Me desperté con la luz de la mañana alumbrando mi rostro pálido, con una gran comodidad abrí mis ojos, esos ojos que tengo de tal mezcla de colores, los mismos ojos que mi padre; y allí estaba el, con sus pintas seductoras y su mirada atractiva fijándose sobre la ventana de la habitación.
- Eres muy dormilona .- Me dijo el si despegar su mirada de aquella ventana, yo hice como si no fuese escuchado su comentario.- Hoy es un día importante.
- ¿ Que se celebra ?.
- No es precisamente una celebración, depende de la persona.
- ¿Por qué lo dices?
- Solo falta una semana para la luna de sangre.
- ¿En que consiste?.- El se sentó a mi lado y me acaricio el brazo .
- Eres tan inocente, pero a la vez tan dulce.
- Deja te de tonterías y díme de que se trata.
- La luna de sangre es una etapa que dura nueve días, en los que los vampiros atacan con la mayor libertad posible, durante esos nueve días la sangre se respira a cada rincón y es difícil no encontrarse a un vampiro merodeando por los lugares, intentan llenarse de alimento para estar lo mas preparados posibles...
- Preparados ¿para que?
- Para el décimo día, el verdadero día de la luna de sangre donde comienza la verdadera masacre.
- ¿Y porque nunca he escuchado hablar de ella?
- Porque ocurre una vez cada veinte años y tu querida Kendra tienes diecisiete.
- Pero yo no quiero hacer daño a nadie.
- Tranquila todo saldrá bien.
- ¿Y Bry? ¿Y mis amigos?¿Y si le hacen daño? No me lo permitiré.
- Podemos ponerlos a salvo unos días antes de que comiencen.
- ¿Enserio? No sabes cuanto te lo agradezco.- Y nos unimos en un abrazo.
- Pero Kendra hay un problema...
- ¿Cual?
- La luna de sangre transmite unas ansias de sangre incontrolables.
- ¿Y no hay forma de poder controlarlas?
- Podemos intentarlo. He escuchado historias de vampiros que han aguantado a los efectos de la luna, intentare hacer lo mayor posible para que estés bien.
El me cogió de la mano y me miró a los ojos, esos ojos de color avellana en los que me sumerjo cada vez que su mirada se fija en mi , desde ese momento comprendí que Félix me gustaba.
