que les ha ocurrido algo. No lo sé, hay demasiadas posibilidades además de ésas y ninguna respuesta ni pista al respecto.

—Rick quiere lo mejor para el grupo —la observo, con las cejas en alto, sin comprender realmente el propósito de sus palabras—. Ha de estar buscándonos también.

—Va una semana.

—Quédate tranquilo, y ten —vuelvo mi vista nuevamente a ella y cojo el plato que ciertamente no sé de donde ha sacado, en el que reposa un trozo de carne—, lleváselo a tu amiga.

—Creí que le detestabas —le digo mientras me levanto del asfalto donde había tomado asiento. Carol me observa un instante y asiente.

—Creía que escondía algo y ya sé lo que era.

Frunzo el ceño y desvío mi mirada para observar a la castaña, quien sentada junto a un árbol a la orilla de la carretera se esmera en afilar una navaja que reconozco al instante como la que le di aquél día en Atlanta. 

—Un idiota violó a su hermana y comprendió que debía luchar, creía que era algo peor que ya da igual.

Aprieto los dientes con fuerza y asiento, intentando no soltarle todo lo que creo respecto a sus palabras, sin embargo me contengo y, manteniendo la calma me acerco a la castaña que siquiera se inmuta al verme acercarme, como si fuera invisible o algo parecido.

—Eh —le llamo, sin embargo ella no me presta atención—, oye..., _____.

La castaña alza su mirada con los ojos brillos-os y se disculpa un par de veces antes de recibir el recipiente y acomodarlo sobre sus piernas.

Me mantengo en mi lugar durante un par de minutos y cuando ella eleva su vista una vez más hacia mí decido sentarme a su lado.

—¿Como estás? —le pregunto con calma, acomodándome sobre la tierra.

_____ suelta un suspiro y asiente con tranquilidad, pero aun así puedo ver como aprieta las orillas del plato de plástico en el que permanece lo que será su almuerzo.

—No lo sé.

Presiono los labios y me llevo una mano al rostro, intentando alejar los cabellos que se colan sobre mis ojos para poder observarla mejor, notando como mantiene su mirada fija en sus pies, siendo el único movimiento visible en su rostro sus párpados al pestañear.

—Siento cómo si todo lo que tocara fuera a desaparecer..., cómo si no me quedara nada en lo absoluto.

Frunzo un poco el ceño y desvío la mirada.

Fantasma del ayer » Daryl Dixon y Tú [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora