Capítulo 29:

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Las siguientes horas fueron extrañas.

Tenía pensado que todos cenaríamos juntos, pero terminé sentada sólo con Lizzie y Andy. Pat se sentía mal y fue a recostarse, Louis tuvo el intento de seguirla, pero ella lo paró en seco, por lo que el castaño desapareció al igual que el resto de los chicos y Sol

-¿qué estarán planeando? –dijo entusiasmada Andy mientras preparaba un sándwich

-Cómo conquistar el mundo –respondió Lizzie sin muchas ganas; parecía no importarle el hecho de que estuviéramos las tres sentadas solas en la cocina, pero estaba segura de que por dentro estaba preocupada; al volver con Pat y percatarse de que Zayn no estaba, una sombra se había acunado en sus ojos, supongo que no tenía planeado que el juego con su moreno durara tanto tiempo, y que para esta hora, ya estarían reconciliados en la habitación desconocida.

-No creo, Niall sólo quiere conquistar una cosa –dije yo regalándoles una pícara sonrisa que sacó risas en ellas.

Pero estaba totalmente curiosa por saber qué se traían entre manos, estaba segura que esto tenía el sello Styles, y más ansiosa me sentía por saber… de alguna manera, lo extrañaba más que todos estos meses, ahora que finalmente lo había vuelto a tener, todo parecía más fresco, a demás… no dolía tanto.

Pero qué estoy diciendo.

Terminamos de comer en silencio, cada una estaba sumergida en sus pensamientos; cuando nos levantamos, las chicas se quedaron en la cocina y yo fui a ver a Pat. Seguía durmiendo, estaba aprovechando ese momento que tenía para recostarse a sus anchas, cuando el Sol terminara de bajar y el manto nocturno nos meciera, debería apretarse como la noche anterior para que todos alcancemos en la grande cama.

Aún quedaban restos de luz que entraban por la ventana, y aproveché para leer la última carta que me quedaba de la colección… o bueno, la penúltima. Había encontrado una escondida en la fotografía que había en la chimenea, pero de seguro la había perdido cuando… cuando Harry irrumpió en la habitación; y no tenía el valor para ir a buscarla yo sola, me desvanecería ahí.

Así que me acomodé a un costado de la ventana para aprovechar mejor la luz que se filtraba en la habitación, me recosté en la pared y comencé a leer.

Diciembre, 1845

Han pasado casi diez años y sus cartas siguen llegando insistentes como las olas en la orilla de la playa. En todos estos años, no ha recibido ninguna respuesta de mi parte, pero ya se me hace imposible continuar evadiéndolo.

Por favor, deje de nombrar a Antonio; sólo le diré una cosa, su hijo se ha convertido en un caballero, no es un hombre de negocios como David, tiene un alma libre como la suya, aventurero y enamorado. En unos meses más partirá a España para continuar con sus estudios; yo sólo espero que ese país no sea el mismo destino de su padre.

Sobre el otro asunto, sobre que me ha prometido que jamás ha vuelto a tocar una mujer luego del dolor que me causo, no puedo más que decir que deje de jurar amor eterno a una mujer que ya no lo ama.

El dolor ha sido mortificante todos estos años, pero creo que por fin lo he logrado… mi corazón ya no se agita al pensar en usted ni en sus caricias, mucho menos al pensar en sus dulces besos; se encargó de matar cada bello recuerdo con la imagen suya junto a otra mujer que no fuese yo. Y sé que no tengo derecho porque soy una mujer casada, pero sabe bien que yo nunca amé a David, mi corazón siempre fue suyo.

Este amor puro se intoxicó, se envenenó de engaño. Y si esto es lo que esperaba escuchar… lamento que no sean dulces palabras, pero para usted solo tengo agrias frases.

Love in da storm (Harry & tu) *TERMINADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora