Capitulo 4

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Le tiemblan los labios, estoy cien por ciento segura de que ella es Jeanine, y no Grave. Asiento una vez más.

-Si… Mi Ma…Miranda me puso ese nombre en honor a su hermana-cierro los ojos- Su hermana murió de cáncer.

Mi tía, Emmaline, lo único que pude saber de ella era que era lo contrario de mi madre Miranda. Mi madre me contaba que Emmaline era una de las personas más generosas del mundo.  Solo con oír su voz o hablar con ella, o con tan solo verla, te hacía el día. Todo era de color de rosa hasta que le diagnosticaron  Cáncer en el estómago, lo que meses después, le causó la muerte.

-Cuanto lo siento-Me dice y se acerca a mí para abrazarme. Respondo a su abrazo, me sostiene tan fuerte que no quiero separarme de ella. No puedo creer que ella sea mi madre.

¿Por qué todos los que he conocido hablan con ese raro acento británico?  

-Gracias.-susurro. Mis manos se aferran a ella y siento como mis ojos quieren llorar más. Se aleja de mí y me ve de pies a cabeza. Esboza una sonrisa.

-Pensé que estabas muerta.-se cubre la boca con las manos y entrecierra los ojos.

-Creo que todos pensaban eso hasta hoy a mediodía.-Jeanine baja la cabeza y asiente lentamente.

-Elijah me contó lo que pasó con mi hermana Grave.-<<¿Y También te contó que la perra me quiso matar?>>

-Sí. Fue un poco, incomodo.-digo. Obvio que no fue incomodo, fue, raro. Camina hasta mí y me quita la máscara (creo que también iba en la máscara mi maquillaje por tanto llorar). Se sorprende cuando ve mi cara completamente y sonríe.

-Te pareces mucho a Grace-me vuelve a decir. Realmente tenía ganas de gritar ‘’Carajo, ya no me digan a quién me parezco’’, asiento de nuevo. Me toma de la mano y me hace caminar hasta un gran marco que está arriba de una chimenea. Dentro del marco está una pintura que parce de hace 200 años, las mujeres y los hombres estaban vestidos a esa época. Las personas que estaban en el marco estaban en lo que hoy es el inicio de las escaleras de esta casa. Las mujeres se parecían unas a otras, mientras que los hombres no.

-¿Quiénes son ellos?-pregunto aun mirando la pintura.

-La Familia Deveraux de 1857-sigue mirando la pintura. Está pintada a blanco y negro, los rostros son demasiado nítidos que parece una fotografía. Los grandes vestidos con los apretados corsés de las mujeres, tan detallados que hasta se veía la textura de la tela del vestido.

-¿Por qué las mujeres se parecen unas a otras?-pregunto. Cada mujer lucia exactamente igual a otra, las mismas facciones en la cara y hasta el mismo cuerpo.

-Mi madre decía que el gran parecido era por la genética.-dice mientras recorre con la mirada a las mujeres de la pintura. –Mientras que mi bisabuela decía que hace miles de años, una bruja lanzó un hechizo a todas las mujeres de nuestra familia-Sonríe. Segundos después pierde la sonrisa.- Una mujer solo podía tener 2 o 3 hijos. Dos hijas, una mayor que la otra que fueran exactamente igual y un hermano, completamente diferente a ellas.

-Bruja?-Pregunto, me volteo hacia ella y veo que alza una mano y acaricia el pequeño vestido de una niña.

-Mi Bisabuela era creyente de ellas-señala a esa misma niña. Y a su lado estaba otra niña exactamente igual a ella, solo que un poco más alta que ella.

-Las brujas no existen, solo son mitos que las personas hacen solo para asustar a otras.-digo, maldita estupidez aquella cosa de las brujas.

-Mi bisabuela no creía eso. Cuando era pequeña, demasiado pequeña. Ella me contaba historias que a ella le contaban sus abuelos, la formación de las brujas, como vivían, y como reconocerlas.

Demons | Elijah MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora