Capítulo 11:

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Maratón 3/14

Corrí por los pasillos de la casa lo más rápido que mis pies me permitieron. Estaba segura de que ese era el grito de Andrea, lo conocía bien. Siempre gritaba, pero aquel fue más como un… aullido, no sé. No quería pensar en nada, así que mientras corría solo me preocupaba en llegar lo más rápido posible.

Sentía el ruido que los pies de los demás hacían al correr desde distintas partes de

la casa, todo nos dirigíamos a la parte trasera, de donde venía el grito casi desgarrador.

-Aaah!

Otro grito y moví mis piernas casi de forma desnatural, mis tendones se quejaban al igual que mis articulaciones… Demonios, ¿Cuándo llegaba al final de esta casa?

En una de las vueltas me encontré con los demás, estaban todos reunidos al frente de una puerta, nadie se movía, todos miraban atónitos al interior de una habitación, pero que en verdad era la puerta que daba al jardín trasero.

Me uní a los demás y me quede a un lado de Zayn, nadie miraba a nadie, todos estábamos absortos en lo que sucedía justo frente nuestras narices.

La tormenta había empeorado, el viento volaba nuestras delgadas ropas y nos hacía temblar, pero aún así nadie se movía. Se supone que las tormenta en el Sur son más calmadas, unas gotas que molestas, pero nada más. Éste viento era algo totalmente anormal en esta zona, o eso era lo que creía. No llegaba a ser un tornado ni nada semejante, pero corría tan veloz que estaba haciendo que todos nos asustáramos por lo que veíamos frente a nuestros ojos.

El árbol gigante de atrás de la casa, que resultó ser una Araucaria milenaria, se mecía de un lado hacia el otro. Estaba segura de que ese movimiento no era correcto, que era científicamente imposible que el tronco de un árbol, de cualquiera que fuese, no podía ladearse así. Pero éste lo estaba haciendo.

De repente, una ráfaga nos golpeó en la cara haciendo que todos nos cubriéramos el rostro porque había dolido. Ahora entendía porqué Andrea había gritado. En el preciso instante en que el viento nos golpeó, la Araucariase nos amenazó acercándose peligrosamente a la casa, todos no agachamos al mismo tiempo y nos quedamos ahí.

Nunca supe qué fue, pero algo golpeo uno de los vidrios y lo hizo mil pedacitos que se esparcieron por el pasillo y nos hizo pegar un grito a más de uno; la escena era realmente aterradora, como si en cualquier momento las ráfagas fueran capaces de sacarnos de nuestro lugar, me sentí más frágil que en cualquier otro momento de mi vida. El viento comenzó a correr en todas direcciones, y yo seguía sin ser capaz de pensar, el frío me inmovilizó… para colmo, la casa de pronto comenzó a crujir, como si fuera capaz de partierse en dos, todos nos pusimos de pie de un salto y nos quedamos ahí, tiesos.

Yo miré a Harry y ese extraño sentimiento de supervivencia hizo que me acercara instintivamente a él para tomar con mi mano la parte trasera de su polerón para luego acomodar mi cabeza en él, como si así lograra esconderme de lo que sucedía afuera… y dentro también.

Su cuerpo se ergio dramáticamente y con su mano izquierda acarició mi brazo que estaba sujeto fuertemente a su espalda. En el preciso instante en que sentí su caricia, supe que todo estaría bien. Supongo que él era todo lo que necesitaba.

-Y Lizzie?!

Levanté mi rostro pero sin dejar de agarrar a Harry, y miré desconcertada a Zayn, a quien se le había deformado aún más al rostro mientras volteaba hacia todos lados buscando a la trigueña que compartía el color de sus ojos.

De pronto, todos nos dimos cuenta de qué sucedía. Lizzie no estaba por ninguna parte, yo me separe de Harry, y en el momento en que lo hice se giró rápidamente para mirarme directo a los ojos. Trataba con todas sus fuerzas de transmitirme tranquilidad, pero él también se había asustado, y me pedía perdón por haberlo hecho.

Love in da storm (Harry & tu) *TERMINADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora