Poderes angelicales deben ser

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El cuerpo de Jensen estaba tenso, las mujeres se comportaban así cuando querían meterse en sus pantalones, pero ese angelito seguramente no tenía esas intenciones, quizás ese ser ni siquiera sabía que era "eso".

El rubio no correspondió el afecto pero tampoco se negó, la verdad, no quería encariñarse tanto con Jared, sabía que tendría que irse en cualquier momento y pues, aunque él no era de los tipos que se aferraban a las personas, hace mucho no sentía la comodidad que sentía con el castaño, pensó que jamás se volvería a sentir así con alguien, mucho menos en 1 día de conocerlo, todo era tan raro y nuevo para Ackles que se sentía extraño al estar en esa situación con un hombre, ni siquiera un ser humano, un ángel.

-Jared, ¿Por qué estás aquí? -Preguntó abruptamente el empresario, cosa que causó que el ángel se levantará de su pecho para poder mirarlo a la cara.

El castaño tenso su espalda y simplemente se encogió de hombros separándose del cuerpo del rubio.

-¿No estás aquí por una misión? -El castaño negó con su cabeza. -¿Por qué estás en el mundo humano entonces?

El timbre sonó y la pregunta quedó en el aire. Jensen se apresuró a abrir la puerta, tomó las pizzas del repartidor y pagó dando una buena propina. Llevó las pizzas donde estaba con su angelito.

Ambos comieron con una sonrisa en su rostro, Jared por probar una pizza por primera vez, y Jensen por la reacción del angelito después de cada mordida. Así terminaron su almuerzo y ambos quedaron de nuevo en el sofá, pegados hombro a hombro.

-¿Qué quieres hacer ahora? -Preguntó el rubio mirando los cambiantes ojos del chico.

-Iv euq sainet anu acetoilbib, oreiuq alrev -Dijo el angelito tomando la mano del empresario. Este sólo lo miró interrogante con una sonrisa fingida en el rostro. Jared negó y se levantó del sofá con la mano del contrario en la suya, dirigiéndolo a la biblioteca Ackles.

-Oh...la biblioteca, ¿Sabes leer? -El castaño asintió fervientemente, leyó los títulos de los libros y tomó uno que estaba en una sección separada, dándoselo a Jensen

-Los tres cochinitos -Leyó el ojiverde mirando a Jared que parecía un cachorrito a quien le darían comida. -¿Quieres que lo leamos juntos? -El chico asintió y se sentó en el suelo tomando de respaldo una librera, Jensen se sentó a su lado.

El rubio comenzó a leer la historia en voz alta, el chico sólo lo abrazaba del brazo mientras miraba las imágenes del libro. Amaba ese libro, le recordaba tanto a su hogar y su familia, extrañaba a sus hermanos, sus hermanos mayores le leían esa historia cuando era más pequeño, claro que eran cerditos ángeles pero técnicamente, la historia era la misma que la de los humanos.

Al terminar la historia, Jared estaba recostado en el hombro de ese humano tan lindo. Nunca había sentido ese cosquilleo en su pancita pero quizás era la comida humana que le provocaba eso.

Jensen recosto su cabeza en la cabecita del ángel, ¿Qué estaba sucediendo con él? ¿Por qué sentía maripositas en el estómago? ¿Por qué sentía esas ganas de abrazar al ángel y nunca dejarlo ir? ¿Por qué sentía que tenía que protegerlo? ¿Por qué tenía esa ansiedad de besar los rosados labios del castaño? Jensen Ackles no debería sentir eso, por nadie, sólo una vez en su vida había sentido eso y todo salió mal y fue un caos, desde ese momento supo que no debía sentir nunca más eso con nadie. Y le había funcionado bien, las chicas con las que dormía no eran más que un entretenimiento, todas querían probar un poco del multimillonario Jensen Ackles, y pues él no se negaría. Pero ahora...estaba tan confundido, no había pasado ni un día y este ángel le estaba haciendo sentir algo que no le gustaba, y algo que jamás admitiría. Seguramente los ángeles tienen esos poderes, sí, seguramente sólo era eso.

Mi pobre angelito {Padackles, J2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora