¿Qué es sobrevivir al propio Infierno? ¿Que significa fracasar ante tantos años de preparación? ¿Qué es sentirse traicionado por tus propios hombres? ¿Qué se siente al tener que vengar a tu propia familia?
¿Qué pasaría si alguien es capaz de cambiar...
La compañía atravesaba aquel bosque frondoso que guardaba las puertas de Los Gemelos. A Robb no le preocupaba ni lo más mínimo si los guardias o parte del ejército rondaba esos bosques, ahora estaba protegido y nadie podría alcanzarle.
Quedaba una larga caminata hasta su hogar, sin contar las nombrosas guerras que tendrían que luchar, no solo ataques y defensas, si no que la diplomacia y el nombre de la familia Stark estaba en juego, él y solo él tenía ahora en manos el destino de su casa y no podría desperdiciarlo en ningún momento, tenía que ser cauteloso y precavido, cualquier error podría echarlo todo a perder.
El ambiente era animado, los soldados hablaban entre ellos, que aunque eran un número reducido, servían para protegerse de cualquier amenaza. Lord Varys y Lord Tyrion hablaban sin descanso, al parecer, su amistad venía forjada desde hace mucho tiempo, cosa que sorprendió a Robb, no mucha gente se fiaba de aquel al que llamaban "La Araña". Entre los demás componentes, Gusano Gris y Missandeis hacían pequeñas lecciones de la lengua común en el gran continente de Poniente, el soldado no tenía mucha soltura a la hora de hablar y la joven, conocedora de varios idiomas, se ofreció amable a ayudarle en aquella ardua tarea que tanto desesperaba al joven soldado en algunas ocasiones.
Mientras tanto, la joven Denea y Robb mantenían una conversación animada sobre el pasado. Él le explicaba las pequeñas cosas de la vida norteña que él pudo disfrutar entre sus clases y sus quehaceres como príncipe del norte, como jugar en la nieve, disfrutar de los amigos o incluso visitar las criptas donde solía asustar a sus hermanos junto a Jon... su medio hermano, aquel con el cual tantas cosas había compartido y ahora estaba demasiado lejos... Aún así, no mostró ni un ápice de tristeza ante Denea al recordarlo, mostrando su fortaleza y su aguante.
— Tenéis suerte.—Comentó Denea mientras caminaban, miraba al cielo, observando los pájaros, para acabar la mirada ante Jorah, que caminaba delante de la comitiva, como "guía" del grupo.—Yo jamás tuve una relación bonita ni de aprecio con mi hermano, él... él solo se aprovechaba por quien era para conseguir lo que quería.
— Y ahora, sois vos quien la queréis. Es irónico ¿Verdad?.— Le contestó Robb con una sonrisa mientras le miraba, la belleza de la joven aún le hipnotizaba, por mucho que intentara no mostrarlo a los demás.— Tanto queréis y nunca os cansáis de buscar más, más y más... Dioses.—Cogió aire y suspiró llevando la mirada hacia el lobo, que corría entre los árboles, vigilando el camino.
— Oh, vosotros los norteños, sois los únicos que no queréis nada, os conformáis con lo que tenéis y os resguardáis en vuestras casas... Podríais aspirar a algo mejor si os lo planteáis... Podríais llegar alto, tenéis potencial en vuestras venas, sangre de... lobo.—Acabó aquella frase sin poder evitar llevar la mirada hacia el lobo que corría cerca de ellos.
— Tenemos una vista muy diferente de los mundos... Vos queréis lo que os arrebataron, los Lannister quieren oro, los Baratheon, los pocos que quieren lo quieren todo, los Tyrrel solo quieren poner la mano y recibir, los Martell, bueno, los Martell solo quieren una vida de paz y amor, llena de venganza, claro esta... Los Stark no tenemos nada que nos quite el sueño, o al menos eso era así.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
