Huida

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Me fui a mi casa, o debería decir la casa de mi abuelo, con el cual vivo desde hace tres años, tras la muerte de mis padres, de la cual no me gusta hablar pues cada vez que lo hago una fina espina se clava en mi corazón. La casa es antigua pero acogedora, solo vivimos en ella mi abuelo y yo , bueno y Misterio mi gato. Normalmente mi abuelo se suele ir mucho de caza y me suelo quedar sola, lo que es una ventaja ahora pues se me hace mas fácil ocultar mi secreto.

Al entrar un olor a paella inundo mi mente, solté mi abrigo encima de una silla y salude a mi abuelo con un beso en la mejilla, el me dijo que me sentara que íbamos a comer.

- Hoy también me iré de caza.

- Vale.- Dije yo con la boca llena de paella

- Pero esta vez vendrás con migo.

- ¿Que? No puedo abuelo tengo que hacer tareas.- No podía ir, si veo una simple gota de sangre sera suficiente como para incitar a mis colmillos .

- Vendrás te guste o no, ya harás los deberes otro día que es viernes date un respiro pequeña, sera divertido.- No tuve que otra ir.

              *                *                *                         

Las manos me sudaban de los nervios, no sabia que hacer. El primer disparo me asusto, pero lo que mas me asusto fue cuando mi abuelo me dijo que fuese a recoger lo que acababa de disparar...

Andaba por el bosque tristemente he indagaba tras los matorrales en busca de alguna señal de lo disparado y otra vez esa sensación de estar observada se apodero de mi, y por fin lo vi, un pobre ciervo ahora cubierto de sangre ¿Porque a mi? Mi pulso se aceleró mis ansias de sangre eran cada vez mayores como combatir contra eso, "es un animal, y ya esta muerto... No pasara nada por beber de su sangre" y lo hice, ¿porque lo haría? Fue lo peor que pude hacer pues tenia cada vez mas esa necesidad de sangre y no podía con ella, mis ojos los notaba extraños, empecé a hiper ventilar, no quería hacerlo, y salí corriendo lo más rápido que pude lejos de allí. Me surmergí en las profundidad del bosque, corría y corría no quería aquello, y de repente algo me freno , era el el hombre misterioso del cementerio, el cual también era vampiro.

- ¿Donde vas?

- A donde no haya nadie.

- ¿Por qué?

- No quiero hacer daño a nadie .

- Kendra eres un vampiro, tienes que hacerlo.

- ¿Como sabes mi nombre?¿Quien eres?

- Soy Félix el que te mordió

- ¿Que?¿Fuiste tú?¿Eres consciente de que me has arruinado la vida?

- Lo siento pero no tenia opción.

- ¿Por qué?

- ¿Enserio quieres que te lo diga?

- ¡Tengo cara de que no quiera!

- Esta bien, ven conmigo .

Destinada A SerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora