Capítulo 40:

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Habían pasado ya dos meses, dos largos meses en que Harry ya no estaba a mi lado.
Mi hogar había dejado de ser la casa con cuatro paredes donde aún vivían mis padres, no… ahora mi hogar era donde estaba él, y eso implicaba paredes blancas, luces mortíferas y gritos de ambulancias; sí, mi hogar ahora era un hospital.
Eran pocas las noches en que iba a casa para dormir, solo lo hacía para recuperar un poco las fuerzas que se me quedaban en la sala de espera o en su habitación. Hoy era uno de esos días.
La noche anterior mi madre me suplico que me quedara toda la tarde, pero me rehúse, yo quería pasar mi cumpleaños número veinte al lado de Harry, no quería una torta –pastel-; el único regalo que quería nadie me lo podía dar, y era que Styles abriera sus ojos, esos hermosos ojos que hace tanto tiempo no tenía la dicha de ver.
-Lo siento si arruino tus planes mamá, pero tuviste que pensarlo antes… no pienso separarme de Harry ni un solo momento, ni siquiera en mi cumpleaños –le dije mientras arreglaba mi cabello y colocaba unos aretes artesanales en mis orejas
-Pero ____, mírate… incluso estás más delgada
-Acostúmbrate mamá, mi vida ahora es el hospital y la universidad.
-Pero es tu cumpleaños –me decía mientras comenzaba a seguirme por la casa a la vez que yo tomaba cosas para ordenarlas en mi bolso –hasta te hice un pastel
-Si quieres que me lo coma, llévalo al hospital y lo comparto con todos
-¿quiénes todos? –me preguntó con una mueca de no entender nada, y yo me detuve en seco para responderle
-Olvide decirte, hoy irán todos los chicos para disque celebrar mi cumpleaños. Estuvieron toda la semana tratando de convencerme de que me quedara en casa, pero se dieron por vencidos y decidimos que lo celebraríamos junto a Harry
El rostro de mi madre tomó esa expresión maternal y cálida que tanto me tranquilizaba, una sonrisa surcó su rostro y se aceró a mí
-Ya lo perdonaste cierto –la miré directo a los ojos, y aunque hace varios días no lloraba… era una costumbre que aún no logaba dominar, así que una lágrimas calló veloz, fue solo una… pero el dolor era exactamente el mismo
-No estoy segura aún… sólo sé que cada día que pasa sin que Harry abra sus ojos yo pierdo un poco más las esperanza de que vuelva, y cuando pasa eso, siento que muero poco a poco –y ahí estaban otra vez las lágrimas, que últimamente, se habían vuelto una de mis mejores migas, mi madre me abrazo fuerte –quiero que vuelva mamá… quiero verlo reír, quiero verlo ser un completo imbécil –le decía entre sollozos sin ser capaz de controlarme
-Tranquila mi chiquita –me dijo ella mientras acariciaba mi cabello.
-No aguanto mamá, ya no soporto todo esto –de pronto, agarró mi cabeza entre sus manos y me separó de ella para mirarme directo a los ojos
-A ver... ¿dónde está la ____ que soportaba todas las trabas que el camino le daba? Dime… dónde quedó esa niña que se levantaba a apagar la luz luego de una película de terror, esa jovencita que arropaba a su madre cuando llegaba cansada del trabajo y que le decía que todo estaría bien, que saldríamos de esto, dónde está, porque yo la extraño… y estoy segura que Harry necesita a esa ____
Sus ojos brillaban con un fulgor hermoso, era como si toda esa fuerza que ella nunca había mostrado, me la cediera a mí.
-Se cansó mamá, se agotó –le dije en lágrimas
-No… ella no se ha ido, sólo está escondida en algún rincón –me decía mientras pegaba su frente a la mía –y yo sé que ésta ____ la puede encontrar.
Una sonrisa se dibujó entre toda la humedad de mi rostro, me dio un beso arriba de mis ojos y luego un corto abrazo… pero significó mucho más que cualquiera otro que me haya dado
El timbre sonó y ambas miramos hacía la puerta
-¡Que la cumpleañera salga luego! Nos estamos muriendo de frío –era la voz de Sol, dirigí mi vista hacia mi madre otra vez
-Gracias –le dije en un susurro, y luego ella sacó un pañuelo para limpiar mi rostro
-Cuando Harry despierte, tienes que estar hermosa –una risa sincera salió de mi garganta, y me agradeció eternamente por aquello… ya no recordaba cuándo había sido la última vez que había reído de verdad.
-¡Que se apure! –gritó Zayn desde el otro lado mientras golpeaba la ventana, crucé mi bolso, di una rápida mirada en el espejo; estaba como todos los días, jeans gastados y apretados, una polerón ancho, una pañoleta en el pelo suelto… pero algo había diferente, una especie de brillo en mis ojos que hace meses no aparecía, ___ había vuelto. Me sonreí a mi misma, pero unos golpes en la puerta me trajeron de vuelta
-¡Niall va a empezar a golpear a alguien por el hambre! –gritó Andy desde afuera, tomé mis llaves y salí.
Un viento otoñal dio de lleno en mi cara… era un día triste, gris, pero aún así unos rayos de luz se filtraban en la infinidad de nubes esparcidas en el cielo; respiré profundamente mientras dirigía mi mirada hacia arriba
-Tierra llamando a la anciana ____ -me dijo Lizzie
-Si yo soy anciana, entonces Louis es un veterano –respondí como si nada hubiera pasado, como si la verdadera yo… nunca se hubiera ido
-Sin ofender a los presentes por favor –bajé mi vista rápidamente al oír su voz, ahí estaba, el castaño más divertido e hilarante que conocía, mi amigo. Una sonrisa enorme se asomo en mi rostro, hace meses no podía verlo –Y déjame decirte que estoy en la flor de la vida… a demás, sigo aparentando menos edad que tú –terminó de decirme mientras me sacaba la lengua. 
Me sonreía de la misma manera en que lo hacía yo.
-Pero… ¿Y Pat? –el embarazo de Pat había sido catalogado como de alto riesgo, por lo que debería pasar en reposo todos los meses restantes, y claro… Louis no se le había despegado ni un solo día
-Le dijo que quería descansar un poco de comer zanahorias… Tomo le da una todos los días –dijo Andy quien estaba rodeada con los brazos de Niall. Ah sí, por fin el cabeza dura se había animado a invitarla a salir.
-¡Hace que el bebé tenga buena visión! –se defendió Louis haciéndonos reír a todos
Entre risas, me voltee a ver a Sol quien estaba un poco más alejada hablando por teléfono… me acerqué un poco y escuché cuando colgaba
-Sí, ya vamos saliendo… yo también te quiero –luego colgó y se quedó mirando fijo el teléfono
-¿Liam? –se volteó asustada ante mi voz, pero su sonrisa no se desvaneció, y se limitó a asentir.
-Él y Zayn ya están en el hospital
Unas risas llamaron nuestra atención y vimos como los chicos venían caminando hacia el auto, Andy y Niall iban tomados de la mano, mientras Louis y Lizzie no paraban de hacerse bromas
-Hace mucho no los veía reír a ustedes dos… o a cualquiera –dijo de repente Sol haciendo que todos nos quedáramos en silencio, pero no uno incómodo, sino uno donde nos dimos cuenta que así era. Casi un año desde la última vez que habían estados casi todos en mi casa
-Será mejor que vallamos andando, la hora de visitas ya está por comenzar
Todos nos dirigimos al auto. Estábamos en el dilema de cómo nos subiríamos seis personas en el mini de Louis, cuando la puerta de mi casa se abrió y mamá salió con un pastel gigante entre sus manos
-Me dijiste que si quería que te lo comieras, que te lo llevara al hospital –me sonrojé y los chicos trataron de disimular su risa, pero no lo hicieron bien y mi mamá se volteó a devorarlos con la mirada; todos se quedaron parados como estatuas, cuando mi mamá quería… era capaz de asustar hasta al león más feroz.

-¡LOS EXTRAÑABA TANTO! –y abrió sus brazos para atrapar en ellos a Lizzie, Louis y Andy, quienes estaban más cerca de alcance. Pero claro, Niall y Sol fueron saltando a abrazarla a ella. Supongo que mi mamá también los extrañaba.

Sol y Lizzie iban en el asiento de atrás, sin parar de hacer comentarios por el hecho de que Andy iba en las piernas de Niall; ninguno podía controlar la sonrojes de sus mejillas. Yo iba de copiloto y Louis al volante.
-No es justo… la cumpleañera no debería llevar el pastel –soltó de pronto el rubio para desviar el tema de las bromas dirigidas hacia él.
-Es que si lo llevan atrás, lo más probable es que se derrita por la temperatura que hace.
Todos estallaron en risas, y yo me voltee para volver a mirar la calle que se extendía ante nosotros
-Te extrañaba –me dijo Louis, yo voltee para mirarlo y le gesticulé un ‘yo también’
El hospital no estaba muy apartado, pero nos demoramos casi una hora en llegar. Cuando Louis finalmente aparcó, nos bajamos todos entre bromas y risas, avanzamos hasta la entrada, y prácticamente… entramos a mi hogar.
Saludé a un par de guardias, recepcionistas y enfermeras
-Valla, sí que eres popular ____ -bromeó Niall.
-Cuando esperas a que tu novio se despierte de un coma, debes aprender a tener otro tipo de amigos, más… académicos, y no tan brutos como ustedes –no entendía por qué, pero de pronto, era como si todo me pareciera más claro
-Parece que a alguien le volvió el optimismo y ese buen humor tan simpático –me dijo Andy bajo el brazo izquierdo de Niall. Yo sólo sonreí mientras caminaba por esos pasillos tan conocidos para mí.
Subimos al ascensor y llegamos al piso 10. Al abrirse las puertas, ese olor tan familiar se coló en mis fosas nasales. Solía asociar ese aroma a dolor, lágrimas… a un Harry que no estaba. Pero ese día no, ese día ningún olor ni color iba a hacer que me bajara de la fuerza que había logrado sacar a flote. Eso era lo que necesitaba Harry, a una ____ fuerte, que le cantara Kiss Me de The Cramberries, no una que llorara en sus hombros… una que le contara los chismes, que le dijera lo que me pasaban en clases.
Avancé con una sonrisa en mi rostro, y capté algunas miradas del personal… eran miradas extrañas, no iban acorde con el optimismo que llevaba por dentro; mis hombros comenzaron a bajar al sentir murmullos, y los chicos se dieron cuenta también.
De pronto… divisé a Liam y Zayn charlando con un doctor. Los tres se voltearon al vernos, y sus rostros eran… no, no me gustaban para nada.
Liam abrió su boca para hablar, pero no fue capaz de decirme nada; mis pies dejaron de avanzar, mientras que los chicos fueron corriendo hacia ellos, Lizzie abrazó a Zayn… pues una lágrima se había escapado de sus ojos. Era una escena horrible, el doctor Ramírez se acercó hacia mí cautelosamente… Comencé a negar con vehemencia mientras retrocedía, y esas lágrimas que me había decidido a callar, salieron a brote nuevamente.
Sus manos tomaron una posición a la defensiva, los chicos todos me miraron desde atrás de la figura del médico
-NO –y mis pies tomaron vida propia. Corrieron como si de eso dependiera mi vida, y en cierto sentido… así era. La habitación de Harry estaba al final, pero no me demoré nada en llegar.
Mi respiración era descompensada, mi corazón latía sobrenaturalmente… no era yo la que estaba corriendo, era una loca que se negaba a aceptar la realidad. Fue como si mi cuerpo fuera de cristal y se trizara al darme cuenta que la puerta estaba abierta, cosa que estaba prohibida.
Pero eso no fue nada, al llegar al marco, me destroce en pequeños pedacitos incapaces de volverse a juntar… la habitación estaba vacía. La cama estaba perfectamente hecha, pero aún guardaba ese aroma que me recordaba al amor de mi vida… a aquel que había perdido… para-siempre
Mis piernas no aguantaron más el dolor y se quebraron, caí apegada a la puerta y las lágrimas caían, caían, y seguían cayendo.
No era posible, mi garganta ardía, mi corazón quemaba… ya no estaba, Harry no estaría más a mi lado, me aferré fuerte a mis brazos, la fuerza comenzó a irse poco a poco hasta desaparecer por completo. Me recosté en el suelo, dejando que toda la *beep* saliera tranquila, que el dolor recorriera mi cuerpo, que se apoderara de mí. Ya nada valía la pena si no estaba él a mi lado, así que la oscuridad era bienvenida.
A lo lejos sentí cómo unos pasos se acercaban corriendo a mí… pero la conciencia me abandonaba poco a poco, ya no sentía mi cuerpo, y no me interesaban sentirlo tampoco… por mí, que el tiempo y el espacio se adueñaran de él y a mí me dejaran dormir tranquila para toda la vida.

Love in da storm (Harry & tu) *TERMINADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora