Demons | Elijah Mikaelson

Capítulo 6

-Emmaline-escucho la voz de Elijah a unos metros, es demasiado tarde como para esconder el pañuelo. Cuando está enfrente de mí y ve el pañuelo que sigo teniendo en la muñeca, me toma del brazo delicadamente.-Emmaline, que pasó? –frunce el ceño mirando la muñeca, quito el pañuelo y ve que no tengo nada.

-Fue un accidente-digo. Ahora, tengo las manos llenas de sangre.

-Lo hizo Nathaniel?-no contesto. Solo me quedo callada recorriendo con los dedos la muñeca.

-Fue un accidente-repito. Creo que acabo de decir que él me cortó la muñeca.

-Nathaniel no es de accidentes. ¿Por qué lo hizo?

-Mi bocota habló-hago un movimiento con una ceja.

-¿Qué le dijiste como para que te cortara?- me suelta del brazo y se pone enfrente de mí.

-Imité su acento, lo moleste acerca de toda su ''Fortuna'' y me lanzó una flecha que casi me da en un ojo.

-Nathaniel puede ser arrogante a veces.

-¿A veces? –Pregunto levantando las cejas, con el pañuelo trato de limpiarme las manos con la parte que aún no se ha cubierto de sangre.

-Sonríe.-Posiblemente siempre.-coloca una de sus manos en mi hombro.

-Sonrío- creo que iré a lavarme las manos.

-Sé cuidadosa con Nathaniel.

Asiento, mientras se separa me quita la mano del hombro.

Subo lentamente los escalones de la casa, tengo miedo de entrar ahí y ver la cara de Nathaniel con una estúpida sonrisa, subo rápidamente los dos últimos escalones y abro con una mano la puerta de la derecha. No hay nadie adentro. La casa está en completo silencio, lo único que se puede escuchar es mi respiración. Camino mirando a mis alrededores hasta los escalones, como no sé nada acerca de donde está el baño principal (que debe de haber uno) en esta casa, decido ir al de mi habitación, mientras camino mirando a mis alrededores por el pasillo, la cara del rubio sale de la puerta que está enfrente de la mía. Él al verme con el pañuelo ensangrentado, se le dibuja una sonrisa empalagosa en la cara.

-Genial-susurro poniendo los ojos en blanco. Nathaniel cruza los brazos y suelta una risa.

-Creo que tienes que darte un baño.-susurra, apunta con el dedo la playera gris que también he manchado de sangre.-esto no hubiera pasado si no te hubieras puesto en mi camino.-se le borra la empalagosa sonrisa.

-¿A qué te refieres?- era obvio que no se refería a lo que había pasado hace una hora.

-Me refiero a que si Jeanine no te hubiera encontrado-sigue susurrando, y se acerca más a mí.- viviría en paz en esta casa.-me mira a los ojos. Con solo verlo, tengo ganas de arrancarle la cabeza, solo hay un problema, no sé cómo.-hice que se fuera Grace de aquí, are que tú también te vayas.

-¿Y cuál es tu maléfico plan para correrme?-digo.

-Si te dijera, ya no sería una sorpresa.-vuelve a sonreír, se aleja de mí y desaparece por el pasillo.

Es un hecho, Jeanine no es el problema, ni Grace tampoco. Es el maldito de Nathaniel.

Pues de que se preocupa, solo estaré aquí 7 días.

Me doy media vuelta y abro la puerta de mi habitación. Para mi sorpresa, Jeanine está sentada en la cama. Cuando ve mi playera con sangre, se levanta de la cama y camina hacia mi para tomarme del brazo.

-¿Qué Pasó?-me asusta la forma en que reacciona, es una mezcla de morbo, de lastima y un poco de preocupación. Aprieta mi muñeca hasta ver que mis venas se empiezan a poner color morado. Si le digo que Nathaniel me cortó, no me lo creería.