.Incómodo.

4.4K 378 156
                                    

Jack

Después de todo, Norte si me obligó a ver a la era "mi mamá" aunque, ya no iba a ir solo porque Norte me lo había ordenado. Si no, porque quería escuchar lo que tenía que decirme.

Pero no nos veríamos en fin de semana, sería después de la escuela. A la que no tenía ganas de ir.

El fin de semana pasó más rápido de lo que hubiera deseado. Y esos cortos dos días, los había sentido tan eternos por el siguiente motivo: ¡No había hablado con Elsa!

Joder, era ella la que hacía menos aburrido el tiempo. Siempre habíamos pasado los fines de semana haciendo estupideces, hablando o haciendo cualquier tontería que se nos ocurría. ¡Maldición! Sabía que lo de aquella noche iba a traer consecuencias, pero no creí que fueran tan grandes.

Quería acercarme a su casa, pero el simple hecho de pensarlo me incomodaba... Y eso me preocupaba, jamás me había sentido incomodo con Elsa. ¡Yo y mi maldita testosterona que no pudo parar cuando aún tenía tiempo!

Pensar en esa noche me daba... No sé... Porque, a decir verdad, no me desagrado nada lo que pasó. Sexo era sexo. Pero que fuera con Elsa... Aquella platinada que había conocido desde pequeño, eso lo cambiaba todo. ¿En qué manera? Era mi mejor amiga, bueno, la única mejor amiga. Porque si tenía amigos, pero ninguno como ella. La había lastimado y eso me hacía sentir como la peor mierda. Le había quitado su virginidad, algo que Elsa apreciaba demasiado y guardaba para "su chico correcto" era más que obvio que ese no era yo.

¡¿Por qué debía estar tan ebrio?! De haberlo pensado mejor nada de eso habría pasado.

Desperté la mañana del lunes cansado. La verdad no hacer nada irónicamente cansaba más. Pero me desperté por mucho más temprano que cualquier otro día. Salí a correr como hacía de costumbre.

Mientras corría solo podía pensar en el cansancio, en como los pulmones pedían oxígeno y mis piernas descanso. Pero no pararía, pues no quería pensar en otra cosa. Al llegar al gimnasio, fui igual. Haría ejercicio hasta que mi mente solo pensara en dormir más por todo el esfuerzo ejerció en los músculos.

En cuánto llegué metros cerca de mi casa, pude ver como Elsa también llegaba a la suya. Estaba sudada, lo cual me hizo saber que había salido a hacer ejercicio también.

Ella me vio y me sonrió tímidamente.

¡Genial!, era como si la vida quisiera que habláramos o algo... No lo sabía, pero daba igual. Ambos nos acercamos y simplemente nos quedamos ahí, sin saber bien que decir.

¡Aunque yo tenía mucho que decir! Pero las palabras no me salían. Sentía que, si las decía, iba a sonar como un total pendejo balbuceando encontrando las palabras correctas.

— ¿Vas a... llevarme a la escuela? — preguntó sacándonos de aquel silencio.

Reaccioné — ¡Claro! Claro, lo he hecho siempre, ¿No? ¿Por qué no lo haría ahora? Digo, no es como si dejaría de hacerlo.

Mierda... Díganme que no hice eso. Probablemente me había visto como un imbécil.

Elsa carraspeó y se removió en su lugar — Gracias... Ah... Okay Si, ah... Mejor me voy — se dio la vuelta y caminó lo más rápido a su casa.

Me golpeé la frente con mi palma. Eso había sido lo más incómodo que había presenciado en mi vida.

Entre a mi casa y lo primero que vi fue a Norte cruzado de brazos.

— ¿Que? — pregunté extrañado por su comportamiento.

— Te acostaste con Elsa en la fiesta. Eso pasa — respondió.

Oops, Baby I Love You  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora