Capítulo 4

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Natsu

Nadie tenía noticias de ella.

La habiamos buscado en todos los lugares imaginables, incluso habíamos enviado a alguien a preguntar al Consejo.

La respuesta de éste no me agradó. No tenían noticias de Lucy Heartfilia desde dos meses después de la disolución del gremio.

Al parecer, esos dos meses los había pasado trabajando para la Sorecer Magazine, como ayudante de Jason. Era muy buena. Escribió sobre algunas de las catástrofes que se habían considerado naturales pero que habían sido obra mía, y cosas por el estilo.

Un día no se presentó a trabajar. Tampoco el siguiente. Dejó una nota y el dinero del mes en el apartamento y se fue. No volvieron a verla.

Levy estuvo en un pueblo donde creyó ver a Lucy en la biblioteca, pero afirmó estar segura de que no era ella. De igual modo, fui al pueblo.

Apestaba a ella. Corrí siguiendo su rastro, pero no hubo manera. Llegué a un apartamento como el que tenía en Magnolia, que olía aún más a ella, pero estaba vacío. Cuando le pregunté a la casera por la persona que vivía allí, me dijo que era una muchacha rubia, con el pelo corto y gafas, que ejercía de bibliotecaria en la ciudad.

Me quedé en shock. Le pregunté si sabía que hiciese magia. Ella hizo un gesto vago con la mano.

- Nadie la conocía muy bien. Tenía un aura depresiva que alejaba a cualquiera que quisiera acercarse a ella. La gente incluso dejó de ir a la biblioteca cuando empezó a trabajar allí. Pero me dijo que se iba hace dos días y no he vuelto a saber de ella. Dejó el apartamento lleno de sus cosas. Puedes llevártelas si quieres.

Me sentí morir. Aquella chica no podía ser Lucy. No la que yo conocía.

Sus palabras resonaban en mi mente. "Un aura depresiva... Nadie quería acercarse a ella..."

Salí de mi aturdimiento después de unos segundos para preguntarle a la mujer si sabía su nombre.

- Lo siento...- Negó con la cabeza. - Firmó el contrato con un alias. No sé su auténtico nombre ni si hay alguien que lo conoce. Sólo puedo decirte que iba algo justa de dinero. Quizás tenía un fondo para emergencias, pero si no, no pudo haber ido muy lejos.

- ¿Cuál... cuál era su alias?

- Lo cambió un par de veces.- Murmuró.- Pero me daba pena echarla. Al principio de hacía llamar Reina del Cosplay. Luego Coneja. Y también Hime-sama. No me pareció que ninguno de esos nombres le pegase, porque era como... muy recatada. Siempre con el pelo echado para atrás. Y nunca la vi usar otra cosa que no fuesen pantalones cortos y blusas. Pero esas cicatrices...

Sentí un escalofrío recorrerme la espalda. Lucy no tenía cicatrices. Incluso después de innumerables batallas, nunca vi ni una sola marca en su piel de porcelana. Y eso que enseñaba. Y mucha.

Pero esos alias... Bickslow la llamaba Reina del Cosplay. Gajeel le decía Coneja. Y Virgo le decía Hime-sama. Además el apartamento olía a ella.

Tenía que ser ella.

- ¿Qué clase... de cicatrices? -Pregunté, temeroso de la respuesta.

- Una en cada muñeca. Quizás... se cortó las venas. Pero las peores eran las del dorso de la mano. Cuando llegó tenía una marca rosa, pero la siguiente vez que me pagó...

Se quedó callada. Yo también.

Cuando pensé que ya no iba a responder se llevó una mano al puente de la nariz, como queriendo retener una migraña, y susurró:

- La tenía toda vendada, pero... sangraba muchísimo...

Contuve una arcada. Lucy no haría eso. Ella amaba Fairy Tail.

¿Qué podía haberla llevado a ese extremo? Al punto de haber tratado de suicidarse y haber rasurado su mano sólo para no tener la marca de Fairy Tail...

- Después de ese día, empezó a llevar un guante en la mano...

- Muchas... muchas gracias por la información. ¿Podría... examinar sus cosas? Ya sabe, en privado...

- Claro, claro.- Asintió efusivamente con la cabeza y salió corriendo de allí.

Sinceramente, yo querría haber hecho lo mismo, pero tenía que quedarme.

Tenía que ver qué había sido de ella.

El lugar era terriblemente impersonal. Lo único que me decía que el lugar era de ella era su olor, y la gran cantidad de libros esparcidos por el lugar. Había un papel en la mesa escrito con la que reconocí como su letra.

Empecé a leer.

Idiota. ¿No te había dicho que no me buscases?
Me he ido. No me vas a encontrar. Y hazme el favor de leer la carta que le di a Yukino para ti. Es importante.
Atte: L.H.

Qué bien me conocía. Tenía razón. Aún no había leído la carta. Pero no me sentía preparado.

Y por eso ahora, dos meses después, la carta seguía cerrada en mi mesilla de noche, con el brillante sello rojo sangre destacando contra el tono beige del papel del sobre.

Happy me lanzó una mirada acusatoria sobre la mesa del bar. La comida seguía intacta frente a mí, pero no me sentía con ánimos para probarla.

Desde aquella conversación tan siniestra con la casera de Luce, apenas comía nada, y Happy terminaba por meterme un pescado a la fuerza en la boca mientras dormía o cosas más imaginativas, pero el resultado era el mismo.

No pensaba descansar hasta encontrarla. Y en cuanto lo hiciese, iba a tener que responder bastantes preguntas.

¿Por qué diantres no quieres volver?

- Deberías leer la carta, Natsu.- Me instó Happy, y en ese momento me di cuenta de que había dicho esas palabras en voz alta.- Seguro que allí te explica algo. Ya sabes, Lucy es realmente buena escribiendo. Quizás es aún más esclarecedor que si te lo dijiese cara a cara.

Lo medité por un par de segundos, y finalmente tomé una decisión. Leería esa carta.

Pero aún así, no te vas a librar, Luce. Pienso encontrarte.

Y casi pude verla, negando con la cabeza exhasperada y gritándome lo cabezota que era mientras recomponía su cabello.

No importa qué... te encontraré, Luce.

Tears ~ Fairy Tail NaLuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora