19.- Dime que todo es una mentira.

267 46 48
                                    

           

Narra Nicolás

Agarré la cabeza del Jaime y le di un beso forzado en la mejilla.

-¡Sale maricón!- me gritó enojado.

-Ay, Jaime, por favor, no niegues lo que somos.

-¡No somos nada weon!- gritó riendo.

-Nico, te van a pegar- me advirtió el Edgar.

-Mi groupie apoya el Jainico.

-Tu groupie te caga- comentó el Jaime y los demás weones se cagaron de la risa.

-Cállense conchasdesumadre, mi groupie me ama- la defendí fingiendo enojo- ya, sigamos caminando. Naiko, síguenos.

Comienza a sonar el teléfono del Naiko, provocando que nosotros lo miremos mal. El Naiko corta la grabación y me pasa la cámara rápido para poder contestar, mira su teléfono extrañado y cuelga.

-Número desconocido.

-¿Pa esa wea cortaste la grabación?- le pregunta el Jaime enojado.

-Puta, no sabía quién era, pensé que era la Rou, pero no- iba a guardar el teléfono, pero lo vuelven a llamar, ahora si contesta- hola.

De cara de confusión pasa a preocupación. Toma su cara y nos mira a nosotros con desesperación.

-¿Dónde está?- pregunta fuera de sí- voy ahora, gracias.

-¿Qué pasó?- le preguntó el Edgar preocupado.

-Mi mamá se descompensó, está en la clínica- dijo y guardamos todos nuestros celulares para ir a la clínica.

Le pasó las llaves al Jaime para que condujera ya que él estaba muy nervioso para hacerlo. El Jaime condujo a toda velocidad y cuando llegamos a la clínica bajamos todos, menos el Jaime para ir a ver a la tía, él se quedó estacionando.

Cuando llegamos a emergencias vimos a una tía del Naiko y a la Almendra sentadas llorando.

Algo malo había pasado.

-¿Qué pasó?- preguntó el Naiko una vez que estuvo cerca de ellas, tenía la respiración agitada por haber estado corriendo.

-Nicolás- dijo la Almendra acongojada.

-¿Cómo está mi mamá?- preguntó.

-Bien, mejor- contestó ella.

-¿Qué le pasó?

-Joven Nicolás- dijo la Almendra- el señor Vicente murió.

-¿Qué?- preguntó el Naiko sin creerlo, yo estaba igual.

-Le dio un infarto en el avión y cuando aterrizaron de emergencia en Brasil... ya era muy tarde- contó entre lágrimas.

-¿La Mía?- pregunté y la Almendra me miró.

-La llamé y cuando le dije no me dijo nada, solo un grito desgarrador. No pude ir a verla porque no tengo cómo.

-Tengo que ir a verla- comencé a desesperarme.

-Anda, espera que el Jaime llegue con las llaves del auto y anda- me dijo el Edgar y yo asentí.

Vimos al Jaime correr hasta nosotros con preocupación.

-¿Qué pasó?- nos preguntó.

-Pásame las llaves del auto- le pedí. Él metió una mano en su pantalón y me las entregó.

-¿Qué pasó po?- insistió.

Comencé a correr hasta la salida de la clínica y después al estacionamiento.  Encontré el auto y una vez adentro fui a toda velocidad hasta el departamento. Sentía el corazón en la garganta y una desesperación tremenda en ir hasta la Mía y poder estrecharla en mis brazos. Conozco a la Mía y sé que no se toma noticias de este tipo de la mejor manera, es solo recordar cuando se enteró que la Ignacia estaba embarazada de mí y darse cuenta de su reacción, esto es mil veces peor y no espero encontrarla tranquila, al contrario.

Mía ll [Jaidefinichon GOTH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora