Capítulo 14

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Narrador Externo.

Lucy se hallaba postrada inconsciente sobre la cama, con los ojos de par en par puestos en blanco y el cabello corto cayéndosele a mechones. Un fino hilillo de sangre le caía por la comisura de los labios.

Marie daba vueltas por la casa, tratando desesperadamente de recordar donde estaba la lácrima de comunicación de repuesto de Lucy. La última vez que la había visto, rodaba por alguna de las numerosas estanterías. Siempre se había preguntado cómo cabían tantos libros en un lugar tan pequeño.

- ¡Mierda! -Le pegó un puñetazo a la pared. Se estaba muriendo. No podía morirse allí, delante de sus narices.

Corrió escaleras abajo por quinta vez en diez minutos y rebuscó hasta en la chimenea, pero nada. Ni rastro. Volvió a subir, aún corriendo pero con menos ímpetu. Sus energías se agotaban lentamente, conforme el cuerpo de la chica rubia que descansaba en el piso de arriba languidecía por segundos.

Por primera vez se le ocurrió rebuscar entre los cajones del escritorio de su amiga, que se hallaba en el estudio. No quería violar su privacidad, pero en cuanto dirigió una mirada al contenido del primer cajón, no pudo evitar detenerse un momento para examinarlo, a pesar de que había sabido tras el primer vistazo que la lacrima no se hallaba allí.

Había un fajo de papeles escritos por la letra de Lucy, y tras leer las seis simples palabras que adornaban la primera página, contuvo un estremecimiento de pena.

"Fairy Tail; por Lucy Lucky Heartfilia"

Una lágrima resbaló por su mejilla y aterrizó en el papel, sobresaltándola. Borró el surco que había dejado y siguió con el siguiente cajón. El tiempo apremiaba.

En el segundo en el que abrió el compartimento, supo que su contenido no la dejaría indiferente. Decenas de fotos, dibujos y recortes de periódico se hallaban desparramados sin orden ni concierto. Cogió uno al azar.

"Fairy Tail resurge; los miembros de el gremio más famoso de Fiore, reunidos de nuevo"

Pudo ver una foto donde todos los compañeros de Lucy se abrazaban frente a las puertas del gremio, con una sonrisa de oreja a oreja que no conseguía disimular la sensación de que allí faltaba alguien.

Agarró otra; esta vez, un dibujo. En ella se podía ver a una sirena de cabello azul con una expresión de ansias asesinas en el rostro apenas esbozada sobre un trozo de papel blanco brillante. Con apenas unas líneas, el autor (Lucy, supuso ella) había conseguido captar perfectamente la esencia de esa sirena. Se notaba que la quería mucho. Marie se preguntó quién era, y por qué Lucy tenía un dibujo suyo en el cajón.

Sacudió la cabeza, intentando separarse de la desastrosa sensación que se abría camino paso a paso entre sus entrañas y cogió otra fotografía. Supuso que sería también de su amado Fairy Tail, pero en ella se podía ver a Marie, con un libro abierto sobre el regazo, una manta envolviéndole los hombros y unas gafas caídas hasta la punta de la nariz que enmarcaban sus ojos cerrados. En una esquina se podía leer "Marie" y un corazón.

Entonces, solo entonces, empezó a considerar lo que estaba a punto de hacer, mientras un nudo retorcía su garganta y lágrimas calientes empapaban sus mejillas, su foto y ablandaban su corazón.

Pero como cada vez que sus pensamientos se alejaban de las órdenes de su señor, su cabeza comenzó a palpitar dolorosamente al ritmo de su corazón. Le dolía tanto que no podía pensar, así que en medio de un mar de sufrimiento, agarró el asa para abrir el tercer y último cajón, y vislumbró por fin la lacrima de repuesto de Lucy, brillando de manera que pareció apaciguar su dolor lo suficiente como para encenderla y llamar a su amo.

El rostro sin edad de un muchacho de ojos y cabello negro apareció en la esfera.

- Marie.

- Mi señor... Zeref.






OS DIJE QUE OS MATARÍA. MUAJAJAJAJAJA.

Lo tenía planeado desde el principio.

Bien, sé que el capítulo es traumático, corto y propulsor de las "ansias asesinas estilo acuario para lectores", y que he estado como media vida sin publicar.

Lo siento.

Quiero anunciaros que esta semana publicaré los capítulos finales, que serán tres o cuatro, más o menos de esta duración, y un epílogo algo más largo que puede que tenga para el domingo que viene.

¡Kiitty-chan se despide!

Nos leemos!


Tears ~ Fairy Tail NaLuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora