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Niall.

El rubio corrió hacia un jarrón y allí escondió la bolsa. Suspiró aliviado hasta que recordó a su madre y la noticia que le daría. Rogaba que todo le saliera bien.

—¡Ya voy mamá!—Gritó poniendo su cabello en la ventana y tiro una gran parte de él.

Halo de su cabello lo mas fuerte que pudó para que su madre subiera, no estaba tan delgada como se veía. Oh de que hablaba, su mamá le castigaría si dijera eso.

—Hola, cariño.— Su madre le saludo con un beso en la cabeza.

—¡Madre! —Sonrio con gran ilusión mientras iba hacia ella y la abrazaba.

—Niall... Cariño.— Ella le dio unos cuantos toques en la espalda y después se alejó.

—Pensé en lo que dijiste de que no puedo ir a ver las luces pero tengo algo que podrá demostrar lo contrario.—Dijo con mucha emoción mientras corría hacia el armario donde estaba el chico noqueado.

—Niall....

—Es que mamá debes creerme cuando te diga que si...—El rubio puso sus manos en las puertas del armario para abrirlo.

—Niall...

—Es que debes creer....

—¡No Niall! ¡Tú jamás saldrás de esta torre!

Al escucharla el rubio se entristeció, sus manos se alejaron del mueble, sintiendo como las lágrimas amenazaban en salir de sus ojos. Restrego sus ojos tratando de no llorar.

—Oh Niall... Sabes que lo hago por tu bien.—Tomó un  mechón de su cabello que se encontraba cerca de sus pies.

—Lo sé... Yo solo quería saber si tú no podías darme de regalo aquella pintura que era de caracoles.—Murmuró forzando una sonrisa.

Su madre relajo su cuerpo y asintió.— ¿Sabes que esa pintura me llevara tres días en encontrarla? ¿Estas dispuesto a esperar?

Abrazo a su madre con mucha fuerza. La ayudo a arreglar todo para su viaje de tres días.

El oji-azul hizo un puchero mientras pensaba "¿Por qué mi madre no quería que saliera? ¿Tan malo era el mundo? "

Pascal se acerco al rubio, empezando a lamer sus brazos e hizo que riera. Bueno, pensándolo bien, no todo era malo.

—Pascal... Te quiero amigo.

Zayn.

El moreno despertó alterado y con un gran dolor de cabeza. Mierda, no se recordaba donde se encontraba. Trató de moverse pero no lo logró, estaba atado a una silla pero lo que mas le llamo la atención fue que estaba atado con ¿cabello?

Oh si, si era cabello. Elevó la mirada tratando de encontrar algo para escapar pero lo que encontró solo fue cabello y mas cabello. Estaba perdido. Seguro le habían quitado todo hasta ¡La corona!

Busco por todas partes su bolso pero algo lo hizo saltar del susto, se habían escuchado pasos.

—¿Buscabas algo? —La voz lo hizo estremecerse por completo.

Sin perder tiempo llevo su mirada hasta la persona que había hablado. No la notaba, estaba parada en la sobra y no lograba divisarla bien.

El moreno noto como una pequeña persona salia a la luz, quedó mudó. Era una chica con cabello largo color oro, piel lechosa, hermosas esferas azules y con muchas pecas por su cuello. La rubia le miraba enojada, el moreno solo pensaba en lo bien que se veía en ese vestido morado, aunque viéndolo bien, no llenaba la parte del frente y para el colmo estaba descalza. A sus cortos 24 años no había visto tanta belleza junta.

—¿Quien eres y quien te ayudo a encontrarme? —La rubia habló y por primera vez notó que tenía un sartén en su mano.

—¿Qué? —Murmuro atónito, elevando una ceja.

—¿Quien eres y quien te ayudó a encontrarme?

El moreno solo soltó una carcajada, haciendo que la rubia frente a él se enojara más. ¿Quien se creía esta chica? Era preciosa, no lo negaría pero él solo buscaba un lugar donde esconderse.

—¡Contesta!—La chica jaló de su cabello haciendo que él se mueva junto a la silla, callendo.

—Mira muñeca, no es mi culpa que tú vivas a aquí, este era un buen lugar para esconderme y sería mejor que me  desataras, me dieras mi bolsa y me largara de aquí.—El moreno murmuro mientras trataba de zafarse.

—No, si tú quieres recuperar tu bolsa tendrás que hacer lo que yo digo. —La rubia tenía sus agallas, no sabía a quien se estaba enfrentando.

—Preciosa, ¿Por lo menos puedes levantarme? —Elevo una de sus cejas, después de todo ya se le hacía demasiado incómodo estar tirado en el suelo. Escuchó como la rubia bufaba y murmuraba cosas que no lograba entender, segundos después ya estaba bien sentado, obviamente aún atado.

—Escondí tu cosa de metal en un lugar que no podrás encontrar.— La rubia hablaba con superioridad y al moreno, por alguna razón le daba ternura.

Vio hacia todos lados y logro divisar la bolsa en un jarrón. Vio con algo de gracia a la chica sin nombre, ¿acaso era una de las muchas rubias tontas?

—Esta en el jarrón, preciosa.

Oh y no sé equivocó, pero volvió a ser noqueado por varios minutos.

Despertó nuevamente con dolor de cabeza. Mierda, esta rubia si era dura de llevar. La diviso jugando con un cachorro, pero ella al notar que estaba despierto dejo de sonreír y se acerco a él

—¿Entonces? ¿Vas a querer tu cosa o no? —El moreno no pudo evitar pensar mal y soltar una que otra risa, callando al ver el rostro de la oji-azul. Mierda, no se cansaría de ver esos ojos.

—Acepto, pero debes decirme primero que quieres que haga.

—¿En serio? —La chica por primera vez sonrió emocionada y empezó a saltar, mientras él sólo la miraba con duda. Que chica tan rara, pensó.

La rubia dejo de saltar al notar su mirada, se arreglo el cabello como pudo y después hablo

—Mañana será mi cumpleaños y cada vez en mi cumpleaños salen las luces flotantes, quiero que me lleves, verlas y luego me traigas, después te daré tu bolsa.

Bien eso seria demasiado fácil, después de todo, podía perder a la chica en el camino o aun mejor, atarla con su cabello a un árbol.

—Acepto.

Pero lo que no sabían era que en ese corto tiempo, muchos sentimientos y secretos saldrían a la luz.

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Zayn cree que Niall es chica, ajdlslfodif.

¿Que tal les pareció?

Gracias por leer.

Enredados [Ziall] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora