Capítulo 7

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El cuerpo sin vida de Jeanine se queda congelado con los ojos azules abiertos. Mirándome desde el suelo. Aun siento el frío entre mis manos y me veo en el reflejo de la gran ventana que da para una panorámica de Amsterdam.

Alrededor de las pupilas están completamente en negro, mientras que la pupila no está de mi color habitual gris, si no, están azules con toques de rojo. Mi cara no es la misma, mi piel está completamente blanca haciéndome ver terrorífica. Ahogo un grito y aprieto los ojos y empiezo a limpiarme la cara con la esperanza de que se quite todo esto. Me vuelvo a ver al reflejo y veo que lo único que hay desaparecido es el raro tono de piel y ha vuelto al normal.

No puedo creer lo que he hecho.

Me arrodillo a un lado del cuerpo de Jeanine y le tomo el pulso. Esto es estúpido. Le he roto el cuello.

Salgo de la oficina con los Ray Ban de Jeanine puestos para cubrir mis ojos (aún seguían con el extraño color de ojos.) y camino con la cabeza agachada. Las secretarias y demás personas me miran raro mientras camino al ascensor. El elevador se cierra segundos después de que entro, dejándome sola en él. Me quito los lentes y miro mi reflejo en la puerta del ascensor. Mis ojos no han cambiado nada. Me los pongo de nuevo cuando el elevador se detiene y entra un hombre como de la edad de Jeanine  que me ve de la cabeza a los pies. Ruego que me vea así por los lentes, y no por otra cosa.

El hombre, de traje, se pone a mi lado mientras esperamos a que el elevador pare. Siento un ardor en mi garganta y terror mientras escucho los latidos del corazón del tipo. Empiezo a morderme el interior de la mejilla y trato de pensar en lo que sea para sacarme de mi cabeza los latidos de su corazón. Pero es imposible, y mucho menos cuando empieza a hablar.

-Tu familia es legendaria.-empieza, habla como si tuviera demasiado cuidado en soltar cada palabra.

Trago saliva y hablo sin mirarlo.

-¿Me conoces?

-Claro.-lo dice pareciendo como si sonriera.- tus padres son mis jefes. Déjame preguntarte algo.-se pone enfrente mío, obstruyendo la salida del elevador.-¿Quién eres?- se acerca a mí, y tengo miedo de que vea que hay detrás de los lentes-¿Grace o Rose?

-¿Cómo me conoces?-hablo con la voz temblorosa, nerviosa.

-eso no importa.-se acera aún más.

-claro que si…¿Quién eres y como me conoces?-comienzo a abrir y cerrar los puños y encajarme las uñas en las palmas.

-Primero quiero saber quién eres, ¿Grace o Rose Marie?

-Soy Emmaline.- hablo mirándolo a los ojos. Ahora, no sé por qué, pero ya no siento miedo.

-Eres Rose.-su boca se curvea en una sonrisa, luego se quita de enfrente mío y detiene el elevador.

Me ve a los ojos y sonríe aún más. En un segundo, sin siquiera sentirlo. El tipo está detrás de mí haciéndome una llave en el cuello con los brazos y quitándome los lentes con la otra.

-Maldito monstro.-siento su aliento en la oreja. Le encajo las uñas por encima del traje pero no hace ningún efecto. Me está viendo en el reflejo del ascensor directamente a los ojos, que aún están color negro, morado y rojo.

-¿Quién eres, Hijo de perra!!!?-le grito entre jadeos, su brazo cada vez me evita respirar y pensar con facilidad.

-eso no te importa.-me las arreglo para darle una patada en la entrepierna, grita y afloja el brazo, siento el frio entre las manos y creo que he vuelto a mi forma espeluznante. El tipo se recupera del golpe y trata de tomarme de nuevo, soy más rápida que él y al igual que Jeanine, lo tomo del cuello. Lo aprieto tan fuerte que siento algo que no había sentido cuando maté a Jeanine, una sed de sangre.

Demons | Elijah MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora