Logan
Pude alcanzarla rápidamente, justo antes de llegar al inicio del muelle. Estaba realmente sorprendido por su arrebato de iniciar aquella carrera y a la vez entusiasmado por todo lo que estaba sucediendo.
-Tienes que reconocer que llegue antes- dijo Ely con la respiración agitada por la carrera.
-Jamás, tú tienes que reconocer que te alcancé. Y si no llegue primero al menos igualados - sabía que llegó ella primero, pero por segundos.
-Serás - me golpeo el hombro mientras reía - Algún día te pediré la revancha.
-Mínimo que te vuelvo a igualar- sabía que mis palabras le harían enfurecer. Estaba conociendo otro aspecto de Ely que me gustaba.
Justo antes de que pudiera lanzar otro golpe a mi hombro, la agarré de la cintura y la abrace entre risas. Me tense al instante, su cuerpo era tan delicado y suave que mis abrazos hacia ella eran inigualables a los que solía dar. La abrazaba con delicadeza y ternura, y podía sentir que esté gesto le hacía reaccionar a ella también. Quizás a los segundos o minutos, nos separamos mutuamente. Nos dirigimos una mirada, y en lo que parecía un silencio perturbador, nuestras sonrisas salieron al unísono.
- ¿Investigamos la feria? - le susurré al oído mientras nos encaminábamos a los puestos de algodón de azúcar.
-Suena interesante- comenzó a reírse- Pero primero compremos un poco de algodón de azúcar.
-Por supuesto- nos dirigimos al puesto, y compramos un algodón de azúcar - Aquí tienes Ely.
-Gracias Logan - me lanzó una mirada de agradecimiento.
Media hora después, habíamos analizado la feria de arriba a abajo. Conseguí ganar un peluche de cebra para Ely, nos comimos todo el algodón de azúcar, jugamos al típico lanzamiento de herraduras y para variar no paramos de reírnos. Estaba siendo una noche espectacular. Con el pensamiento de salir de allí e ir a alguna cafetería a cenar algo, me percate de que aún faltaba algo por hacer allí.
-Ely espera- le cogí de la muñeca para que detuviera el paso.
- ¿Qué pasa?
-Aún nos queda algo por hacer- le cogí de la mandíbula, y la giré a la derecha - ¿Ves aquello?, la noria aún nos espera.
Y sin que pudiera decir nada salí corriendo con su mano agarrada para que me siguiera, en un instante me gire para verla y su sonrisa era increíblemente preciosa.
Ely
Las diez de la noche, y ahí estaba yo. Montándome en una noria junto a Logan y esa cebra de peluche que ganó en un puesto para mí. La noria se puso en marcha, y poco a poco fuimos elevándonos en el aire, dejando a nuestros pies aquella feria en mitad de la playa.
La noche iba perfectamente bien, y me sentía bastante cómoda a su lado. Nunca había experimentado tal tranquilidad junto a un chico que no conocía de mucho. Pero con Logan eso estaba pasando. De repente una brisa de aire fresco me golpeó de frente. Se notaba ya el fin del verano. Agradecí haber elegido una sudadera para la noche, pero aun así noté un poco de frío.
- ¿Estas bien? - me preguntó Logan con un tono de interés.
-Si, solo que aquí arriba refresca más- dije abrazándome a mí misma como gesto de frio en el cuerpo mientras sonreía.
-Cierto, ven - me hizo una seña con la mano para que me acercara más a él.
Sin saber el porqué, mi cuerpo reaccionó ante su orden. Y cuando me percaté de la situación estaba pegada a su cuerpo, y con uno de sus brazos rodeándome. Se preocupó para que no pasara frio.
-Oye, ¿Qué te parece si inmortalizamos este momento? - dijo bajando la mirada hacia mí, que quedaba bajo su cobijo.
-Estaría bien- le dirigí otra mirada a esos ojos azules que ahora brillaban como nunca bajo el resplandor de la luna y las luces intermitentes de la noria.
Sacó su móvil del bolsillo y puso la cámara frontal. Segundos después la foto se hizo, y ahí estaba nuestra segunda foto. En otro momento increíble juntos, pero esta vez los dos salimos pegados sonriendo a la cámara, con un fondo oscuro en el que se observaba el mar con el reflejo de la luna.
Ya en casa, no podía dejar de pensar en la increíble noche que había pasado con Logan.
Después de bajarnos de la noria, volvimos al coche para ir a cenar a alguna cafetería cerca de la playa. Y tras una hamburguesa acompañada de un refresco y buena conversación, me dejó en la puerta de casa. Dándome un último abrazo de despedida, pero tan cálido como el resto.Subí a mi habitación, silenciosamente ya que toda la casa estaba oscura. Eran las doce de la noche pasadas y Carl y mi padre deberían estar ya en el quinto sueño mínimo. Dentro del cuarto, deje el peluche que me regalo Logan encima de la estantería y me fui desvistiendo de camino al baño. Me cepillé los dientes, me coloqué una simple camisa básica para dormir y me dirigí a la cama.
Mañana madrugaría para poder desayunar con Carl y mi padre, y poder dirigirme al apartamento de mi madre. La cual tenía que haber llegado hoy a San francisco. Puse el despertador y me acosté a dormir. La noche de hoy nunca la olvidaría.
Logan
Cuando vi que Ely se metió en casa, volví a arrancar el coche para dirigirme a mi casa. Había sido un día largo, pero valió la pena las últimas horas del día. En cuanto llegué a casa, subí al cuarto. Me metí en el baño, y me di una ducha rápida. Necesitaba aclarar mi mente, no paraba de pensar en todo lo ocurrido esa noche y sobre todo no paraba de pensar en Ely. Minutos después, estaba en unos simples bóxeres negros y de camino a la cama. Pero antes de cerrar los ojos, abrí la galería de mi teléfono. Tenía la necesidad de ver aquella foto que hice en la noria junto a Ely.
Mi sonrisa salió inmediatamente al ver lo bien que salíamos en esa segunda foto. De nuevo Ely sonreía de esa manera tan única y pura como ella sabía, y yo a diferencia de la primera foto, salía acompañándola en la sonrisa. Sin pensarlo dos veces, seleccione la foto como fondo de bloqueo. Quería ver esa sonrisa siempre que bloqueará o desbloqueará mi smartphone. Sentía que estaba enganchándome a esa chica más de lo que pensaba.
Me desperté con la luz de la ventana. No sabía exactamente la hora que era, por lo cual, sin levantarme, agarré el móvil de la mesita de noche y lo encendí. El reloj marcaba las once de la mañana. Ni tarde ni temprano para mi punto de vista. Así que puse los pies en el suelo, encendí el ordenador para poner algo de música en el ambiente y fui al baño. Mientras me cepillaba los dientes, de haber dormido, recibí un mensaje al móvil. Y no podía creérmelo, pero era un mensaje de Ely.
"Buenos días, solo decirte que me encantó la noche de ayer. Espero volver a repetirla pronto, y que sepas que aún espero la foto de anoche. Que tengas buen día "
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Logan Clifford • EN LIBRERÍAS Y AMAZON
Ficção AdolescenteEly una chica como tantas otras de San Francisco, con una carrera universitaria que empezar,con un hermano al que cuidar y sin tiempo para disfrutar de la vida y el amor. Pero todo cambia cuando el apellido Clifford entra en su vida rompiendo todas...