Capitulo 3

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Capítulo 3

Me miro al gran espejo que está detrás de la puerta del closet.  Una chica vino a arreglarme el cabello, ella maneja mi cabello como si fueran agujas. Al final, el resultado fue hermoso, mi cabello de mi lado izquierdo, mientras en el otro lado lo había transformado en una lluvia de pequeños diamantes, también hizo el maquillaje, puso sombras negras en mis parpados y polvos en mis mejillas, mientras que dejó mis labios de un color rosa. Y el vestido que llevaba puesto era el menos llamativo que me pude haber encontrado en ese closet.  Era rosa, era un color bonito, parecía más morado que rosa. El escote estaba en forma de corazón, decorado con tela más oscura al color, y dejando detrás una falta un poco grande.

Salgo del closet y cuando cierro la puerta, escucho como la otra puerta se cierra, camino hasta ella pensando que posiblemente sea Elijah. Tomo el picaporte y lo giro, lo abro y no hay nadie afuera. Tengo miedo de salir, posiblemente me den ganas otra vez de escapar. Cierro de nuevo la puerta y camino hasta la pequeña terraza que está a un lado del tocador. Abro la puerta de cristal y camino hasta el barandal. Estaba anocheciendo, las nubes se tornan de un anaranjado realmente bonito, eso casi no pasa en Chicago. Y si pasará, tal vez me lo perdería.  Miro hacia abajo, en el patio delantero hay mesas con manteles blancos y parece que encima de ellas están flores y lámparas. La curiosidad de saber quién es Jeanine y Andrew me carcome de dentro hacia afuera, ¿Y si los veo esta noche? ¿Y si me confunden con Grace?

Tengo en mi mano la bendita máscara que tengo que llevar en el baile. Me cubre casi media cara, es negra con algunos toques de dorado y también con algunos diamantes. Posiblemente la tendré puesta durante toda la fiesta, no quiero tener todas las miradas de esos desconocidos en mi rostro desnudo.

Entro de nuevo a la habitación, me siento en una esquina de la cama y espero a que Elijah venga. Recuerdo el iPhone. Me levanto de la cama y logro tomar la caja del iPhone de la mesita de noche. Lo enciendo y hago todos los ajustes que se necesitan, cuando ya está listo, marco el número de Chris. 10 segundos después, él contesta.

-Hola?-la voz de Chris se escuchaba apagada. No contesté, aun no tenía idea de que decirle-Hola?-Repite.

-Chris.-dije, me guardé mis emociones de mi voz en lo más profundo de mi garganta, intento sonar calmada, la voz temblorosa me ganó.

-Em!?-su voz empieza a preocuparse-donde has estado? ¿Acaso no irías por mí al aeropuerto?- su voz empieza a temblar, ¿Acaso perdió la memoria o algo por el estilo?

-Lo siento.-Empiezo a mentir. No tenía otra alternativa, a menos que le contara la verdad y me tachara de loca.-tuve alguna emergencia con mis padres, tal vez regrese en uno o quizá dos meses a Chicago.-Mi voz empieza a fallar y empieza a entrecortarse, siento un nudo en la garganta-la cosa esta fea entre mi familia y tengo que solucionar las cosas con ellos yo misma. Espero que me logres entender, prometo que voy a pasar todo el tiempo perdido de estos años en esos meses.

-Emma...-trata de decir mi nombre. No pudo-Emma no sé qué decirte, he esperado por media vida estar contigo como cuando éramos unos niños, viéndote reír mínimo por unos días. Tal vez solo este en Chicago unos días, mi trabajo no permite estar aquí ni por una semana. Yo también lo siento, Feliz cumpleaños Emmaline.

Cuelga.

Me dieron ganas de aventar el teléfono por la terraza y con la esperanza de que se destruyera en la cabeza de alguien. Este lugar me hace pensar en cosas que no quiero, como matar a alguien, como tener la necesidad de matar a alguien. Dejo el teléfono en la cama y aprieto los puños hasta que mis nudillos se ponen rojos para tranquilizarme. Por culpa de quien quiera que sea, no pude pasar de lo que creí que sería el mejor cumpleaños de mi vida con mi mejor amigo.

Demons | Elijah MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora