Félix

36 4 0
                                    

Me colocó sus manos en mi cintura y me pegó contra su pecho, nos elevamos asta la copa de un árbol frondoso, yo lo miraba con miedo y rabia a la vez el era el causante de todo lo que me estaba pasando.

- No me mires así, no seré como los demás pero se que sangro y al igual que tú me duele, a diferencia de ti yo llevo siendo vampiro desde que nací con sus ventajas e inconvenientes...

- ¿Y?.- Le interrumpi.- Eso te da derecho a...- Y el me cayo poniendo su dedo en mis labios

- Deja me acabar, esto también es difícil para mi cree me , verás los vampiros nos enamoramos solo una vez, de quien sea y cuando sea, y yo querida Kendra me enamoré de ti, pero hay un inconveniente, solo si eres vampiro podrás estar conmigo... Y cree me te quiero mucho.

- ¿Como sabes que me quieres si no me conoces, si nunca aparte de hoy nos hemos visto?

- Desde siempre has estado destinada a ser vampiro, desde que naciste te he estado cuidando y protegiendo.

- ¿Como que desde que nací?

- Pues que desde que naciste, los vampiros son inmortales ¿no lo sabias?.- Me dijo con una sonrisa de listillo.

- De todas maneras esto de que me quieras no te da derecho a que me conviertas en vampiro, no te conozco y mucho menos siento algo por ti, lo siento pero no.

- Entiendo... Supongo que mi corazón a elegido mal.- Y en un abrir y cerrar de ojos me dejo instantáneamente en el suelo y se fue.

Al poco tiempo me empecé a sentir mal por el , estaba enfadada y me he comportado mal...

Volví cabizbaja hacia donde estaba el cadáver del ciervo, cerré mis ojos y lo cogí, ya no tenia sangre y pesaba menos, fui junto a mi abuelo y me riño por haber tardado tanto , yo le pedí perdón aun triste y me metí en el coche pues ya no me necesitaba. Me puse los auriculares y me puse a escuchar música cuando un estruendo me sobresalto, y este no era un disparo eran chillidos, salí del coche rápidamente y la desgracia presencie al ver a mi abuelo y a sus compañeros desangrados, ¿que había pasado?, Félix me agarró fuertemente de la cintura y me llevo lo mas rápidamente a no se donde porque iba tan rápido que ni sabia a donde se dirigía, mis colmillos aparecieron, me agarré a el y cerré mis ojos, su aroma me resultaba familiar y la verdad es que me gustaba aquel olor. Paró en una casa solitaria rodeada de vegetación , me soltó y me miro a los ojos, no me había fijado en que sus ojos eran tan bonitos.

- No habrás sido tú el que ha matado a...

- ¡No! .- Dijo el en seguida.- Pronto se acercará.

- ¿El que?

- La luna de sangre solo faltan unas cuantas semanas y los vampiros ya han empezado a atacar te he de poner a salvo.

- Pero yo también soy un vampiro porque me has de poner a salvo.

- Porque ahora estas como vampiro pero anormalmente no, no me perdonaría que te hicieran daño.

- Perdona por lo de antes , he sido muy dura, estaba enfadada y...- Otra vez volvió a callarme con el dedo sobre mis labios, me empezaba a gustar que hiciese aquello, resultaba adorable, pero aun así seguía sin gustarme.

- No te tienes por que disculpar, te entiendo, te he convertido en algo que tu no quieres, pero ahora no te puedo volver humana, porque si no correrás el riesgo de que los otros vampiros te cacen.

- Esta bien.

- Por ahora te quedaras conmigo, donde nadie te hará daño.- Yo asentí.

Destinada A SerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora